sábado, noviembre 28, 2020

CRIOLLO GENIAL, DIEGO MARADONA

 

Mundial del 78 –y no del 86, como reza ahora (piadosamente)  en la Red (….)- me pilló (un 25 de junio), justo antes de salir, en el seminario de Ecône) Cumbre o cénit de gloria  –antes del derrumbe- del ascenso (fulgurante) en la escena internacional de la Argentina. No sale en la foto –ni en esa ni en las otras que ruedan por Internet-  pero anda por ahí muy cerca. Porque la leyenda de Maradona nace precisamente entonces, y en aquella época. Por su gol en la final (de antología) contra Inglaterra (…) Con la Junta Militar (la Primera, de Jorge Rafael Videla) Y que me perdonen los censores de la prensa española. Y los argentinos que ahora le rinden culto a su muerte, tendrán que acabar viéndolo así (o reconociéndolo). Maradona y la tragicomedia argentina

Sin máscaras ni distancias que valgan, despedida grandiosa y multitudinaria a Diego Armando Maradona en Buenos Aires, arrancando desde el obelisco de la Nueve de Julio –muy cerca de donde yo viví allí- a la entrada de la calle Belgrano, entre San Telmo y la Boca, puerto –y puerta- de acogida de la inmigración italiana en la capital porteña, y donde el astro futbolístico sin duda vivió (estando yo ya allí, que no me duelen prendas). Y nada trivial el homenaje tan entusiasta de todo un pueblo a la figura más estelar tal vez de su historia en las ultimas décadas. Como el que se rindió en las calles del Cairo a Um Khalsún (pronunciada con jota), la cantante y ninfa egeria del Egipto de Nasser, o como el de Amalia Rodrigues a la que muchos portugueses (doy fe) parecían haber perdonado, dando por olvidados -a cuenta de la magia de sus fados y del chorro de su voz- sus coqueteos (un decir) con el régimen de Salazar y el Estado Nuovo. Y ahora, al criollo genial que humilló a Inglaterra con un gol de antología (dicen, que yo no lo vi) en la Final del Mundial del 78 –y no del 86, como reza ahora piadosamente en la Red (…)-, en la cumbre entonces del ascenso (fulgurante) argentino en la escena internacional (el pasado siglo) –justo antes de la cita (con el Destino) en las Malvinas-, parecen ahora perdonarle todo, los argentinos, por cuenta de su (dorada) leyenda, de su magia futbolística y también, que todo hay que decir, de su amistad (¡ay dolor!) con Fidel, y  con Hugo Chávez también, y de su etiqueta peronista, fuera de discusión y de dudas. Todo, desde sus problemas (serios) de drogas, hasta sus errancias (y devaneos) en el terreno de la política, de los tiempos del Mundial, léase de la Junta primera (la del general Jorge Rafael Videla). Diego Armando Maradona, o la tragicomedia argentina (…) 


Despedida grandiosa en Buenos Aires de los restos de Diego Armando Maradona. Al que los argentinos -como los egipcios (bajo Nasser) a la cantante Um Khalsum (pronunciado con jota), o a Amalia Rodrigues los portugueses (después del Estado Nuovo)- lloran desconsoladamente unánimes y parecen haberle todo perdonado, de sus faltas y sus errancias (con las drogas o en la política) Y por cuenta de él y de su gloria póstuma, les perdona -nuestro  contencioso “argentino”- a ellos todos el autor de estas líneas. En mi nombre y en el de todos mis compatriotas

 

Reacio estaba –lo confieso- a entrar (al trapo) en el tema, por tratarse de quien es, y por haberse olvidado y enfriado ya hace mucho en mí las fiebres y entusiasmos –de mi infancia y adolescencia (y primera juventud)- en el terreno futbolístico (…) Lo espontáneo y multitudinario del homenaje me habrá no obstante movido a darle a la tecla, para rendirle homenaje yo mismo, y aclararme así al mismo tiempo el enigma –o el problema- que todo ello me plantea. Problema del contencioso hispano-argentino, el suyo y el nuestro como el mío (…) en resumidas cuentas. El de la “emancipación” americana”, en Argentina y en los demás países de la (ex) Hispanoamérica, léase de la rebelión mestiza (y antiespañola) allí. A lo que ya me habré referido repetidamente en este blog, como andándome con pies de plomo o pisando huevos, o tratándolo con guantes –o papel de fumar-, el tema, cuidando así de no herir susceptibilidades ni egos cualesquiera (…)  Pero es hora de homenaje caluroso y sincero ahora y no de ajuste de cuentas, soñando a la vez –ahora y siempre- con un proceso (otro más) de reconciliación histórica, por cuenta esta vez de Maradona (y de su gloria) 

Porque lo que está más claro que al agua con esta despedida tan grandiosa es que los argentinos todos parecen haberse reconciliado entre ellos, en el séquito o al paso del traslado de los restos de Maradona por las calles y autopistas de Buenos Aires, en las glorietas y no digamos en los estadios, y a uno y otro lado del Atlántico, en America y en Europa. 

