¡CUIDADO MAJESTAD!

En la foto, Felipe VI, en su recorrido en automóvil al interior de las factorías de la SEAT en Barcelona el pasado mes de diciembre acompañado del conseller (presidente) felón. Escenas como esas será desde luego difícil de hacerlas comprender y digerir al conjunto de la opinión pública española en lo sucesivo, tras las dos intentonas secesionistas fallidas y el enjuiciamiento procesal del máximo responsable de ellas. ¿Una maniobra in extremis en vistas no obstante a más o menos corto plazo, de salir al quite del “president” traidor, heredero y descendiente ideológico de aquel “president” fantoche de la república/catalana "de los segadores”, estado títere -de doce años de duración- de la monarquía francesa de tiempos del Cardenal Richelieu, regente del reino de Francia bajo un rey Borbón? Caveat Rex!

La prensa italiana está mostrando de lejos mucho mas juicio y cordura en tema catalán que la prensa belga –y no digamos la prensa belga flamenca-, como lo muestran sendos reportajes –que me llegan por mano amiga, de italiano residente y afincado en Bélgica- publicados en su ediciones de ayer martes por dos de sus más grandes rotativos, de distinta tendencia los dos además, “La Repubblica” de Roma (liberal laico, de izquierdas) y el gran diario milanés (católico conservador) “Il Corriere della Sera” que recoge unas declaraciones del escritor barcelonés, Ildefonso Falcones, sin duda sin reproche, pero al que se podría pedir un poco mas brío y de de empuje -y de claridad- a la hora de defender la causa de España en Cataluña y pari passu la suerte de una lengua que tantos dividendos produce a una serie de escritores –él inclusive- de expresión castellana radicados en Barcelona que gozan de un monopolio (de hecho) en el mercado editorial –que a fe mía que casi no se ven otros- al norte de los Pirineos.
"La Repubblica", en el marco del reportaje sobre las elecciones catalanas, recoge también una análisis comparativo en clave geográfica de los distintos países de la UE que correrían el riesgo de sufrir el contagio de una situación independentista (e insurreccional en Cataluña.

Así, el diario romano pasa en revista diferentes movimientos independentistas en Escocia, en Córcega, en Flandes, en Baviera, en Crimea por cierto y también –de signo germano (irredentista)- en la Silesia polaca en un eco de una vieja fractura remontándose a la Guerra de los Siete Años, (de mediados del siglo XVIII) y que viene a la vez a resucitar fantasmas del período de entreguerras asociados a la cuestión de los Sudetes –léase las regiones de habla y cultura alemana en la antigua Checoeslovaquia- que fue uno de los casus belli mayores detonantes del estallido de la Segunda Guerra Mundial.

Ninguna de ellos arrastran no obstante el pasado de una guerra civil (comparativamente) tan reciente como en Cataluña. Y en ese sentido son certeras y oportunas las declaraciones de Idelfonso Falcones acusando al “conseller” de estar jugando con el fuego y alertando de la eventualidad de una intervención del ejército en Cataluña, lo que el diario italiano destaca con gran realce. Y a fe mía que en modo alguno exagera.

Cuando me detuvieron (unas horas) hace ya cuatro años en relación con las amenazas de muerte dirigidas a la reina Fabiola en Bélgica, un periodista belga amigo mío me comentó en tono desenfadado –y a modo de justificación- que lo que ocurría era que estaban un poco angustiados (sic) porque en el fondo no sabían lo que estaba ocurriendo con ese asunto. Y me vine ahora a la mente y me lleva a pensar que pueda ser el caso de las instancias supremas que nos gobiernan, que en el fondo no saben lo que una situación cada vez mas fuera de control va a acabar dando de sí ni cómo atajarla.

¿Hablando se entiende la gente? La agravación de la situación a un ritmo tan desenfrenado a la que de tres años a esta parte venimos asistiendo nos disipa todas las dudas que aún alberga podíamos. ¿Vamos no obstante a tener derecho todavía a los españoles -caveat Rex!- a que se nos inflija una nueva puesta en escena de rehabilitación del conseller felón? La inculpación judicial en su contra que se acaba de anunciar parece excluirlo. Algunos sin embargo no lo tenemos tan seguro