El momumento a las Brigadas Internacionales –y más que el monumento mismo, el estado en que habitualmente se encuentra- en el corazón del campus de la Universitaria madrileña es simbolo mayor de ese carácter guerracivilista beligerante, anti-universitario y anti-académico que cobró la otrora brillante universidad Complutense desde los tiempos del tardo franqusmo (cuando el autor de estas líneas pasó por ella) convertida desde entonces en pura trinchera de la guerra civil interminable, y de la que el auténtico espiritu universitario –de búsqueda de la Verdad y de amor a la Sabiduría- y las creaciones libres del Espíritu, desertaron hace décadas. ¿Asalto a los cielos ? ¡Asalto a la Complutense! Para echar a los que hoy por hoy mangonean y pontifican en ellaCiudadanos parece haber encontrado su camino, con el chollo (con perdón) de la memoria histórica, o con los bazas que me diga que les brinda la ley funesta, de así poder posicionarse de partido bisagra entre izquierdas y derechas como los de Podemos lo están haciendo en Cataluña (y otras regiones autonómicas) entre separatistas y « españolistas »
Y así, y aprovechando sin duda el impacto de la intervención de hoy en el consistorio madrileño de uno de los concejales del PP, antiguo concejal de Cultura con la alcalde anterior, Ana Botella, aquellos habrán conseguido hacer aprobar –con no poco desparpajo en su conducta es cierto- una moción no poco insidiosa, unciéndose así en cierta forma al carro de los defenestradores guerracivilistas del equipo de la actual alcaldesa, por la que proponían dedicar algunas –no todas- de las calles ahora defenestradas a víctimas del terrorismo de la ETA, y en lo que esperan encontrar sin duda mayor consenso que en la memoria de la guerra civil (española) Como un poco de vaselina para ayudarnos a tragar la ley funesta e inaplicable.
La intervención del concejal del PP que se habrá visto celebrada y jaleada en ciertos medios, tampoco deja de prestar el flanco a la critica por esas alusiones (infelices) a los crímenes (sic) del franquismo que era lo que querían oír los de la parte contraria sin duda alguna.
El bajo perfil histórico o segundo plano del PP en el tema de la memoria histórica –y el perfil más bajo aún de Ciudadanos, sus compañeros de viaje y retoños suyos al mismo tiempo- hace (tristemente) pensar en la llamada táctica de los católicos liberales en Francia tras la caída del régimen de la Restauración, que se vieron (y sintieron) impotente a la hora de poner en duda o en revisión el hecho histórico inamovible de la Revolución Francesa y así optaron por ponerse a andar por la cuerda floja de lo distingos mentales –entre regímenes y formas de gobierno por ejemplo- y del compromiso histórico en suma con regímenes republicanos que tomaban prestado su legitimidad histórica e ideológica, quiero decir en el plano de los hechos históricos, directamente a aquel cambio revolucionario.
El hecho/histórico, que me diga la rémora inamovible en el caso español lo viene a ser mutatis mutandis la derrota de los nazifascismos en la Segunda Guerra Mundial, y digo bien lo de mutatis mutandis, porque las diferencias son de talla entre los dos elementos de la dicha comparación histórica, léase entre los católicos liberales franceses y los acomplejados miembros del partido de los complejines (que me diga de los complejazos, que no se salta un cualquiera)
Los nazi fascismos fueron derrotados militarmente, el régimen de Franco en cambio –por más que se vio sometido a un proceso de rendición en el 45 (a manos de dos de las potencias vencedoras, Estados Unidos e Inglaterra), como aquí ya lo tenemos explicado- no lo fue, militarmente hablando me refiero.