“Sic transit gloria ecclesiae”, decían desdeñosos –del cristianismo- los polemistas de la Antigüedad (pagana), lo que no parece que sea el caso de Maradona ni de su gloria póstuma, tan grandiosa y tan apoteósica, con lo que parece que sus compatriotas pasan la página de una vez de su guerra civil (argentina) ¡Ojalá pudiéramos lo mismo decir de la guerra civil española”! Como un restañar de heridas el ascenso –en la Memoria- del genial futbolista argentino, o un somnífero o narcótico (benéfico) o anestesia, que les haga olvidar toda un sarta de mentiras de Ulises de los capítulos mas recientes y mas crudos y dolorosos de su propia historia. Ya lo escribí aquí, y no me retracto de ello –¡estaría bueno!- ni una jota. 

Las cosas fueron y son y serán así, eso al menos quiero creer, aunque las ideas más negras y los pensamientos más agoreros me invadan , temiendo que todo este (sincero) homenaje redunde ad majorem gloriam (“montonera”) del peronismo de después de Perón –y de Evita y de Isabel- y de los que hoy lo gestionan, como la Viuda Negra –mi homónima ¡ay dolor!-, y que así hagan de nuevo de nosotros, los españoles, el chivo expiatorio predilecto de sus conflictos y problemas, como ya nos tuvieron acostumbrados en un pasado aún reciente y fresco en las memorias  (…) ¡Dios no lo quiera!, que me diga, Dios (Diego) Armando Maradona


Homenaje a Maradona en la ciudad de Nápoles de donde (en parte) procede y en donde jugó. Nada que objetar “¡Por Dios!” Si no fuera por ese juego maléfico de espejos de lo que tantos argentinos –como por ejemplo el dibujante Quino (el de la Mafalda dichosa)- parecen tan adictos, victimas cautivas, y para los que las raíces italianas de su ídolo vienen ahora (otra vez) de perillas: camuflando así como anillo al dedo –que es de lo que se trata-, al precio incluso del escarnio y del ridículo (a lo "Manolito"), las raíces españolas de ellos todos y “pari passu” el contencioso histórico –tan duro y pesado como disimulado por ellos mismos-, que nos separa a España y a la Argentina. desde la (llamada) Emancipación (mestiza) O como el caso, que aquí ya mencioné, de mi homónimo el escritor Dominique Fernández –de la Academia francesa (s’il vous plaît) –, de ascendencia mexicana (por la via paterna), que a cuenta de sus raíces (familiares), evoca sin parar el Sur (sic) en sus novelas autobiográficas –por cuenta de la Sicilia, faltaría-, a modo de cajón de sastre, donde echar y (cuidadosamente) esconder -o colar (de matute)- todo un pasado español calumniado y pendiente de redención en la memoria colectiva. Que el que este libre de pecado que tire la primera piedra: drama racial (sic) –como escribió un fascista francés-, de la civilización católico-mediterránea (sic) En Italia, en España, o en la Argentina. Maradona, el jugador genial criollo/mestizo, de un genio y una gloria a la medida del Ego (inconmensurable) de sus compatriotas. O Felix culpa? 

viernes, noviembre 27, 2020

Lady Night


 

Los aires pasan muy altos,

lentos, de una vieja cancion

Como pasa (aún) aquel río

El que al poeta inspiró

 

Como los años aquellos

¿Metido en mi burbuja Yo

Mirando (alto) a las estrellas?

(¡Razón de la Sinrazón!)

 

Todo un tiempo que no conocí!

(Que así fue, que así pasó)

¿Por eso lo añoro tanto

O fue eso lo que me salvó?

 

Reliquia joven, sí (eres Tú),

De un tiempo que fue (¿por error?)

Y ahora me traes de vuelta

Con la caída del Sol

 

Al atardecer de mi vida

¡Que trayecto agotador

Amainando ahora suave

Junto a ti, mi dulce amor!

 

Cual un suave meandro

A punto de decir adiós,

De viaje al Paraíso

Del todo igual -¡y en mejor!-

 

Como se van ya los libros

Y los vinilos (de Hispavox) (...)

Refulgiendo ahí en la Noche

(“¡Oh Lady Night!” ¡Oh, oh, oh!)

 

Como discurren tan cautos

Los anhelos sin rubor

Y las “locas” esperanzas

De mi corazón ¡el mejor!

 

De entre tantas existencias

Solo -¡y vivo!- entre un millón

De guardia de tu tesoro

¿hasta cuándo, por favor?

 

Solo yo en la hora bruja

De la ciudad de Aragón,

Buscando una (nova) estrella

Que se esconde (¿o se me perdió?)

jueves, noviembre 26, 2020

NORUEGA Y NUESTRA "PÉRDIDA DEL NORTE"


 

Vidkum Quisling. Principal figura  de la Colaboración en Noruega. En el área anglosajona –y no sólo- su nombre –a seguir (nota bene) a un articulo en “The Times”(…)- se convirtió en sinónimo de “traidor”. “Vae victis!”, hubieran dicho de él los Romanos. Un vencido, y de una nacionalidad además, de un país –Noruega- que arrastraba un pesado contencioso histórico con la Gran Bretaña –y el Imperio británico-  remontándose a las guerras napoleónicas (cuando formaban parte del reino de Dinamarca) Fue fusilado tras verse condenado a muerte, y él también -como el francés Pierre Laval- declaró en el momento de morir que su juicio no había sido ecuánime, y que era inocente (sic) de todos los cargos que se le acusaban. Y reivindicando aquí (abiertamente) su memoria, en este blog, entiende su autor rendir así homenaje a sus propias raíces familiares: a mi bisabuelo materno Johan Krohn, nacido en Bergen y muerto en Madrid (con más de noventa años) durante la guerra civil, después de haberse convertido al catolicismo y adquirido la nacionalidad española –tras muchos años de estancia "allí" (en Sevilla y en Madrid)

