Explicándome a la opinión pública española tras mi autoexilio, con mis crónicas de Bruselas
domingo, abril 30, 2017
SACRIFICIO POR LA PATRIA MI GESTO DE FÁTIMA (Cuaderno de a bordo n° 28)
1. Máquinas de moldear la opinión publica, los sondeos de opinión, más que indicativos de la misma. Esta vez no se equivocaron o digamos que se lo trabajaron mejor -ese arte de la manipulación (y de la intoxicación)- porque el reto esta vez, de las elecciones presidenciales francesas, era de órdago a la grande en verdad. ¿Dejará huella el golpe institucional que le habrá deparado al victoria al candidato de los medios (protegido del presidente de la República)? Al tiempo. ¿La suerte echada ya pues para la segunda vuelta? Todo depende de que Marine Le Pen consiga ganarse a ese sector del electorado -a izquierda como a derechas- que no ha perdonado la victoria electoral del candidato/maravilla, un marido tan joven (con una mujer veinticinco años mayor que él futura -o futurible- primera dama de la república francesa)
2. Juan Pablo II, icono del nacional/catolicismo polaco, humillado y denigrado entre los suyos. Una pieza teatral que lleva dos meses en escena en un teatro de Varsovia le representa en efigie de tamaño natural mientras una de las actrices le practica una felación, antes de verse colgado (en efigie) de una cruz con un letrero colgado al cuello (“defensor de pedófilos”) En España esa noticia -de gran repercusión en los países del Este- se ve cuidadosamente camuflada en los medios de la derecha político religiosa,q ue lo plebiscitaron (contra toda evidencia), mientras condenaban al oprobio del ostracismo y de la excomunión "latae sentiae" de la exptriacion (treinta años ya) al autor de estas entradas
3. “Devotio” ibérica mi gesto de Fátima. Una virtud hija de la “dignitas” romana, sentido del honor en la Antigüedad clásica pagana. Presente en las diferentes culturas primitivas de Europa -germanos celtas, celtíberos (...)- y resurgiendo intermitente a través de la historia de la civilización europea. Me hizo falta un largo proceso de reflexión y de maduración para acabar asumiéndolo plenamente, por culpa del lastre y la rémora de todo un legado sociológico y cultura y de toda una educación de sello confesional (teológico y eclesiastico), lo que me velaba la noción antigua -pagana- de sacrificio. Un sacrificio por la Patria (que emborronaba y difuminaba en mi mente la teología católico/romana), eso fue mi gesto de Fátima
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