miércoles, octubre 05, 2016

ARZOBISPO DE ALEPO Y PLAÑIDERAS HUMANITARIAS

El padre Foucault -Charles De Foucault, antiguo legionario en el Magreb, de una familia francesa de vieja raigambre, monárquica y tradicionalista- fue la gran cortada de los progres del concilio vaticano segundo en el tema de la misión y en particular de la misión entierras de Islam. Como lo pusieron en práctica durante el concilio -e incluso ya antes- en la guerra de Argelia, poniéndose descaradamente del lado del FLN (y en contra de la presencia francesa) Pagarían (caro) el pato  nueve misioneros trapenses franceses de una comunidad instalada en las montañas del Atlas décadas después, asesinados salvajemente (en 1996) por grupos islamistas durante la guerra civil argelina. Y el despertar del islamismo anti-occidental de las últlimas décadas debería llevar a una revisión radical no sólo del ideal misionero en tierras de Islam, sino del ideal misionero a secas tal como lo propagó y perpetuó la tradición judeo/cristiana hasta nuestros días, en el Norte de África como en la América (ex) hispana o en Filipinas (…) Tal y como lo ilustra de nustros días el triste ejemplo que están dando actualmente religiosos occidentales -ligados directamente al Vaticano- en la guerra civil siria. Por ejemplo, el de la orden franciscana de tierra/santa, pidiendo descaradamente contra-bombardeos (“humanitarios) en Alepo las horas que corren. Misioneros católicos en Oriente Medio y culpabilización anti-occidental (por cuenta del colonialismo), el binomio inseparable (y funesto e insufrible e insoportable)
El nuevo arzobispo maronita de Alepo -nombrado por el papa Francisco- es por las fotos un hombre joven, joven por la edad y joven también por su forma de abordar a los medios, sin tapujos ni media tinas. Que vuestro si sea si que vuestro no, sea no. Y a fe mía que los hombres de iglesia tan habituados a la palabrería clerical y a los eufemismos, lo tienen crudo y difícil en este trance de la batalla de Alepo como lo habrán tenido desde el inicio de la guerra en Siria. Predicar la guerra santa -léase contra el Islam- es algo que hizo la iglesia en los siglos de cruzadas, pero que abandonó como obsoleto hace vario siglos. No obstante, en épocas recientes -y a riesgo diciendo esto de que algunos ma acusen aquí de obsesión anti-Wojtyla- cuando la guerra de los Balcanes y en concreto cuando el asedio por las tropas de la entonces Yugoslavia de Sarajevo, bombardeada entonces, la voz del papa polaco se hizo oír atronadora en los medios preconizando bombardeos estratégicos (sic) -léase contra los serbios- por razones humanitarias, sin tapujos ni complejos Un gazapo gordo por demás que algunos no se tragaron entonces, el que suscribe entre ellos.

Los bombardeos estratégicos de los últimos días en Alepo -por parte de la aviación rusa- habrán levantado una polvareda de protestas y lamentos entre uncoro unánime de plañideras humanitarias -como courrió con el bombardeo de Guernica-, pero la humanidad no parece que esté esta vez tampoco de lado de los humanitarios. Como la paz en Colombia no esta forzosamente del lado de los que la pregonan (léase de los partidarios del si en el relferendum el pasado domingo) Curiosamente el arzobispo maronita de Alepo que lamenta embargo los daños (colaterales) ocasionados no los condena. Al contrario, en delcaraciones al Senado italiano, el prelado sirio apunta (valientemente) con el dedo a la responsabilidad occidental y en concreto de los Estados Unidos en la génesis del conflicto en su país. Llegar sin más -habrá venido a decir en la prensa italiana-, arrogantes y queriendo imponer su propia concepción de la democracia diciendo que un presidente electo (in casu, el mandatario sirio) no valía, no son formas. Eso habrá dicho el prelado maronita.

Pero ya se sabe que la iglesia dejo de ser un r efugio de unanimidad y armonía entre sus miembros para convertirse en una jaula de grillos (como le dicen los belgas) Y así mientras el arzobispo maronita de Alepo -de una comunidad que habita exclusivamente (nota bene) en la zona controlado por el gobierno , y partidarios notorios del régimen y del presidente Assad desde el comienzo de la guerra- justifica mas o menos discretamente -por razones “pastorales”- los bombardeos estratégicos de Alepo que buscan un a solución militar a oda costa que hoy por hoy parece la única solución humanitaria auténtica, léase viable a corto y a largo plazo, la orden franciscana -¡aparte de mí es cáliz!- se habrá lucido dirigiéndose a la ONU -a través (nota bene) de Radio Vaticana- pidiendo una intervención militar en Alepo que es lo que traducen sus llamamientos a la creación de una fuerza de paz (sic) a cargo de la ONU y el establecimiento de una zona de seguridad -léase la famosa de exclusión aérea y terrestre de los tiempos de la guerra en Libia- marcando así dócilmente el paso detrás de las potencias que sostiene la rebelión islamista.

Las congregaciones y ordenes religiosas dependientes directamente del vaticano presentes en el Oriente Medio hace tiempo que se convirtieron en compañeros de viaje del desafío islamista (a Europa y al Occidente) Desde los tiempos de la guerra civil argelina de principios de la década de los noventa (ya por lo menos) Tuvo lugar entonces la matanza de los miembros de la comunidad de padres blancos franceses que llevó a alguno a revisar radicalmente -e consta de algunos casos personalmente- un ideal de misión en los países árabes calcado del modelo del Padre Foucault, que acabo también asesinado a manos de indígenas (musulmanes)

Pero otros en la iglesia -como la comunidad (radicada en Roma) San Egidio- persistieron en esa utopía misionera que se revela hoy en la guerra en Siria y en general en todos los conflictos que habrán surcado el mundo árabe/musulmán desde el estallido de las primaveras árabes, el mas grandioso de los fracasos. Solución militar en Alepo, la única solución humanitaria que merezca verdaderamente se nombre.

Que rompa el chantaje y el secuestro que se sigue imponiendo tanto a la opinión pública y a la comunidad internacional como al conjunto de la población civil atrapados en el sector rebelde la ciudad y convertidos en rehenes de bandas de fanáticos sanguinarios, que han demostrado cn creces en los últimos años lo ye se les da a ellos la humanidad y las consideraciones humanitarias del género que sean

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