 

¡Escandinavia, los vikingos, que viene el coco! Eso es lo que me oía yo mismo exclamar escuchando (atenta, piadosamente, hace ya)  el relato -de sus propias raíces- de una emigrante asturiana en Bélgica que por culpa de mi apellido de Krohn me hacia (a todas luces) sólo español a medias, vamos que no era (yo) -o no me veía (ella)- de ellos (de los suyos) –mirándome y remirándome sin parar, como un bicho raro hasta hacerme (casi) perder el humor (y la paciencia)-, por razón sin duda (entre otras) de su conciencia de “celtitud” –de los celtas- y a la vez, de la memoria de las invasiones vikingas, más fresca y vivaz allí a todas luces que en otras en ciertas regiones españolas (….) “Damnatio memoriae”, una pena de la época del Imperio romano que se diría que los españoles –salvo excepciones- prodigan rumbosos más que ningún otro pueblo de la tierra (….) Que el que esté libre de pecado que tire la primera piedra, o sea que dejemos el tema, porque este articulo quiere ser reivindicativo sobre todo de esa componente nórdica que a igual título que los demás países y pueblos europeos, los españoles llevamos a cuestas, y eso por más que a alguno les perezca –esa filiación “gótica”- un  conjunto de todos lo males sin mezcla de bien alguno, como rezaba del infierno el catecismo de nuestra infancia (católico-romana) Germanos y bereberes, vuelta y dale.

Que algunos -parece que les estoy oyendo- ven en mí una idea fija rayana en la obsesión, de lo nórdico en nuestros genes como en nuestra historia (…) ¿Obsesión, o conciencia o memoria de una (irreparable) perdida? (…) De "la pérdida del centro" reza un lugar común en Filosofía, en Geología, en Geografía, en Historia (de las ideas), en Psicología, Mitología etcétera, etcétera (…) Y de perdida del Norte (sic) cabe hablar también en tratándose de la historia española (…) Lo que tiene una datación mas compleja y  antigua de la que convienen establecer los manuales de historia, como también la memoria colectiva de los españoles que hacen (o hacemos) remontar nuestras más grandes fatalidades históricas a la guerras de Flandes, sin caer en la cuenta –tales aguas tales lodos- que allí, donde se cavó (es cierto) la tumba de nuestro Imperio (por cima de los Pirineos) y donde pari passu se puso el punto final de nuestra presencia como nación por tierras de Europa, fue precisamente a seguir a aquella “guerra nórdica” –de los Siete Años del Norte, de las Tres Coronas(...) (Suecia, Dinamarca Noruega) (etcétera, etcétera (…)- y a la hambruna generalizadas y otra serie de secuelas calamitosas –y apocalípticas- que aquella deparó en estos países/bajos, y que aquella ruptura lo fue para nosotros también en el plano geográfico, y fue en la medida que se venia así a poner fin a aquella ruta -de la Hansa inmortal- que los españoles habían transitado desde tiempos inmemoriales (sin problemas) por el Mar  del Norte y el mar Báltico hasta las honduras de Rusia –la Rus de Kiev, como se le convenía en llamar en aquella época. Un país, el nuestro, amputado de uno de sus polos –el Norte- de gravitación los últimos cuatro o cinco siglos de su historia. Un problema pues, de gravitación –y no de vertebración- que no acertó (trágicamente) a diagnosticar (bien) el propio Ortega (…) Y es que para una toma de conciencia de lo cual sea tal vez preciso –como al autor de estas líneas- largos año de estancia aquí en Bélgica, donde más y más intensamente se acusaron los siglos de presencia española –o de “régimen  español” como por aquí dicen (…)- por los suelos de Europa (…) 

Nórdico pues y español a la vez, por los cuatro costados, así me asumo sin complejos y presto a proclamarlo en voz alta cuando me llegue la hora (…) Y es lo que me hace interesarme en particular en ese capitulo que me diga subcapítulo de la historia de Colaboración –durante la Segunda Guerra Mundial-, en los países escandinavos, mal conocido Europa abajo, como sólo me doy cuenta ahora de ello tratando de descifrarlo y de reivindicarlo por partes iguales (lo confieso) mas fácil que el de su homóloga, la Colaboración en versión francesa: por lo lejana y por eso mismo, más accesible (y cercana) con la perspectiva que da la distancia, ausente para nosotros en otros episodios como lo fueron la Colaboración en Francia o el fascismo en Italia, o la neutralidad –o no beligerancia- española (…) El nacionalsocialismo veía en los países escandinavos el vivero o reserva principal histórica y geográfica de la raza/aria -léase de la cultura de raza/blanca. Y por eso, a la hora de sentarles –como vencidos- en el banquillo de los acusados, concurren en ellos –los nazi/fascistas de los países nórdicos- unas atenuantes (sino exculpatorias en todo o en parte) que no concurren en otros, ya sean del área cultural latina, o eslava o anglosajona. 

