miércoles, enero 27, 2016

HISTERIA ANTI-CORRUPCIÓN Y ASESINATO ISABEL CARRASCO

Isabel Carrasco, una mujer político vehemente e impulsiva. Ni el bicho odiado de todos no obstante, ni el monstruo de corrupción politica (marca PP) que habrán pintado ciertos medios, con eco en un determinado sector de la opinion poublica, y en otros de cariz ideológico (patriota) fuera de toda sospecha. Como este juicio del siglo está poniendo de manifiesto. Histeria anticorrupción y violencia asocial (y terrorista) Un binomio -¿indisociable ?- que deberian ponerse a estudiar algunos
Nuevo culebrón en materia de políticos corruptos –mayormente de derechas- a cargo de la fiscalía anti-corrupción y por cuenta del nuevo escándalo que viene a salir a flote –como anillo al dedo- precisamente ahora en plena crisis política, en espera de la investidura o de nuevas elecciones en primavera. Y el tiro contra la línea de flotación del partido (aún) en el poder llega ahora de Valencia por donde les vinieron la mayor parte de los tiros en el pasado.

Y con estas nuevas revelaciones –presuntas o verdaderas- hace su agosto por cierto la prensa, siempre –aún la mas seria un poco tentada de sensacionalismos, y en particular ese sector de los medios que tiene apostado por la caída de Mariano Rajoy, léase en favor –lo reconozcan o no lo reconozcan- de un gobierno de frente popular (o progresista) –lo mismo me da que me da los mismo- en la nueva terminologia (de los socialistas) Y siempre la misma cantinela, prevaricación (administrativa), tráfico de influencias, cohecho, malversación, blanqueo de capitales, etcétera, etcétera.

Una nueva tipología erigida –en torno al concepto antiguo de cohecho (de indudable raigambre y solera en el ordenamiento jurídico español y en nuestro derecho histórico)- tras la transición democrática. Una retahila de figuras confusas y mal definidas y peor tipificadas y delimitadas, inexistentes –doy fe de ello, de mis estudios de Derecho de justo antes de la muerte de Franco y de la transición en el ordenamiento jurídico anterior, y en nuestro derecho histórico.
No es óbice que habrán alimentado una mitologia en extremo peligrosa -por el brillo de sus fuegos fautos y por su fuerza de arraigo en la opinión pública-, hasta el punto de haber dado acabado desatando una verdadera histeria anti-corrupción -a rachas, como una fiebre endémica-, en un sector de los medios y correlativamente, en otro sector (considerable) de la opinión pública y de la sociedad española.

Y de lo nocivo y deletéreo del fenómeno nos ofrece muestra elocuente el caso que se está juzgando en León desde hace unos días, a no dudar el que mayor sensación habrá causado en la crónica judicial española de los últimos años, y me estoy refiriendo (todos ya lo han adivinado) al asesinato de Isabel Carrasco.

El asesinato frío, premeditado –como de mano de sicario- y con alevosía además de la antigua presidenta de la Diputación de León, muerta y rematada (por la espalda) de tres tiros en la cabeza –hasta hacerle saltar la tapa de los esos (en medio de una humareda)-, habrá hecho sin duda reflexionar a más de uno de lo que más se habrán embalado con la casos de corrupción política que habrán venido salpicando los medios en los últimos años.

Y para comenzar, al que esto escribe, propicio y proclive también como tantos otros hasta entonces, a dar crédito a todos esos culebrones periodísticos por cuenta de la corrupción y ad majorem gloriam de lo políticamente correcto y del buen nombre de la diosa democracia.

Cuando aesinaron a la infortunada politico del PP se desato una ola de ataques y acusaciones contra la victima propaladas incluso en medios hasta entonces –para mí me refiero- fuera de toda sospecha, y me refiero en concreto a los llamados medios « patriotas »

Y a fe mía que no salía de mi sombro ante el espectaculo escandaloso (e indecente) de justificación –a penas velada- del asesinato en frío (por venganza) y del ajuste de cuentas, por cuenta de la corrupcion, que me diga de la lucha contra la courrpcion (política)

Por donde el (pretendido) celo anti-corrupción venia a servir de coartada de auténticos crimenes –como el asesinato por venganza, premeditado- de una gravedad incomparablemente mayor.

Y estos días habremos visto desfilar –a través de los medios- los diferentes protagonistas de este proceso tan mediático, y ni de los debates de la sala de audiencia ni de los comentarios en los medios, viene confirmarse ese linchamiento post mortem de Isabel Carrasco que algunos sin duda esperaban y que deseaban en su foro íntimo.

Una mujer político, polémica, discutida sin duda, con enemigos –como los tenemos todos- pero no ese bicho inhumano odiado de todos, ese monstruo de corrupción política (marca PP), de cierta propaganda (de clara intencionalidad política partidista) Signo de contradicción, revelación del fondo de los corazones (de muchos), el caso de Isabel Carrasco, a la que no se perdona ni aún después de muerta los oficios o cargos renumerados –y legales- que ostentaban o que dicen que ostentaba.

Y a la que sigue sin perdonar –por lo que se deduce de su intervención delante del tribunal- su asesina, convicta y confesa.

No conozco (mayormente, no más que muchos españoles por lo menos) la España del Noroeste, pero siempre acogí con incredulidad y escepticismo en lo más intimo esa imagen –de tierra incógnita, muy/suya, hermética e inaccesible- que arrastra –sin duda iniustamente- toda esa zona geográfica de la Penínsulaa, que hacía evocar a ciertas zonas o regiones del Sur de Italia –a Nápoles o a Sicilia- o a la regiónn vecina del otro lado de la frontera hispano/lusa de Tras-os-Montes (que tal vez sí se la merezca)

Una imagen –de infamia, de ley del silencio, de reino de la venganza- sin duda injusta y caricaturesca, que salta ahora en pedazos en este proceso que si por algo está llamando la atención es por lo publico y abierto de susintervencioness y de sus debates. La España del Noroeste, cuna del Alzamiento del 36, matriz principal de la España de la Victoria (del 39) y bastión el mas fuertee e inquebrantable en nuestros díass del partido (aún) en el gobierno, el PP, debíaa salir condenada y (para siempre) mancillada de este proceso del siglo a imagen y semejanza de la político asesinada, a la que algunos querrían hacer cargar con todos los pecados de Israel, que me diga de la democracia.

No creo que lo consigan. Antes al contrario, pienso que les pueda salir –más que probable- el tiro por la culata. « Ella sabrá por qué » se oyó –otra vez tanto tiempo ya pasado desde el final de las campañas de asesinatos de la ETA-, tras la muerte (asesinada) de esta mujer político leonesa, vehemente e impulsiva.

El juicio en curso está poniendo suficientemente claro no obstante la sin razón de sus enemigos (y de su asesina) Y también el delirio (demente) de esa histeria, de esa fiebre anti-corruptos, que hace estragos las horas que corren en España tal vez más que en ningún otro sitio (por lo que sea)

Histeria anti-corrupción y violencia terrorista ¿nada que ver? Misterios de guerracivilismo

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