lunes, septiembre 15, 2014

NEONAZIS ESPAÑOLES Y PEDOFILIA ECLESIÁSTICA

Intervención del doctor Goebbels en el Palacio de Deportes de Berlín, el 18 de febrero de 1943, a seguir a la rendicion del VI Ejército en Stalingrado. Discurso de la Guerra Total. A partir de ese momento, el ministro de Propaganda del Reich -excommulgado (...) por la Iglesia- empieza a asumir el liderazgo político y moral de una Alemania en guerra y fatalmente abocada a la derrota, mientras el Fuhrer -lastrado por la enfermedad y objeto, por aquellas mismas instancias eclesiásticas, de amonestacion canónica apenas (...)- va sumiéndose en un papel de figura decorativa, lo que se se verá puesto clara y flagrantemente al descubierto en el último año de guerra. Por la actuacion crucial en el plano de la guerra de propaganda del doctor Goebbels, el regimen nazi acabaría alcanzando una legitimación popular (volkslegitimiteit) indiscutible, sin precedentes ni parangones en la historia de los regimenes dictatoriales (o auoritarios) Y entre los ingredientes esenciales de su mensaje, figuraba un anticlericalismo radical de raíz innegablemente moral basado en acusaciones de ese orden y en particular la de aberracion mental en el plano de los comportamientos sexuales -peste sexual (sic)- por cuenta de la iglesia jerárquica y de sus ministros.
Me siento mucho más libre en lo sucesivo a la hora de expresarme como a la hora de pensar por mí mismo, lo dije y lo mantengo. Desde que le di la espalda a "la España en marcha" me refiero. Les apoyé en la actitud resuelta que tomaron -o parecieron tomar- el año pasado en Cataluña, con el paso del tiempo no obstante, de los días y de lo meses se fue haciéndose cada vez mas claro para mí las fuertes desavenencias que nos separaban que traté de sortear en alguna ocasión, y aquí son todos testigos de ello.

Y uno de los temas, tal vez el que más que traté o intenté tratar con paños calientes lo fue el del proyecto de ley de reforma de la ley del aborto que se trae entre manos desde el pasado mes de diciembre el ministro de justicia. La ley no verá la luz. Eso es lo que anunciaba tajantemente y con gran realce tan tarde como ayer el diario el Mundo, y la vicepresidenta del gobierno se veía obligado de un día a otro a responder a las especulaciones -como dandoles la razón, conscientemente o no- que como por casualidad salía de una audiencia el Secretario de Estado del papa Francisco Primero al que gobierno quieren traer a España a toda costa. ¿Y por qué hasta, cuando ese ritual -obsoleto y anacrónico- de la derecha española? Si el papa quiere venir que lo pida él o el Vaticano o los obispos y cardenales en nombre suyo. de lo contrario da fatalmente una impresión de utilización política del viaje pontificio que por propia definición tiene objetivos puramente espirituales (o pastorales)

El diario el Mundo especulaba en su artículo con un informe sociológico que daba cuenta que la aprobación de la ley haría perder al PP muchos de sus votantes. Pedofilia y aborto, la comparación odiosa y no menos inevitable. El papa y los obispos españoles se oponen intratables a la despenalización del aborto y al mismo tiempo caucionan y consienten en la despenalización de hecho de los abusos sexuales de menores a manos de eclesiásticos entre sus propios ministros, y que esa lacra se vea situada de hecho en una especie de zona, moral y jurídicamente “franca”, léase de impunidad en la práctica, de encubrimiento y de silencio cómplices.
En la fase final de la guerra el doctor Goebbels estuvo siempre en primera línea del frente interior contra la desmoralizacion mostrando en todo momento compasion sincera con sus compatriotas victimas de los bombardeos salvajes de loa aliados, por su presencia inmediata en los lugares bombardeados. Dando la cara hasta el punto que en la última fase de la guerra se convirtió en el rostro visible del III Reich. Y en su jefe supremo por unas horas, tras la muerte de Hitler
Con lo que daban fatalmente pie a acusaciones de partidismo corporativo: simples individuos (o ciudadanos° - mujeres o varones_ podían y debían ser sentados en el banquillo, pero no -por cargos más graves, de mucha mayor gravedad, si lo dije y lo mantengo- sus propios ministros (eclesiásticos) Lo que explica en parte su pérdida de credibilidad entre un sector creciente de la sociedad y de la opinión pública. El tema de la pedofilia afecta mucho más a la buena imagen de las instituciones eclesiásticas de los que muchos se piensan. Fantasmas históricos sobrevuelan el tema además, desde la erupción del anti-clericalismo moderno en España en las honduras del siglo XIX.

La iglesia del Orden era sin duda inocente en la inmensa mayoría de sus miembros de aquella lacra y de aquellas acusaciones infamantes, pero es un hecho histórico innegable que acusaciones de este tipo jugaron un papel detonante innegable en el malogro de la convivencia española, en particular en el estallido de la guerra civil española en el que figuraría de ingrediente (importante) en la incubación y en el estallido de la violencia (de las izquierdas) Como lo reconoció implícitamente en vísperas del estallido en el "manifiesto a los militares de España" –con su alusión Sin duda alegórica) (…) a los bulos de que los curas daban caramelos envenados a los niños- de José Antonio Primo de Rivera. Los pueblos que no aprenden de la historia están condenados a repetirla.

