domingo, mayo 14, 2017

Oda al Tiempo que Vuelve

(Olvidarse de respirar
perder el ritmo de vivir
tragedias grandes, secretas
que vencí pensando en ti)

Me olvidé de respirar
un instante sólo (así fue)
como quien falla en el juego
y (¡ay!) durante los años lo pagué

Y ahora perdí el ritmo de vivir
¿perdí aquel fanatismo (de bien)
aquella fe en mí y en mi ideal?
¡Y es que me sentí “atardecer”!

Mientras recobraba el ritmo
otro, distinto ¡mundo cruel!
sondeando amor las nubes
y el qué traerá el amanecer

¡amaneceres desiertos
sombras negras de mi ayer!
que me siguieron sin pausa
(ay!) como una escolta (infiel)

que dejé atrás ya hace rato
y que no dejo ya volver
aunque perdiese mi ritmo
y tarde, mi amor, en volver

¡ya vendrán tiempos mejores!
sí, cual flores de madurez,
cual promesas de un futuro
claro, que se deja leer,

que ya me vi en otras peores
como Cicerón maestro/rey
de un mundo antiguo (y feliz)
cuando el Tiempo era amigo fiel

del mundo civilizado
de sus gentes, de su grey,
el compañero, el Avanzado,
el heraldo en el orbe aquél

bajo el signo (real) del Águila,
del Sol Invicto (Salve Rex!)
que nos alumbraba a todos
que moría y nacía de una vez

Y se echó encima (ay!) la noche
sobre el mundo antiguo y su ley
y el Tiempo se nos escapó
y se hizo inhóspito y cruel

y dejó de ser nuestro aliado
el dios Chronos del Tiempo fiel,
padre y hermano y amigo
que sabía hacerse querer

y cuando amanezca mi amor
algo me lo dice (no sé el qué)
se nos devolverá el Tiempo,
¡y creeremos de nuevo en él!


Cielos y cumbres los hombres
¿y la Mujer? Tierra y Sombra
¿Crees tú amor en todo eso,
crees tú en esas lineas rojas ?

en esa bipolaridad
esa valla (¿medio rota?)
entre varones y féminas
¿o acaso es que no se nota ?

esa hombría que te ofrezco
¡no sé ofrecerte otra cosa!:
la Fama -mi amor- y el Honor
en triunfos y derrotas

en los fregados violentos
y en las pruebas insidiosas,
en los envites viriles
y en las intrigas celosas

frente a enemigos jurados
que me buscan, que me odian
o ante víboras campestres
de lenguas tan venenosas

sólo víboras ¡que dije!
¡Monstruos de maldad! ¡Furiosas!
¡Cual serpientes de cascabel
tan malvadas...como hermosas!

Pero saldré airoso del trance
de sus intrigas odiosas,
que no me hacían mella
esas sucias maniobras

y cuánto mas me acosaban
unas, más me miraban otras
y más macho (y más hombre amor)
les parecía a (casi) todas (…)

¿que serán guerras de sexos
contra mujeres hermosas
las guerras (¡ay!) del Milenio,
tan terribles, tan “ferozas”?

¿Habrá amor otras mas bellas
mas bellas...y peligrosas?
Prefiero arriesgar contigo
porque te quiero ¡Mi diosa!

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