Carro abandonado en los inicios de la batalla de Alepo, la gran ciudad del Norte de Siria –la segunda del país- donde resisten aún focos de la rebelión anti-Assad y que según testimonios concordantes estarían a punto de caer en manos de las tropas del régimen. En esa circunstancias ¿qué estamos haciendo los españoles, nuestros militares, me refiero, destacados a un centenar de kilómetros apenas de allí del lado turco de la frontera, un país que fue claramente beligerante, nada de neutral en aquel conflicto desde sus inicios? ¿Están allí para proteger de los ataques del EI (islamista radical) o para prestarse al contrario a todas las provocaciones imaginables –atentados por ejemplo de falsa bandera- en contra del régimen sirio, de un pais aliado y (fiel) amigo nuestro hasta el estallido de ls primaveras arabes y los cambio que imprimió a nuestra política mediiterránea el socialista Zapatero ? Las declaraciones del ministro Morenés no lo aclaran, como seaSoy hijo de militar, crecí y me eduqué entre militares y en barrios de casas militares, soy además sargento de la escala de complemento –entonces de IPS- del ejército de Tierra (de Infantería) Y por encima de todo soy español y me lo siento todavía más tras tantos años de residencia por encima de los Pirineos. Y por todo ello, me siento con fuerza moral bastante para dirigirme públicamente al ministro de Defensa de España y preguntarle –a tenor de sus declaraciones recientes a la prensa que no lo aclaran- el qué estamos haciendo, el qué están haciendo militares españoles en Turquía a escasos kilómetros de la frontera siria, en un dispositivo de defensa anti-misiles –a base de misiles Patriot- integrado en el mando operativo de la OTAN de los que dependen la consignas últimas y supremas a ser (ciegamente) obedecidas por los militares españoles allí destacados y en cuyas manos se encentran igualmente los botones de disparo de los misiles actualmente en manos españolas.
¿Turquía inocente en la guerra civil siria? Está por ver, o digamos que algunos lo tenemos claro, que no. ¿País amigo de España, Turquía bajo un gobierno, que me diga un régimen fundamentalista musulmán? Eso está por ver también, por más que seamos aliados dentro de la OTAN. Desde luego, de un gobierno fundamentalista musulmán nostálgico de las glorias del Imperio Otomano no se puede esperar mucho respeto y menos, comprensión por España y por su pasado. Lepanto –“la más grande ocasión que vieron los tiempos”-, la soga en casa del ahorcado. Y no había más que ver la expresión de profunda tristeza (o melancolía) en el rostro de su primer ministro fundamentalista Erdogan pasando revista a las tropas españolas -en el Escorial!- durante su visita a España invitado por su amigo José Luis Zapatero.
Turquía –léase su gobierno fundamentalista- habrá sido uno de los principales testaferros de la Casa Blanca en la movida de las primaveras árabes, y como tal fueron fautores principalísimos de caos y de subversión en los países de la cuenca mediterránea que estuvieron en su tiempo bajo el Imperio otomano, como Túnez, Libia, Siria y Egipto. Y en el conflicto sirio que el gobierno turco azuzó desde los primeros momentos –como lo haría más tarde en Egipto azuzando y protegiendo a los Hermanos Musulmanes- no habrán hecho más que seguir echando leña fuego abasteciendo de armas a los fundamentalistas anti-Assad y ofreciéndoles santuario seguros del lado turco de la frontera entre los dos países.
Eran tiempos mejores. Lo cierto es que el régimen baasista sirio no tuvo problema nunca con España ni con su régimen –ni el de ahora ni el de entonces- hasta que estallaron las primaveras árabes y se produjeron cambios del mayor calibre en nuestra política mediterránea con el socialista Zapatero. ¿Al rescate ahora –nuestros militares y nuestros misiles Patriot- de la política de la Administración USA en el Oriente medio, que se las tiene juradas no a los islamistas del EI –criatura suya en resumidas cuentas (como lo fueron los talibanes)- si no a Bachar el Assad y a su régimen baasista aliado de los rusos y enemigo jurado de los saudíes?¿Nada que ver la visita del ministro Morenés con el precipitarse de los acontecimientos en el país vecino en guerra y con el rápido deterioro de la situación para ls fuerzas anti-Assad, y el avance inexorable de las ropas del régimen en la región de Alepo la gran ciudad del norte de Siria (cerca de la frontera turca) que estaría –según todos los testiimonios concordantes- en donde resisten focos de la rebelión anti-Assad y a punto de caer en manos de Bachar? A otro perro con ese hueso. ¿Nada que ver tampoco con la visita de cuatro parlamentarios franceses a Siria –tres de ellos de la derecha neogaullista, y un socialista- rompiendo así el cordón sanitario imuesto por la diplomacia francesa desde los inicios del conflicto en aquel país?