Lo mismo cabe decir de la Colaboración en Grecia, otro eslabón crucial -para la filosofía histórica y racial  del nacional/socialismo-, en la génesis o genealogía de la civilización europea (…) Y ahora que aquellos países vienen por unas razones u otras al primer plano de la actualidad, ya sea por razón de la avalancha migratoria –y del peligro inminente de disolución y de perder sus propia identidad- (…)como en Suecia- o de la emergencia sanitaria (anti-Covid) como es el caso en Dinamarca, se me antojó partir una lanza –o una pica- por esos países más cercanos de nosotros de lo que la Vulgata políticamente correcta pone habitualmente en la balanza. Léase del conjunto de los españoles, tengan o no ascendencia (remota o próxima) noruega, o escandinava u -"horresco referens!- alemana  (…)


En España –y no hablo (sólo) de oídas (…)- algunos aficionan sin remedio a arrojar el manto de la infamia (sic) –una pena del Antiguo Régimen- sobre los que se ven víctimas de la vindicta pública, como en este caso, el del Premio Nobel (noruego) de Literatura (1920), Knut Hamsum, figura emblemática de la Colaboración de aquel país escandinavo. Con el que los tribunales de su país fueron no obstante (al final de la guerra) mucho más indulgentes –condenándole a una pena de multa apenas- que nuestros augustos censores o inquisidores. Knut Hamsum, IN MEMORIAM!


 

sábado, noviembre 21, 2020

TRUMP Y LOS SABIOS DE SIÓN (y 4)

Pittsburgh, megalópolis –junto con Filadelfia- del estado de Pensilvania, donde se deciden las elecciones USA. En la reciente visita (pre-electoral) allí de Donald Trump, una influyente asociación judía se negó a darle la bienvenida, pidiéndole mas firmeza contra “el nacionalismo blanco 

Fraude a la Constitución. Lo que están tratando sibilina y sigilosa y cuidadosamente de ocultar los medios de la prensa global, por todos los medios. No es una cuestión de cifras o de matemáticas –o de informática-, no, el reto al que hace frente Donald Trump, solo contra todos -y Santiago Abascal en eso lleva razón- el presidente USA saliente (el que quieren los Sabios sacar como sea, a toda costa), sino que es la Constitución USA –no la de las surgidas de la Republica francesa- la que está en juego, la que fija a todas luces el rumbo de su estrategia postelectoral a Donald Trump, y la que llevan por montera todos los movimientos –"supremacistas" o no- que se han echado a la calle estos últimos días en su defensa, en un clamor imprevisto y en una sacudida sísmica de protesta, y es contra un funcionamiento de la maquinaria electoral tan fraudulento y de una repercusión tan escandalosa. Y confieso que me habrán hecho falta días de esfuerzo en la lectura y en el desciframiento de lo que dejan traslucir los medios al respecto, con ayuda preciosa de mis estudios antiguos de Derecho (lo reconozco), remozados hace  unos cuantos años con un repaso –en las universidades belgas- del derecho constitucional anglosajón, y en particular de su versión USA y del eco que ví que en sus fuentes (las más autorizadas) se recogían –a mi grande sorpresa- de las teorías monárquicas del vizconde De Maistre, autor incorrecto si los haya y fuera de circulación en los medios universitarios por los que yo transité (fuera, estos, de toda sospecha) 

Un equilibrio o contrapeso –checks and balances-, típicamente anglosajón frente al absolutismo monárquico –del Rey Sol- y la democracia de sufragio directo de la Revolución, de la añoranza o nostalgia (irresistibles) de lo cual traslucían claramente los escritos y formulaciones de Maurras y de la Acción Francesa (…) Lo que intentan disimular los medios a base de un cañoneo de informaciones y de entrevistas tendenciosas como la que ofrecía –páginas y más páginas- el diario el País estos últimos días- al anterior presidente afro/americano, Barak Obama (…) Pensilvania, con sus veinte grandes electores, sus grandes ciudades/colmena (Pittsburgh y Filadelfia), y su millón  medio de votos (sic) en juego, está en la mirilla de la estrategia de Donald Trump, a la que aquellos acusan de desestabilizar el sistema y deslegitimar en suma la democracia americana. Y es la clave de toda la campaña desinformación de los medios desviando a toda costa la atención de la opinión publica (como queriendo salvar desesperadamente balones fuera) antes de la encrucijada fatal –del próximo 14 de diciembre, reunión del Colegio Electoral-  focalizando sus informaciones los demás –salvo ese precisamente- de todos los sitios de conteo. Pura ilusión (en francés, “vue de l’esprit”), de un sálvese quien pueda, a la desesperada (…), que intenta ocultar a la opinión lo sutil –y tortuoso-de la estrategia postelectoral de Donald Trump y de su equipo, de pisar el terreno puramente electoral, sólo a modo de preparación o base de lanzamiento de su ofensiva en el terreno de la justicia y del Supremo USA –o Corte Suprema- y es por sus acusaciones –¿imparables?- de haberse violado la Constitución, justamente en Pensilvania, de la que los medios no hablan, o pasan como de puntillas (como quien no quiere la cosa) 

