sábado, agosto 23, 2014

¿VICTORIA ALEMANA EL PRIMERO DE ABRIL? HOMENAJE A LA LEGIÓN CÓNDOR

Un espectáculo habitual en zona nacional durante la guerra civil española. Banderas nazis ondeando en la Plaza Mayor de Salamanca. "Las banderas victoriosas" no fueron sólo españolas. Y el ondear (triunfante) de la esvástica, lo mismo que las exhibiciones aéreas de la Legión Cóndor fueron un arma decisivea del bando nacional en el terreno de la guerra psicológica y de propaganda. Símbolos fehacientes que no estábamos solos (...)
Homenaje a la Legión Cóndor hoy sábado en Aguilar de Campoo, provincia de Palencia (localidad situada en la zona septentrional de la misma) ¡Querían arroz tres tazas! Porque si cabe hacer memoria de lo que pudo ser o estuvo en un tris de ser, a fortiori, de lo que fue y de lo que realmente sucedió, y es un hecho histórico inamovible que la Legión Cóndor actuó en la guerra civil española en todas sus principales batallas y ayudaron decisivamente a Franco a ganar la guerra. En su obra sobre los movimientos fascistas europeos –clásica en la materia, después de mis tiempos de la Universitaria madrileña- el profesor Nolte daba a entender que fue la aportación decisiva de la Legión Cóndor en aviación y en artillería antiaérea la que decidió la batalla del Ebro, la más larga de la guerra civil que decidió la suerte y sello el desenlace de la contienda.

Y es un hecho que de los tres escenarios en los que se ventilo la guerra civil como todas las guerras contemporáneas -tierra mar y aire-, si la guerra por mar la ganó grosso modo el bando rojo/republicano, la del aire la decidió al cabo de unos meses de conflicto la decisiva intervención alemana, e italiana también aunque en menor medida. Con lo que la suerte del bando rojo se podía decir que estaba ya grosso modo sellada. En teoría al menos, porque tampoco se puede decir que se trate de una ley de guerra o no con la exactitud de una ciencia exacta o matemática.

¿La prueba? La Lutwaffe barrió los cielos de Inglaterra durante la operación Lobo Marino en el invierno del 40-41 pero su actuación no se demostró decisiva, hasta el punto que Hitler tuvo que cambiar de decisión sobre la marcha viéndose obligado a lo que algunos historiadores –como Nolte- consideran el gran error estratégico fatal (y garrafal) que decidiría la suerte de la Segunda Guerra Mundial, a saber la apertura de un doble frente por parte de Alemania. En Stalingrado en cambio sí que fue así, pero no fue sólo por el puente aéreo aliado sino por la conjunción decisiva con un resistencia en tierra que los alemanes no consiguieron doblegar nunca del todo por falta de conocimiento completo y del dominio del terreno, a saber, los arrabales industriales de la capital del Volga donde se dirimió y se decidió la batalla terrestre. Por no poder limpiar por completo de enemigos la orilla derecha (...)
Siempre me intrigó el título y la portada de esta obra emblemática de la memoria de los vencidos de la guerra civil española. Hasta que acabé viendo claro. Y era el sentimiento de rabia e impotencia y frustración -tal como lo ilustra el semblante y el gesto no cabe más expresivos del voluntario de ls Brigadas Internacionales en el desfile final antes de abandonar la Península que sirve de motivo a la portada de la novela-, de una victoria que les habian "robado" en definitiva. Por culpa de la intervencion extranjera, en particular alemana (...) En aviación y artillería pesada y anti-aérea
Y en el Ebro, como escribe Nolte, la ayuda alemana en aviación y en artillería pesada (antiaérea) fue decisiva porque conto con una infantería que acabó imponiéndose al precio (cuantiosísimo en bajas) de tener que ir conquistando cotas y posiciones en los mentes teatro de la batalla una a una, con el concurso valiosísimo sobre todo de la Legión y de las tropas marroquíes. Pero la Legión Cóndor fue además una imagen de guerra que galvanizó a la retaguardia en zona nacional, y su papel decisivo en el plano de la guerra psicológica fue más decisivo que en ningún otro. Como lo tuvo “pari passu” la esvástica nazi se diga lo que se diga. En la toma de Gijón por ejemplo que se vio precedida de un despliegue aéreo impresionante de la Legión Cóndor sobre la ciudad portuaria asturiana, dobujando sus aparatos en el cielo la cruz gamada como lo harían en Madrid durante el desfile de la Victoria (…)

¿Bombardeo de terror en Guernica? Cierta historiografía inglesa contemporánea viene sosteniendo obstinadamente –con tenacidad anglosajona- que aquello fue el primer ensayo de “guerra total” del siglo XX. Perdónales porque no saben lo que dicen. El Mayor Harris (“Bomber Harris”), jefe supremo de la RAF a partir de un determinado momento en el transcurso de la Segunda Guerra Mundial –y como tal responsable directo de los bombardeos “de atrición” (y de terror) de Dresde y de Hamburgo y otras grandes ciudades y villas alemanas (y del continente europeo bajo ocupación alemana)- ya había practicado el terror aéreo en las regiones (hoy afganas) del Waziristán, y justo después en Siria (…) a seguir al desenlace de la Gran Guerra, y en las ciudades almenas no vino mas que a repetir lo que ya había puesto en práctica en otras latitudes.

