EL DIOS PAN Y LA MÚSICA EUROPEA

La Flauta del Dios Pan. Ese era una de las piezas del concierto al que habré asistido hoy (sábado) en Madrid, en un auditorio de un distrito de las afueras de la capital de España. ¿Por qué me conmueve tanto -hasta las lágrimas la música de flauta? ¿Por qué me conmovió tanto la primera parte de este concierto y me dejo tan frío la segunda parte tan lorquiana, tan "flamenca" y tan "españí" (que no española) La pregunta lacerante que ronda en torno a mi mente de antiguo y a la que trato de dar hace ya rato en este blog sin herir los sentimientos y las sensibilidades de nadie. Y esa era la pregunta que me hacía hoy también mientra trataba de secarme -por un sentimiento de pudor irreprimible, sin que se notase- las lagrimas ante loa secretos de composiciones (archi conocidas) -de los franceses Doppler y Mouquet-, o tratando de explicarme -y de justificarme- a mi mismo la frialdad que me entraba con otros temas de Pirineos para abajo. La música nos une, y también nos separa, con mayor fuerza y radicalidad que otras cosas. Misterios de la civilización europea. De una civilización eminentemente musical como lo fue y lo siendo la nuestra. Y secretos de un alma de artista. De un alma de poeta