No hay mal que por bien no venga, si la deslegimitación esta vez no viene -como nos tenían tan acostumbrados- de la izquierda (…) No queremos –que conste- el hundimiento de la democracia como sistema y con el de la mayor potencia del planeta, si ello redunda en su derrota -a escala planetaria-  en la pugna que riñe con China popular) con el telón de fondo de la dicha (y dichosa) pandemia, que me diga de la guerra bacteriológica (…) Europa de los vencidos (y perdedores) lo que dicen y piensan los más exaltados partidarios de Donald Trump y de su enérgico rechazo de la emergencia sanitaria de los demás potencias, europeas (la Alemania de Merkel, y Francia de Emmanuel Macron -y España bajo Pedro Sánchez- entre ellas) Y no les falta razón. ¡No al miedo y sí a las ganas (rabiosas) de vivir!. Lo que vemos –y respiramos- en la figura de Donald Trump, por encima de izquierdas y de derechas. Y aunque –¡qué remedio!- quede la imagen (como una diosa vestal intocable) de la democracia maltrecha (…) O Felix Culpa!


Jacques Bainville, muerto en febrero del 36 (…) Historiador malogrado –por su muerte aún joven, prematura- de la escuela de Maurras y de la Acción Francesa. Un nombre que se volvió para mí familiar y me hizo (fiel) compañía, en mis lecturas (febriles) de los años que viví en el seminario de Ecône. Y que se reviste ahora de sorprendente actualidad con el revuelo –y el estruendo- mediático armado en torno al presidente Donald Trump, y al resultado (aún incierto) de las elecciones USA. Y es por el retumbante articulo de aquel -5 de enero de 1925- en el diario de aquel movimiento monárquico, en el que a seguir al advenimiento del fascismo, comparaba a Musssolini con Sila (Lucio Cornelio), el brillante general y “tirano” romano, que de su poder autoritario –en pugna con su enconado rival Cayo Mario- sacudió los cimientos de la República, con la Marcha sobre Roma, casi a veinte siglos de la “otra” (27 de octubre 1922) (…) ¿Por los mismos pasos de Sila ahora, el “republicano” Donald Trump en su negativa –perfectamente legítima- a reconocer la derrota? No lo creemos. Digan lo que digan los Sabios y a sus ancas, los medios y los sondeos. Está revelando con su actitud más bien un respeto fiel y escrupuloso –y sorprendente- a la Constitución USA –y a sus enmiendas-, el auténtico contra-poder (checks and balances) de la democracia americana, la que en el fondo admiraba y propugnaba Maurras, frente a la religión democrática -y mesiánica, judía- de la Revolución Francesa (o  como la llaman los potocolos, "la Grande Revolución") ("los secretos de su preparacion nos son bien conocidos, siendo una obra de nuestras manos", 3er Protocolo)

 

             
 

           

           

            


            

jueves, noviembre 19, 2020

DONALD TRUMP Y LOS SABIOS DE SIÓN ( 3)

 

Cartel de anuncio y propaganda en hebreo del I Congreso Mundial judío, en la ciudad (suiza) de Basilea (los 29, 30 y 31 de agosto de 1897) donde se promulgaron los Protocolos de los Sabios de Sión

Trump y los Sabios de Sión, no se me agota el tema, no, me refiero al de las elecciones americanas (como la cronica de una derrota/anunciada). Y me dan ganas al respecto, lo confieso, de darle de nuevo a la tecla tras visionar un vídeo de un análisis y comentario –“on line” de un viejo conocido (en la política belga) del autor de estas líneas-, y es por ser mayormente quien es, léase por ser alguien (del “who is who?”) en la política belga -y eso por muy marginal y encasillado que se vea-, y por su pasado (hasta no hace mucho) de militar en activo, y en fin por tratarse de un francófono (de Bruselas) de ascendencia flamenca lo que sé bien lo mucho que significa, y también –¿por qué lo debería esconder?- por tratarse de un tema, que me diga de un punto de vista como lo es este con el que aquel abordo, rodeado de un espeso tabú en los sectores (castrenses) de los que aquel procede y que (verosímilmente) aún frecuenta. Por lo que deduzco. De lo que leo al menos (…) 

Y es que del análisis certero que –“on line”- el referido nos ofrece brilla clamorosamente por su ausencia el aspecto más ruidoso –o en castizo, el más cantoso- de la dictadura global, mundial de los medios, léase del poder mediático –de la Prensa global- que es lo que la derrota (aparente) de Donald Trump -que dos semanas transcuridas (dos) todavía no ha reconocido (no se olvide) la derrota-  habrá –en un primer plano – servido a poner en foco o en primera plana (O Félix Culpa!) Más, mucho más que con Francois Fillon. Y que es el tema central –o uno entre ellos- de los celebres Protocolos, léase los de los Sabios de Sión, de aquel congreso mundial (judío) de inicios del pasado siglo (XX) en la ciudad suiza de Basilea, por donde todo empezó (…) 

¿La derrota (aparente) de Donald Trump, no nos afecta (en-na-da) como europeos (a secas)? Me temo que no sea así, como él pretende, aunque haya que hacer y actuar y representar –“reinventándose” así en el mejor de los mundos (…)- como si así fuera (…) En los medios (los de él) así, e incluso hasta en nuestro círculo mas estrecho de allegados, que hasta en ellos -ay dolor!- se hace notar este ultimo capitulo o episodio de la guerra civil a todo arder a escala mundial.  De la –tan interminable como la del 36- “guerra civil europea” (….) De los españoles como de los belgas (…) Me afecta a mí –como estoy dejando constancia de ello en estas entradas- en primer lugar (y en primera persona). Porque es lo que me habrá hecho leerme los Protocolos famosos -de los que siempre oí hablar- de pe a pa, por vez primera. Lo que dicen por ejemplo en el tema de la Prensa, o en el de la política, de cualquier asunto en la dicha materia, “de cuestiones de la vida práctica, de la organización social y de la relaciones de los hombres entre ellos” Coto (estrictamente) vedado, la política, a los no judíos, a los gentiles (XVI Protocolo) Y así se me cayeron las vendas de los ojos, de la actualidad presente como del pasado, y para comenzar del mío propio. 

