jueves, abril 20, 2017

FILLON, CATALUÑA Y YO

En su obra “Histoire et Traditions des Européens” que cae ahora por vez primera en mis manos, re-exhuma Dominique Venner el recuerdo de la toma de Barcelona a los moros por los francos (el 811), en un parágrafo significativamente titulado “la memoria catalana de la Reconquista” y en el que da no menos significativamente muestras de comprensión y simpatía -fuera de toda sospecha-hacia las andanzas de la Generalitat en vísperas de la entrada de España en la UE, que celebraban en Aquisgrán -Aix-la-Chapelle, antigua capital de Carlomagno-, bajo los auspicios (nota bene) de Otto de Haubsburgo -el amigo de Franco- la vuelta a Europa (sic) de “sus catalanes” Botón de muestra ilustrativa, las páginas referidas de este intelectual francés que se inmoló por Europa en la catedral de Notre Dame, de una memoria franco/francesa de la Reconquista y por vía de consecuencia de una óptica francesa a la vez del problema catalán, propia e intransferible. Que merece -en nuestra modesta opinión- esfuerzos y tentativas de entendimiento por parte española. ¿Solución madrileña al problema catalán a cualquier precio? Acuerdo previo París-Madrid mas bien, de condición sine qua non a la solución del problema. En aras de la auténtica unificación europea
En su edición de hoy el diario el País analiza la campaña electoral francesa comparándola con el panorama político español y con el espectro electoral que componen las principales figuras de los principales partidos en aquél representados. Y a todos los principales candidatos presidenciales enfrascadas en las presidenciales francesas el País les encuentra alter egos o aliados en España incluso a Marine Le Pen que no tiene quién le escriba -dice el diario madrileño- pero de la que llega a citar un grupo -Vox- con el que aquella mantiene contactos por muy marginales que aquellos sean en la política española. Con todos lo candidatos presidenciales franceses en liza como digo, salvedad hecha de uno de ellos y no precisamente el mas insignificante, a saber François Fillon, del que venimos ahora a saber por el diario madrileño que se vio (discretamente) boicoteado en el congreso del PP del pasado mes de febrero, tras haberse visto puesto en la picota de ciertos medios y acto a seguir -cuestión de un dia- perseguido por la justicia gala.

Y venimos a saber también que en las primarias de su partido, las preferencias españolas -léase al interior del PP- se dividían entre Alain Juppé y Nicolás Sarkozy, lo que viene a confirmar -y que nadie me lo tome a mal por favor- la proverbial miopía española en tratándose de asuntos de fuera, sobre todo de por cima de los Pirineos. Por qué no aposto nadie del PP por François Fillon en las primarias de la derecha francesa? Una cuestión que seria interesante -y urgente- elucidar. ¿Por aquello de más vale malo conocido, me explico, por la obsesión de la búsqueda del centro que arrastra el partido popular desde la noche de los tiempos, léase desde los tiempos de la transición política? O por esa sarta de complejos que arrastran ye les hace huir como de la peste de una definición -la de ser de derechas- que el candidato de los Republicanos a la actual carrera presidencial hace en cambio suyo sin complejos? O por aquello de no nombrar la soga en casa del ahorcado? Y todos aquí ya saben a lo que me refiero.


Como sea, François Fillon sobrevivió a la campaña despiadada en su contra que habrá durado tres meses y llega la recta final -a tres días de las elecciones francesas del domingo- bin situado, en el pequeño pelotón de favoritos,convencido además -él como la masa entusiasta de su seguidores- que va a pasar a la segunda vuelta. Y si así fuera -algo de lo ye algunos estamos convencidos, observadores desde fuera- se pondrá una vez más en evidencia es miopía tan frustrante en cuestiones de política internacional de la clase política española y en particular del cuadrante de la misma situado a la derecha. Y si al final Fillon resultase elegido presidente de la república francesa un espacio político se abriría a la derecha de Mariano Rajoy y a la izquierda de Marine Le Pen, por así decir, para posibles y futuros émulos españoles del líder de la derecha francesa (republicana)

La coartada anti-Fillon entre la derecha (sociológica) española se la habrán ofrecido no obstante algunos -como anillo al dedo- las recientes declaraciones -rectificada justo al día siguiente- de François Fillon que sin referirse directamente al referéndum en Cataluña sino a la situación en Escocia y sobre todo en Crimea -anexionada por por Moscú tras la celebración de un referéndum convocado por el parlamento de esa región autónoma que dio un payo abrumador a la reunión con Rusia, y en las que el candidato de la derecha francesa parecía mostrarse favorable a la organización de un referéndum en Cataluña. Lo que rectifico justo al día siguiente curándose en salud de la inconstitucionalidad de un tal referéndum en l actual situación (española)

¿Simple maniobra política, una puya de François Fillon hacia un partido (el PP) del que se considera (cargado de razones) boicoteado o ninguneado? Todo eso y Síntoma innegable a la vlez -en mi modesta opinión- de esa vertiente francesa innegable del problema/catalán de España y del conjunto de los españoles que arrostramos desde hace siglos y que el régimen anterior no consiguió solucionar, viendo al contrario sus soluciones o alternativas -sucediéndose una tras otra- saldadas por el mas rotundo y polvoriento de los fracasos. 3El problema catalán se resolverá desde Madrid” proclamaba hace cinco años la derecha/patriota, en una manifestación a la que asistí (confiteor) en Barcelona Cinco años qe a algunos no parecen siglos, por lo mucho que ha evolucionado la situación y que ha cambiado las cosas, lo que hace que ya nos creamos esa eslogan como un postulado o un axioma indiscutible, tal y como nos lo pareció hasta no hace mucho Y sn duda se dea (en parte) a que no he venido observando “el problema” y sus tentativas de solución desde Madrid, sino de por cima de los Pirineos.

Lo que me hace apostar o pronosticar que el problema catalán son se resolverá sin un acuerdo conjunto previo de Paris y de Madrid. Como lo hacen presagiar los balbuceos -declaraciones y rectificaciones incluidas- de François Fillon sobre el tema. Esa es mi apuesta, de un inconfundible sello belga, dirán tal vez algunos. Y a fin de cuentas, es cierto, ¿por qué debería yo prestarle mas fe a Madrid -léase a un gobiero español (el que sea)- en la resolución del problema catalán, cuando -en treinta años- no me supieron ofrecer a mí una solución al problema personal e intransferible de innegable índole política -léase político/religiosa- que arrastro y que me llevo a expatriarme (semi/forzoso) en Bélgica. Las cosas claras, dice el refrán y el chocolate espeso

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