Y acabo de terminar un biografía –completa y documentada (y actualizada)- del ministro de propaganda del II Reich, doctor Goebbels -de la que ya di cuenta en algunas de mis entradas recientes- de una autor holandés política e históricamente correcto y fuera de todas sospecha en la que al final del libro a modo de balance y de glosa final reconoce que el nacionalsocialismo acabaría alcanzando -gracias sobre todo al aparato propagandístico del régimen y de su responsable supremo, el número dos (de hecho) del régimen nazi- una legitimidad popular (volkslegitimiteit) indiscutible, de parangones escasos con otros sistemas dictatoriales o autoritarios en la historia de los mismos.

Y no hay duda en visión retrospectiva que en esa credibilidad de la que el régimen nazi y su doctrina gozaron (in crescendo) en capas anchas y profundas de la población alemana jugó un papel innegable el anticlericalismo indiscutible de sus dirigentes que en el caso del doctor Goebbels tuvo mucho de ejemplar y de emblemáticos. Y era en gran medida por razón de una acusación de orden sexual -contra la iglesia y sus ministros- más o menos explícita según los momentos y las circunstancias subyacente en el anticlericalismo nazi.
Los neonazis españoles que reivindican el pasado alemán en la II Guerra Mundial obvian sospechosamente por sistema el anticlericalismo nazi, que tenía de móvil predominante y primordial una acusacion de orden moral -de  aberraciones en el orden de los comportamientos sexuales calificadas de peste sexual (sic)- contra la igesia jerárquica y sus ministros. ¿Por qué ese silencio en esos grupos? Todas las conjeturas se admiten, entre ellas la de la mediatizacion eclesiastica más o menos capciosa: anticlericales, ma non troppo, no vayamos a cargarnos el invento, camaradas (...)
De peste sexual (sic) habló el ministro de Propaganda del III Reich a la iglesia de su tiempo, que acusa más o menos implícitamente al nazismo de pagano (y por ende de inmoral y libidinoso) Qué hubiera aquellos dicho de la iglesia de nuestro tiempo, a raíz sobre todo del destape generalizado de esa nueva peste de pedofilia eclesiástica. Uno de los grupos integrantes de la España en Marcha, Alianza Nacional, asuma más o o menos abiertamente la defensa del régimen azi, de su historia y de su doctrina. Forzoso es constatar no obstante que en este tema de moral y de buenas costumbres están mucho ma cerca de los enemigos y acusadores más encarnizados de los nazis que de estos últimos. Como en el tema de la despenalización del aborto.

La ley alemana del 35 fue un modelo para su época, y sigue siendo referente histórico indispensable en el tema por mucho que se vea atacada por todo tipo de argumentos ad hominem (y del magisterio) En ella no se concedía un derecho al aborto a la mujer alemana sino que se tipificaban y especificaban con orden rigor y minuciosidad típicamente teutónicas los casos en los que podía proceder a la interrupción (quirúrgica) del embarazo. Y que ahora algunos que se muestran y se mostraron siempre de piedra ante la tragedia de la plaga de abusos menor (a escala planetaria) a manos de eclesiásticos –negándola de forma hipócrita y farisaica y empecinada- se rasguen las vestiduras ahora, pongan el grito en el cielo y se desgañiten en argumentos sentimentales y sentimentaloides, y sectarios y demagógicos sirve –y llene sus artículos de fotos no de fetos con alma y sin ella sino de niños ya nacidos –rayanas en el terrorismo psicológico algunas de ellas- sirve poco desde juego a la causa que dicen defender.
España no es Bélgica, aunque algunos anti-abortistas fanáticos se empeñen que así sea. ¿Será no obstante Felipe VI el salvador de este proyecto de ley encizañador y polémico que los medios llevan enterrando y desenterrando a rachas desde el pasado mes de diciembre? Mi apuesta es que no. Como sea, todo parece conducir al arbitraje último del monarca en un tema que arrastra tanta tormenta y tanta discordia. El cual tendrá que decidir en conciencia, y -cabe suponer- no sin antes haberlo consultado con sus allegados. Y con su esposa

Y está claro que si los joseantonianos-anti-nazis denigran el régimen nazi por su anticlericalismo, los neonazis o filo nazis españoles no evitan menos cuidadosamente ese aspecto histórico innegable del nacionalsocialismo, y me refiero sobre todo a la acusación sexual –contra la iglesia, contra los eclesiásticos- que inspiraba y alimentaba primordialmente su anti-clericalismo de raíz primordialmente ideológica. Porque no se me negará que encierra una contradicción un tanto flagrante alabar al III Reich y a su fuhrer por un lado y por el otro abrazar, léase consentir en acusaciones –aunque solo por la vía implícita del que calla otorga- de los que se diría que tienen de buque insignia de su programa el denigrar y el demonizar y el criminalizar a quellos in aeternum.

Personalmente no creo que la suerte esté echada en el tema del aborto, queda todavía mucho tiempo de juego y sobre todo no consigo creerme que el Vaticano vaya a renunciar o tirar por la borda así por las buenas una arma tan temible de control y de coacción de las consciencias como esta del aborto que viene esgrimiendo obstinadamente desde hace décadas y en particular desde el pontificado del papa polaco –anti-nazi- Juan Pablo II.

¿Quién ganará? No sabría apostarlo. Sí es fácil conjeturar en cambio que el nuevo monarca se ve fatalmente llamado a dirimir esa cuestión, la primera de auténtica transcendencia y gravedad de su reinado. ¿Un bulo (o fake news), el titular del Mundo destinado precisamente a provocar la intervención del monarca, como ocurrió con Balduino, el monarca belga? ¡Vivir para ver, fantasmas míos!

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