Usted Juan -me decía un recluso compañero de cohabitación forzosa en la cárcel portuguesa, con esa retranca y sorna, y esa sabiduría (de bajos fondos) tan proverbial que sólo se oye y escucha (y aprende) del otro lado de las rejas-, usted (vocé) tiene unos propósitos (en portugués “conversas”) que a ellos –léase a los grandes, los que más saben, los Sabios en resumidas cuentas- no les gustan” (en portugués, “nao prestan”), haciendo así inconfundible alusión a mi locuacidad -en privado y por qué no, en publico también (de palabra y por escrito) -y de politica (o politica religiosa) más que otra cosa-, a la que me habitué en la España de entonces, de cuando niño y adolescente- y eso es algo que (dicen) “no procede” en cuanto que se pone el pie fuera (me refiero en Europa) (…) 

Lo que algunos –españoles como belgas- tratan desde que aquí llegué, que me diga desde que comenzaron aquí a interesarse los medios en mí, de hacerme ver y comprender. Por las malas o por las buenas (…). Sin éxito, que lo sepan (….) Que la (segunda) guerra mundial, léase la derrota en el 45 (la de nuestros amigos -y aliados- del 36) es algo que no nos afecta o que hay que hacer (otra vez) como así (no) fuera, por la sencilla razón de que no fue la nuestra, como no fue de Petain –Franco díxit- la derrota francesa (la del 39, la de la “Blitz krieg”), aunque –(aviso a los navegantes) parece que así lo ven algunos españoles más (¿o mucho más?) antiguos que yo aquí: el precio o peaje que (según ellos) tenemos que pagar españoles en Bélgica, que es el que a todas luces "ellos" se sintieron en el deber de pagar aquí, por lo que fuera (…). Como dicen los argentinos, milongas (…) 

¡Estaría bueno! No me sometí –jugándome la vida a cada minuto (“de encontrarme un cuchillo atravesado en medio de la garganta” como se me informó allí dentro, en el ruedo aquel, a modo de advertencia)- a la ley (quinqui, merchera) que querían imponerme allí, en Vale de Judeus (sic), la cárcel (de máxima seguridad) portuguesa, para acabar acatando o rindiendo o jurando pleitesía a otra ley subterránea, o secreta, aquí en Bélgica? Ley de la cárcel o de la calle o del monte (o de la selva) en Portugal, o Kahal judío o Ley islámica (Charia) aquí en Bélgica. ¿O Ley especial, de excepción (va a ser eso, sí), para vencidos (de la II Guerra Mundial), para ciudadanos de segunda clase (o de tercera) -en Bélgica-, paria/internacionales (españoles) “de la tierra”, con inri de leyenda/negra? Ya digo, milongas. 

Aunque me linchen de nuevo en los medios, con la derrota (aparente) de Trump interpuesta. Que lo sepan, los españoles de aquí, como los belgas. ¡Alto al poder de los medios, de los Sabios de Sión, a los que Donald Trump consiguió quitar la careta. “La noticia –como diría Nietzsche de la Muerte de Dios - ¡más terrible y más extraordinaria de nuestra época!" (…) 

Y con perdón (ya digo) de los españoles "nacionales" (aquí), y de “los nacionalistas belgas”        


lunes, noviembre 16, 2020

Esperando el Amanecer


 

Los últimos fieles (faithful)

De los que siempre quise ser

Sólo el segundo del Jefe

Segundón leal y fiel

 

Ese fue el (último) sello

Tras el que me vi, hoy y ayer

Y al que quise ser fiel siempre

Bajo el bombardeo (¡guerra cruel!)

 

Que llevé a sol y a sombra

Y la tunica blanca (Ave Rex!)

Y el sudario (o hábito) negro

No me le impidieron ver

 

Y ahora al fin, cuando caen

Los últimos (de los "fetén")

Somos los “segundogénitos

A echarnos a una a la melé

 

Y dar un paso de frente ¡ar!

Tu amor en el pecho ("¡fuerté!")

Y ostentando una corona

De rayos de una nueva Fe

 

Fe en mí y en el Futuro

La misma que ayer profesé

Esa que mueve montañas

Y pone a las gentes en pie

 

Y me lleva ciego a la lucha

Que hace el ser lo que se es

Con las últimas banderas

Las que no saben perder (…)

 

A cuya sombra crecí

Yo y todo lo que yo mamé

Que ¿qué sería el mundo sin ellas?

¡Como el reyno del revés!

 

Mis banderas de soldado

(y corona –poética- de laurel)

¿Y de profeta y de ungido,

Y de jefe y guía? ¡No sé!

