martes, junio 28, 2016

ZETAPEDRO, EL EMPECINADO GUERRA CIVILISTA

Jaén, capital del Santo Reino. Jaén y su provincia ilustran en grado sumo la erosión irreversible que viene sufriendo el PSOE a escala nacional lo mismo que en la región andaluza. Como se ha vuelto a poner de manifiesto en las elecciones del pasado domingo. Pese a figurar -con Sevilla y Huelva- entre las tres provincias andaluzas donde el PSOE se resiste a perder su hegemonía (en número de votos, que no en escaños), todas las grandes localidades de la provincia, a comenzar por la capital, Jaén, habrán registrado victorias claras y contundentes del PP. De Jaén a Vallecas o al Distrito Centro, el desafío de la izquierda española que levantaba cabeza en los últimos años -desde los atentados del 11 de marzo, y más recientemente desde la eclosión del 15-M- parece (seriamente) tocado del ala tras las elecciones del domingo
No, y mil veces no. El socialista cuatro/caminero se enroca. No a la derecha, no a al PP, no a Rajoy. No más alianzas que con los afines (sic) ideológicos. ¿Quiénes son los afines de Zetapedro, líder de un partido teóricamente calificado -como es la regla entre sus congéneres europeos- de social demócrata, léase de centro izquierda? ¿El centro o la izquierda, que me diga la extrema izquierda? La respuesta es obvia.

Los afines son los herederos de los compañeros de viaje y de las alianzas de la guerra civil, esa es la linea divisoria predominante e infranqueable, que separa o decanta a los afines de los que no lo son (en la óptica del dirigente socialista) Y los de Podemos lo son en la medida que reivindican la misma memoria histórica que el líder del PSOE, a saber la memoria de los vencidos del 36, y no lo son en la medida que juegan al escondite -o lo parece a veces- con el PP, el enemigo irreconciliable.

Y Ciudadanos son “amigos” también en la medida que el líder tan voluble y versátil que les dirige parece a veces compartir esa misma memoria histórica por la vía paterna (presumiblemente) andaluza, como lo daría a entender fehacientemente su política de pactos -y todo lo que se seguiría después- en la región andaluza. Y como lo prueban también sus opciones (siempre las mismas) a la hora de apoyar con su voto -a nivel municipal, por toda España- propuestas -guerra civilistas, de la izquierda- en aplicación de la Ley (inaplicable) de la Memoria. Y los que están del otro lado de esa linea (de trinchera) siguen siendo el enemigo irreconciliable.

Ese es el telón de fondo (guerra civilista) inamovible e insoslayable de la crisis política española que se adentra ahora en una segunda etapa marcada (de nuevo) por la incertidumbre tras los seis meses transcurridos entre los dos encuentros electorales. Y es lo que explica que lo que parece natural y lógico en el resto de los países europeos no lo sea en cambio o no pueda serlo entre españoles, ante la extrañeza e incomprensión -perfectamente perceptible en los análisis y comentarios de las últimas horas de los corresponsales y periodistas extranjeros.

¿Y los los medios españoles de la prensa global y sus gurús en todo esto? Comparsas del guerra civilismo más recalcitrante. Como lo ilustra el caso de sus dos exponentes mas emblemáticos, Losantos y Pedro Jota. Representante el último de los citados de un periodismo de choque anti-fascista, de izquierdas los años de la transición (que todos tenemos memoria) y antiguo militante maoísta el primero de los dos, que así es como él vivió a todas luces la versión española del mayo francés (y sus resacas) Quién bebió beberá, reza la biblia canónica. Y en política, más que en amor, la primera experiencia es la que (más) cuenta.