Y la historia sigue asi en pie por consiguiente, con lo que hablar de crímenes del franquismo –tal y como lo habrá hecho el docto y brilante concejal del PP- es como echar un brindis al sol (del rojerío), o hablar gratis sobre algo que no se podrá probar nunca, a falta de pruebas judiciales entre otras- y porque la historia no se repite o nunca da marcha atras (de la misma forma) y no puede negarse ni reescribirse (de otra forma) en resumidas cuentas. Y ese otro hecho inamovible que ahi queda para los restos –ad vitam aeternam-, lo es la Victoria (militar) del Primero de Abril del 39.
En la reunión consistorial de hoy se habrá decidido también acordar una calle al último alcalde anarquista de Madrid (en zona roja), Melchor Rodríguez, –conocido con el sobrenombre del « ángel rojo » (como un oximoron, o contradicción in terminis), porque acabó con las sacas, una vez (nota bene) que las cárceles estaban ya vacías la verdad sea dicha, y sus ocupantes exterminados (sic) en Aravaca o en Paracuellos (y en otros puntos de la periferia madrileña)
Y eso forma parte también de la verdad histórica. La intervención del concejal del PP habrá servido no obstante para poner el dedo en la llaga de lo poco reconciliadores y lo muy revanchistas y beligerantes) que vienen siendo los cambios y propuestas en materia de memoria de la nueva alcaldesa.
Pero el punto neurálgico en la discusión de hoy en el consistorio lo habrá ofrecido la (triste) figura de titular de la cátedra de memoria histórica (sic) de la Complutense, que ostenta nada menos que la hijastra de Fidel Castro (horresco réferens !) de la que ya nos ocupamos no hace mucho en una de estas entradas.
« Esos ataques a la Universidad nos recuerdan tiempos antiguos », habrá replicado arrogante y en tono de desafío la actual concejal de Cultura, en una referencia inequívoca a la Universidad –y a la Universitaria madrileña en particular del tardofranquismo. Un guante que recogemos aquí ahora con mucho gusto, sin la menor dilación y sin el menor complejo.
Universidad siniestrada, la universidad española, y en particular la Complutense, lo dije (por escrito) y me reafirmo en lo que dije. Convertida en una trinchera de guerra civil desde aquellos tiempos ya lejanos (finales de los sesenta principios de los setenta), presa de un fenómeno de endogamia persistente dentro de sus muros –todo para ellos y para los « suyos »- y desacreditada en todos los planos tanto a nivel nacional como de puertas afuera.
Llevo treinta años en Bélgica discurriendo a menudo por espacios académicos y universitarios. No oí nunca (¡mi palabra !) el menor eco de una muestra de irradiación internacional cualquiera, por cima de los Pirineos, del estamento universitario español –en sus ramas mas humanistas por lo menos-, si se exceptúa el fenómeno de los indignados del 15-M (y si se les podía llamar universitarios a los perroflautas aquellos) Mi aplauso pues al ataque valiente del concejal del PP, a pesar de las reservas que aquí habré expuesto.
El verdadero espíritu universitario - de la busqueda desinteresada del Saber, de las creaciones (desinteresadas) del Espíritu desertó hce mucho las paredes y los muros de loas aulas y de los claustras y también la hierba de los campus universitarios. Hace digamos cuarenta años, a partir de mayo del 68 que asestó un golpe mortal al alma mater de los pueblos y naciones de Occidente.
Por eso, todo lo que producen hoy son frutos de invernadero, como ese joven brillante (de la coleta) -de no sé cuantas matrículas de honor (soló por sus propios méritos ? si nos lo dicen nos lo creemos)-, tan locuaz como (perfectamente) ágrafo en sus producciones intelectuales o académicas, y cultivador de una politología de etiqueta marxista (sic) –o neo marxista- y esclava de unos referentes « doctrinales » (o ideológicos) que ya no se ven por el mundo (salvo en España y en la Universidad española me refiero)
¡Basta de complejos ! ¿Asalto a los cielos ? ¡Al asalto de una Universidad que falsifica nuestro pasado y sigue hipotecando nuestro futuro (hoy como hace cuarenta años) He dicho
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