¿Gesto de amistad desinteresado con un país “amigo”, o una burda trampa que podría cerrarse sobre las cabezas –y los pies- de los militares españoles allí destacados más pronto de lo que se piensa, en la encrucijada como allí se encuentran de todos los peligros y amenazas, a la merced de todas las provocaciones, bajo la forma por ejemplo de atentados de falsa bandera -como la movida de las armas químicas que estuvo a punto de desembocar ni más ni menos que en la tercera guerra mundial, con intervención española en primera línea hace apenas un año y medio-, que podrían venirles no del lado sirio como lo dan a entender las declaraciones de nuestro ministro -a tenor de la presentación (tendenciosa) que de ellas habrán hecho los medios- sino de los islamistas del EI y de otros grupos islamistas radicales situados en la vecindad de las tropas españolas –del lado turco de la frontera- y que tienen lógicamente todo el interés del mundo en una intervención en su favor de la OTAN y concretamente de los misiles Patriot en posesión de las tropas españolas allí destacadas? No creo en las meigas pero hay las.
La OTAN es una alianza de los tiempos de la guerra fría, pero la guerra fría, como lo recordó Vladimir Putin no hace, mucho se terminó hace ya más de veinte años –sobreentendido con la caída del Muro- aunque no se firmara nunca la paz y la guerra continuara “por otros medios”, a saber, las revoluciones de colores, y las declaraciones unilaterales de independencia en la antigua Yugoeslavia. Algo parecido mutatis mutandis a lo que sucedería con l guerra civil española que ochenta y tantos años después de desencadenada se prosigue todavía.
Hubo una acercamiento –es cierto- entre España y Turquía en los tiempos modernos que puede que esté sirviendo de precedente a los aprendices de brujo que están queriendo ahora meternos (de una vez) en el horno de la guerra en Siria, y me estoy refiriendo a los lazos indiscutible de Kemal Ataturk padre de la nueva república turca –que sucedió a la monarquía otomana- y la Dictadura de Primo de Rivera, como lo ilustra un detalle que retuve de uan de las o ras de Stanley Payne –Franco y José Antonio- en la que figuraba una foto de José Antonio Primo de riera posando en su domicilio recostado contra una repisa o una consola sobre la cual se podía distinguir un retrato –a todas luces dedicado al padre del fundador de la falange- no de Mussolini como erradamente lo señalaba el autor citado sino de Kemal Attaturk que sin duda mantuvo buenas relaciones con España durante la Dictadura de Primo de Rivera.
Y me temo que se acaban ahí todos los precedentes hacia atrás por lo menos, porque si seguimos buceando un poco más en el pasado habría que acabar (dolorosamente) re exhumando toda una historia de conflictos o como dicen los portugueses, de “desencuentros” entre los dos países situados en las antípodas uno y otro de la cuenca mediterránea. Hay una consideración además de orden geoestratégico e histórico al mismo tiempo que no pueden dejar indiferentes a españoles y menos a nuestros militares, y lo es la rivalidad por no decir el contencioso perpetuo –a vida o muerte- entre griegos y turcos, que se remonta nada menos que a la caída de Constantinopla (y a Bizancio y sus mil años de agonía)
¿Ajenos a ellos los españoles que arrastramos un pasado de ocho siglos de reconquista? Está claro que no, por mucha que se la amnesia histórica de los españoles que en lo que a la izquierda española se refiere parece hacerse extensiva a todo aquello que escapa por una razón u otra a la historia del movimiento obrero (y de su nacimiento, siglo XIX) El kemalismo –laicidad obliga- mantuvo relaciones normales con España, y su neutralidad en la Segunda Guerra Mundial y la guerra civil española escondían y traducían sin duda a la vez muchas dosis de buena voluntad y apertura hacia el mundo occidental Ocurre no obstante que el movimiento fundamentalista islámico (moderado) –ahijados de predilección de la presidencia Obama- actualmente en el poder en Turquía no escondió nunc su voluntad de hacer tabla rasa de la revolución kemalista como lo ilustra el contencioso áspero y antiguo ya en el tiempo con sectores importantes de su estamento castrense.
Nuestro ministro de defensa dice ahora que el mundo está revuelto (sic) y que hay que calmar (sic) esas aguas. ¿A que se refiere? Al peligro islamista o la pretendida amenaza siria contra “nuestros aliados” turcos que caso de existir no dejaría de ser, como digo, perfectamente recíproca. Se admiten, apuestas. Y como botón de muestra de la cacofonía interpretativa –y del desconcierto de los medios- sirva el reportaje publicado hy en el País a cuento de la visita del ministro de defensa a nuestros militares allí estacionados donde el autor del reportaje parece inclinarse por la primera opción antes de que la redacción del diario corrigiese conniventemente el tiro y le colocase un titular mucho más “correcto” (y anti-Assad por supuesto) ¡España fuera de la OTAN!
Carro abandonado en los inicios de la batalla de Alepo, la gran ciudad del Norte de Siria –la segunda del país- donde resisten aún focos de la rebelión anti-Assad y que según testimonios concordantes estarían a punto de caer en manos de las tropas del régimen. En esa circunstancias ¿qué estamos haciendo los españoles, nuestros militares, me refiero, destacados a un centenar de kilómetros apenas de allí del lado turco de la frontera, un país que fue claramente beligerante, nada de neutral en aquel conflicto desde sus inicios? ¿Están allí para proteger de los ataques del EI (islamista radical) o para prestarse al contrario a todas las provocaciones imaginables –atentados por ejemplo de falsa bandera- en contra del régimen sirio? Las declaraciones del ministro Morenés no lo aclaran, como sea
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