 

Que me sirvan de santo y seña

En este mundo sin luz ni fe

El Mio igual que el tuyo

¡Esperando el Amanecer¡

 

(¡Desfiladero de las Termófilas,

el Mundo en que me tocó arder!)   

 

sábado, noviembre 14, 2020

DONALD TRUMP Y LOS SABIOS DE SIÓN (2)




 

Sábado 14 de noviembre Washington, delante del Capitolio (hace unas horas) Foto de primer plano –en la Red no hay otras (…)- de la manifestación denunciando el Gran Robo de las elecciones USA, y el Bidengate a costa de Donald Trump

No es culpa mía, no. Y es si me queda (fatalmente) la impresión que los franceses expresan mejor –¿claridad cartesiana obliga?- lo enrevesado de una situación internacional, como la que atraviesan ahora los americanos con lo que Alan Soral –que aquí ya presenté- llama (genialmente) el Bidengate, en lo que se ve a fe mía cargado de razón. Y es en un desafío a escala planetaria que protagonizan ahora los MMF (Multimedia Fusion), de los que no sé –¿vieja/generación (no/digital) obliga también?-  poco más que el que entre ellos se incluyen el celebérrimo sistema (virtual) Dominium, conocido universalmente en lo sucesivo –por la masa profana quiero decir-, desde que los tests de Donald Trump le hicieran mundialmente celebres poniéndolo en la picota, y es en las acusaciones a su rival de fraude y de corrupción. Moviendo así, Donald Trump, ficha y ¡de que manera! ante los medios –de la prensa global (“mainstream”)- que le ametrallan a su vez desde el pasado 4 de noviembre (“urbi et orbe”) con el reproche de la falta de pruebas (sic), erigiéndose así en jueces inatacable cual vestales irreprochables y rodeadas del escudo protector de la presunción de inocencia (¡santo dios!) Y para lo que Soral se apoya en el éxito (arrollador) del best-seller en Francia de ultima hora, “Hold Up. El virus del complot” 


 

Edición mas divulgada en lengua española de la célebre obra de Henry Ford, que nació y vivió en Detroit, en el estado de Michigan, escenario principal de las elecciones USA y del Gran Robo del que se ve blanco Donald Trump: gravitando sobre ellas de muy cerca, es cierto, aquella obra famosa. Lo que dice por ejemplo, de los Protocolos de los Sabios de Sión: “demasiado profundos en su conocimiento de los engranajes secretos de la vida para tratarse de una falsificación (“un faux”)”

“Parano” yo? El problema de la paranoia, de los que la sufren (no se donde lo leí) –o de los que cuelgan con ese sambenito, mejor- es que llevan a menudo razón (…) Cargados de razones y de motivos –yo y tanto como yo- como los que sobrevuelan ahora más que nunca, en esta fase electoral USA tan llena de incertidumbre- al lector más inocente y desprevenido –a través de páginas y más páginas de los Protocolos de los Sabios de Sión. Un plan –con sus protocolos de conducta y de actuación correspondientes- de dominación mundial que parecen cumplirse –“maravillosamente” (Hugo Wast díxit), al pie de la letra- en la pandemia en curso que forma el telón de fondo –se quiera reconocer o no- de las elecciones en los Estados Unidos y de los chanchullos y trampas correspondiente con los que se está intentando robar la victoria de Donald Trump, ante el escándalo (de protesta) in crescendo de una gran mayoría (allí) de la población. Y lo que me lleva a darle la razón a Soral –a riesgo de que se me acuse de perder la razón (...)- es eso que dice o deja a entender que el objetivo ultimo de este plan concertado al que absortos asistimos no es otro que el de hacer perder la alegría o el gusto de vivir (en francés, “joie de vivre”) a la totalidad el planeta, al conjunto de su población. Y fue el leer eso y el recuperar ipso facto de golpe el optimismo que se me había ido hace tiempo –al ritmo de la pandemia es cierto - en este mes de noviembre tan oscuro –y tan belga-, antesala de un invierno que amenaza ser –para “nosotros”- tan largo –y tan duro- como los de entonces –cuando los Países Bajos de entonces (Les Pays Bas espagnols) (…) Y fue ahí, es verdad, cuando se me fueron todas las vendas y escamas de los ojos, y todos los prejuicios y complejos y me vinieron de nuevo las ganas de vivir, y me dispuse a darle a la tecla afrontando a la faz del mundo (y por que no?) las acusaciones –que ya oigo venir- de conspiracionismo, de propagandista de teorías de la Conspiración. En la epidemia del Covid, como en las elecciones en los Estados Unidos, y como en el debate –de nunca acabar- sobre la falsedad o la veracidad de los Protocolos de los Sabios de Sión. Lo que da idea del desafío magno –en el plano psicológico y no sólo- que parece querer enfrentar por su cuenta Donald Trump (a su gran honor)