Dura lex se lex. En la guerra como en la guerra. Terrorismo aéreo lo practicaron los rojos en los meses que se vieron dueños del espacio aéreo en los inicios de la guerra civil española, y en la medida de sus posiblidades (...) Como lo ilustra el caso flagrante de Malraux en las versiones -creíbles por muy apócrifas que se presenten que oí siempre circular en Bélgica desde que aquí resido: del célebre escritor francés pilotando –mientras sobrevolaba los frentes del Norte- y su amigo y correligionario (comunista) belga Paul Nothomb, ametrallando objetivos civiles que eran los menos arriesgados (…)
Soldados alemanes camino del cautiverio tras la rendición del Sexto Ejército en Stalingrado. El puente aereo aliado fue decisivo en Stalingrado, pero lo fue porque contó -conforme al viejo principio de táctica y estrategia militares, de que "la artillería conquista el terreno y la infanteria lo ocupa"- con la ayuda de una resistencia tenaz incrustada al suelo que impidió que el ejército alemán se hiciera dueño por completo de la ciudad del Volga. Lo mismo que ocurrió mutatis mutatis con la decisiva ayuda alemana -en aviación y en artillería pesada y antiaérea- en la ocupación, una a una, de las cotas enemigas en primera línea del frente, durante la batalla del Ebro, la mas importante y decisoria de la guerra civil española
Pero la ayuda alemana vino sobre todo a compensar decisivamente la (crasa) inferioridad del bando nacional en el terreno de la guerra marítima, como lo ilustran las tragedia del hundimiento del Crucero “Baleares” y del buque “Castillo de Olite” hundido frente al puerto de Cartagena –con más de cuatro mil víctimas a bordo (…)- por falta precisamente de cobertura naval adecuada (…) En la novela inspirada (moderadamente) en la memoria histórica de los vencidos de Javier Cerca “Soldados de Salamina, me intrigó desde el principio precisamente por su título. Salamina fue una batalla naval de la antigüedad que sirvió de preludio a la victoria final de los griegos en la segunda de las guerras médicas.

¿Por qué llamo Javier Cercas así a su novela? Y la clave me la dio su portada, con la foto de un voluntario de las Brigadas Internacionales saludando con el puño cerrado y la rabia contenida en el semblante (indómito) Vencidos pero no rendidos. Un sentimiento de frustración análogo al de muchos excombatientes alemanes de la Primer Guerra Mundial –como el propio Hitler- que arrastraban el sentimiento irreprimible que les habían robado la victoria, plasmado el el tópico célebre de “la puñalada por la espalda que se convertiría en eslogan célebre de la propaganda nacional socialista.

Y lo que se podía leer -yo así la interpreté al menos- en la portada de esa novela de memoria histórica de los vencidos tan emblemática -por el tono de (relativa) moderación en contraste flagrante con otros especímenes de ese tipo de literatura, y por las pretensiones de objetividad sobre todo que en ella se veía plasmada (en apariencia al menos)- lo era la rabia de una victoria que les había “robado” la intervención extranjera a favor del bando nacional -claramente superior a la de la ayuda extanjera en el otro bando- , sobre todo en el plano de la guerra aérea. No es histórica ni políticamente correcto entre los “correctos” ni tal vez tampoco entre los celadores de la memoria de los vendedores del 36 tan siquiera, estamos de acuerdo lo que aquí decir pretendo (…)
Memoria laberíntica y procelosa. Así la describieron los clásicos. De caminos inextricables y desenlaces imprevisibles. Y en materia de ayuda extranjera en la guerra civil española, las "dos memorias" vienen a coincidir extrañamente: la ayuda militar alemana (y en menor medida italiana) fue decisiva -como lo sostuvo siempre la memoria de los vencidos-, y en ese mismo modo y medida se pude decir que la derrota alemana en el 45 fue también una derrota española, como lo da a entender (a su manera) Francisco Umbral -con la ayuda de la memoria individual (y visual) de "un niño de derechas" (la suya propia)- en una de sus novelas guerra civilistas, "Madrid 1940", la más críptica tal vez de todas ellas
Pero el presentar la victoria del Primero de Abril como una victoria fundamentalmente alemana –e italiana en menor medida- no es solamente una tesis (beligerante, y defendible a la vez) de la historiografía y de la memoria del bando de los vencidos de la guerra civil, sino que ofrece también un terreno de entente (posible) con la otra memoria –la de los vencedores-, donde un diálogo sería factible por encrespado y duro y azaroso, como al que intento Francisco Umbral entre las dos memorias antagonistas sobre la guerra civil que coexistirían a regañadientes en su cerebro, que como reza el refrán solo a la fuerza ahorcan (…)

Y en la medida que el Primero de Abril fue o puede ser visto (legítimamente) como una victoria “alemana” se puede también defender perfectamente que la derrota del 45 fue también, “a fortiori”, una derrota española. Como lo dejaría registrado –en clave memorística- Franco Umbral en su serie de novelas guerracivilistas

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