Y eso es sin duda lo que explica EN EL FONDO la linea de evolución -la última fase de circunvalación sobre todo en cada una de ellas- de estas dos estrellas (errantes) del periodismo político de la democracia, convertidos de la noche a la mañana -tras la caída del muro (nota bene)- en heraldos y pontífices de una derecha/liberal que se sacaron ellos mismos de la manga o exhumaron de las honduras del pasado español, del pasado siglo (y del antepasado), dando lecciones a diestra y siniestra a seguir durante décadas de democracia de anti-comunismo, de anti-fascismo y de liberalismo y de anti-populismo y no sé de cuantas otras cosas, y erigiéndose en hacedores de gobiernos o príncipes electores (a la española) -de la era Aznar- y empleados ahora a fondo desde hace meses en una clara (y escandalosa) operación de acoso y derribo, desde que se abrió la crisis política en curso.

Fueron uno y otro -¿acaso lo podrían negar?- directos beneficiarios de las pinzas del PP entonces ¿porqué se escandalizan tanto de las de ahora? Los resultados del domingo -como no han dejado de observarlo algunos en las redes sociales- no solo habrán supuesto una sorpresa mayúscula para muchos sino que ademas marcan una clara tendencia a corto y a medio plazo en la política española. ¿Se atreverá a seguir desafiando aquellos y a ignorar olímpicamente ésta el actual líder del PSOE? ¿Hasta cuando podrá seguir haciéndolo? La pregunta del millón que plantea al nueva situación política cuarenta y ocho horas apenas trascurridas de de la jornada electoral yd el anuncio de sus resultados.

Un dato crucial, el PP vence en diez y ocho de los veintiún distritos de Madrid (capital) Recuperan Villaverde, Usera y Vicalvaro, los tres en la antigua cintura roja madrileña. Los tres restantes que quedan en manos de Podemos, son el barrio y la villa de Vallecas -"aldea gala de Podemos" la llaman en los medios- y (¡ay dolor!) el distrito Centro, símbolo de la indecisión entre izquierdas y derechas que sigue gravitando de cerca sobre nuestro futuro inmediato, tal y como parece verse arraigada en el núcleo mas central del casco urbano de la capital de España. La ultima aldea gala y los barrios bajos del Madrid castizo, eso son los poderes que aún le quedan al partido de Pablo Iglesias en la capital de España. ¿Por mucho tiempo?

Y en la provincia de Jaén uno de los tres feudos (provinciales) que aún le quedan al PSOE -en número de votos, empatados en cambio con el PP en núpero de escaños (dos y dos) el pase en revista de los resultados electorales municipio por municipio es de lo mas instructivo y revelador también. Para esquematizarlo, la línea divisoria Norte/Sur que forma en la provincia de Jaén la cuenca del Guadalquivir, tiene ahi también como en todas partes dentro de la geografia española, clara incidencia en el plano político. La otra línea divisoria es la que separe a los grandes municipios de la provincia de los pueblos inferiores a los diez mil habitantes. Al norte del la cuenca de Guadalquivir, todas las grandes localidades jiennenses -Linares, Úbeda, Baeza, Villacarrillo, Andújar, La Carolina-, habrán dado victorias sin discusión del PP.

Las excepciones a la regla, al Sur me refiero de esa línea divisoria, la ofrecen municipios importantes como Torredonjimeno -alter ego de derechas de su vecina Martos, con fuerte arraigo del PSOE- y sobre todo la capital de la provincia, donde la victoria del PP viene a ser la mas clara y contundente de todas, las zonas mas rurales en cambio siguen sufriendo predominio de la izquierda, a comenzar por la Sierra Mágina -en particular Jódar fiel a su reputación de antiguo de ser el pueblo mas rojo de España.

Como quiera que sea, la tendencia -de un PP al alza quiero decir- en Madrid como en Jaén sale a relucir por somero que sea el análisis de los resultados electorales del domingo pasado. Lo quiera reconocer Zetapedro o no lo quiera y fe mía que empecinamientos como el suyo, no son propios de un nación en situación de convivencia pacífica, sono en una situaciónde guerra, léase de guerra civil. La guerra de los ochenta y tantos años que todavía dura

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