Mi detención en Fátima (en la foto, dandole la vuelta al mundo ya no sé cuantas veces, ¡dios!), hace casi cuarenta años (13 de mayo de 1982) Y el acoso y persecución del que he venido siendo objeto (sin pausa ni descanso) desde entonces, en los medios –tras haberlo sido en la cárcel portuguesa, en Lisboa y en la cárcel de máxima seguridad de Vale de Judeus (que no requiere traducción)(...) (…)- sólo se explican –sólo me doy cuenta ahora tras el robo en los medios de la victoria electoral de Donald Trump (o Felix Culpa!)- por la lectura de los Protocolos de los Sabios de Sion”: “Para quitarle al crimen político (sic) su aureola de arrojo -o de braveza (de “bravoure” en francés)- colocaremos a los que los hayan cometido en el mismo rango de los demás criminales, e irán así con los violadores, los asesinos y otros malhechores del mismo género odioso, y la opinión publica no hará así diferencia entre los crímenes políticos y los vulgares y los llenará de un mismo oprobio a todos” (XIX Protocolo) Y eso sólo explica la aureola de infamia (sic) –pena (del Antiguo Régimen) desconocida en democracia- que alimentan -en campañas de linchamiento- a mi costa y por mi cuenta sin pausa ni descanso (e intermitentemente) los medios –españoles y extranjeros- desde entonces, y el tratamiento de reo de derecho común -en teoría, y en la práctica mucho peor que el de ellos aún-, de lo que fui objeto en la cárcel portuguesa, negándoseme (obstinadamente) el tratamiento de preso político o el de “preso de conciencia”. Con lecciones de moral incluso ("par dessus le marché", de lo más sabrosas), de profesionales (españoles) de los Derechos Humanos que me animaban a aprenderme así bien la lección (de la democracia, de los derechos del hombre y toda la canción). ¡Alto a la criminalización! Y eso explica también las acusaciones (gratuitas, infundadas,anónimas e insidiosas) de acoso sexual (sic) -rayanas en las de violación- el pasado año aquí en Bélgica. Y también la etiqueta de desequilibrado (mental) –con nota de infamia (y túnica blanca) (...) en la Antigüedad y en el Oriente judío (el de la Pax Romana)- que los medios me endosan una y otra vez, sin pruebas (sic) -mejor dicho pese a un aluvión de pruebas de mi equilibrio mental- y sin la menor justificación (…)  “Criminal político o “aprendiz de terrorista” (El País díxit), eufemismos hipócritas –como los de “loco”, de “fanático” o de “iluminado”-, buscando descalificar y mancillar así los innegables móviles políticos e ideológicos –o político/religiosos (de “política religiosa” (Maurras díxit”)- de mi actuación (incorrecta) en Fatima entonces. Infundios. Inspirados y motivados –lo digo y lo mantengo- en los Protocolos (judíos) de los Sabios de Sión

martes, noviembre 10, 2020

DONALD TRUMP Y LOS SABIOS DE SIÓN

 


¿Falsos, o falsificados, como pretende el canon de lo política -y universitariamente- correcto, sobre todo en Bélgica? ¿De un informe de la policía secreta zarista (la Okhrana), del “Diálogo entre Maquiavelo y Montesquieu en los infiernos”, panfleto contra Napoleón III y los  jesuitas?  Cuestión (aparentemente) insoluble. “Con buenas palabras –de judíos- se alega que son falsos, pero con hechos todos los días nos prueban que son verdaderos…/… Los Protocolos serán falsos, pero se cumplen maravillosamente” (Hugo Wast, “El Kahal-Oro”) Se cumplen, por ejemplo, en lo que dicen sobre la Prensa, y “su sistema de entente masónica” a base de “consignas (secretas) –en francés, “mots d’ordre”- y sus secretos profesionales a la manera de los antiguos augures (XII Protocolo) Como se cumplen ahora contra Donald Trump, en las elecciones USA –y a escala del planeta-, con sus trampas y chanchullos, y sus insidias en los medios y sus mentiras en los sondeos (…) Todos hemos aprendido mucho –díxit Donald Trump- estas últimas semanas” (…) Nosotros como ellos (…)

“De perdidos, al río”. Así reza el refrán (de los que Umbral aborrecía) De interpretación libre y a gusto del lector  como todos o casi todos los refranes. Y que en el trance (electoral) en el que nos encontramos –aquí en Europa, da igual, o en Norteamérica- viene a ser lo mismo  que decir que las lenguas se alargan  (como las de las p…) y las palabras van que zumban libres, sueltas, una a una. Como la “Libre Parole”, del titulo de la publicación de Edouard Drummont, el principal referente de antisemitismo intelectual en Francia en el antepenúltimo siglo, al que dedicó un siglo más tarde un alegato encendido de elogios, Georges Bernanos (fuera de toda sospecha) –el de la guerra civil española en la isla de Mallorca-, de lo que se reafirmaría en el 45, al final de la Segunda Guerra Mundial, cuando dijo que Hitler había deshonrado (sic) el antisemitismo, y no es broma. Humillan y machacan ahora –a base de chanchullos, de insidias y de mentiras a escala del planeta- a Donald Trump, y con él a una Nación la mas poderosa de la tierra, que aquél salvo prueba en contrario fielmente representa, y es en un bombardeo sin precedentes de los medios -como el de Dresde (en guerra asimétrica)- que quizás sea el precio que hayamos tenido (todos) que pagar para que se nos abran las bocas (…) Trump y los Sabios de Sión, lo que nos viene a la mente –la comparación odiosa-, sin remedio, al cabo (casi) de la derrota. Porque ¿para qué engañarse y meter la cabeza debajo