PUERTO RICO O LA LENGUA CORROMPIDA

Francisco Umbral, gran convidado de piedra en el reciente congreso de la lengua en Puerto Rico donde habrán puesto a caldo tanto al monarca Felipe VI como al presidente de la Real Academia, que lo era en vida de Umbral cuando se le negó obstinadamente hasta el final un sillón de académico, por razones extra-linguísticas y extra-literarias. Y así, la Academia que fija y da esplendor se ve convertida hoy en un pelele consintiente en todo tipo de caprichos, por cuenta de puertorricoñeidades y otras identidades ex-hispanas y anti-españolas. Con la suprema caución del diario el País y de sus gerentes y albaceas. Estómagos agradecidos

Puerto Rico. Octavo Congreso de la Lengua. Con la Iglesia hemos topado, querido Sancho. Con el papa ítalo argentino, me explico. Ubicuo y omni presente en todas las polémicas que rondan la ex-Hispanidad -léase los países ex-hispanos de América (y Filipinas)- las horas que corren. Como esta que habrá estallado con ocasión de la intervención en el congreso, de Felipe VI. Le habrá faltado tiempo al independentismo (anti-colonialista) portorriqueño a levantar la voz para despotricar. ¿La Monarquía, una superstición española?

A cada cual sus supersticiones. Y sus héroes y sus muertos, como decía Heidegger. La supersticion monárquica por la judeo/cristiana (y papal) que les transmitimos nosotros, cierto, pero que fue la coartada preciosa que les permitió darnos la patada. Y no nos parece menos supersticioso -y preñado de contradicciones- el nacionalismo puertorriqueño preñado de Leyenda Negra por partida doble -por anti-española y por anti-colonialista- como el cubano y todos los nacionalismos ex-hispanos (léase anti-españoles) que siguen echándonos en cara el pasado colonial, y como si fuera el colmo de la ingratitud, el haberles echado en brazos de los Estados Unidos.

¿En qué quedamos? ¿Culpables los españoles de haber combatido a los mabises independentistas (y asesinos) o justo por lo contrario, por no haber combatido hasta la victoria lo suficiente contra los aliados de aquellos entonces, los Estados Unidos?
Tienen la memoria corta en el Caribe. Pero ahí están no obstante los testimonios gráficos que se exhuman ahora con ocasión de de la visita de San Obama a Cuba (y a su régimen) En ellos se ve al presidente de Estados Unidos de entonces visitando la Habana (en 1928) despues de haber descendido directamente de un buque de guerra estadounidense atracado en el puerto habanero.

No somos cortesanos, no incensamos al monarca, estas entradas dan testimonio fehaciente de ello. A dios lo que es de dios no obstante y al césar lo que es del césar, y bien leída y releída la intervención del monarca en el congreso de la lengua, no se le podía pedir mas en punto a prudencia y a equilibrismo y mano izquierda y sentido de hombre de estado.

Puerto Rico pertenece (como estado libre y asociado desde hace décadas) a los Estados Unidos desde los tiempos de la guerra de Cuba hace ya más de un siglo y el movimiento independentista boricua -menudo ejemplo de españolidad terminológica- no pasó nunca de una corriente más o menos tolerada como el independentismo en el Quebec y no se ve bien por qué habría que pedirle mas solidaridad que a Francia con su antigua colonia americana, a España para con unos países independientes o mas o menos autónomos que tan poca solidaridad mostraron con nosotros en su momento.

El movimiento mambise anti-español existió también en Puerto Rico (salvo prueba de lo contrario) ¿Guardaron el español? Todo en su honor, pero eso nos les da derecho a erigirse en sus tutores o custodios en detrimento de las credenciales lingüísticas y los derechos del país que fue cuna del idioma y no hablo de madre patria, porque es un termino que me suena a hueco desde hace décadas, tal vez desde que residí -hace mucho es verdad- en la América ex-hispana. Puerorricoñeidad (¡uf!) ¿Sí por qué no? Si así les place.

Umbral tenia razon, la lengua se corrompe del otro lado del Atlántico. Falta de contacto con la tierra madre (europea) que la vio nacer. Y que se piense de mí lo que se quiera