La historia y sus trampas y celadas. Sobre todo cuando se esgrime de prestado una historia ajena como hizo Pablo Iglesias en la eurocámara recordando ad majorem gloriam de los vencedores de la segunda guerra mundial, a los rojo/republicanos españoles que entraron en Paris a la órdenes del mariscal (gaullista) Leclercq el 44. En la foto el mismo Leclerc un año mas tarde tras la caida de Berlin, el 8 de mayo del 45, en las afueras de la capital alemana y en el instante mismo que va a conducir al paredón de fusilamiento a doce voluntarios fraceses de la Legion Francesa de Voluntarios contra el comunismo -División SS - Carlomagno (en la foto)- a los que reprochaba el vestir un uniforme alemán, algo a lo que sus víctimas respondieron que él vestia igualmente un uniforme extranjero (el norteamericano) Lo que pagarían con la vida unos minutos más tarde (...) Memoria procelosa, rezaron los clásicos. Y Pablo Iglesias, un niño/viejo que no vivió todo aquello ni sus progenitores tampoco y que políticamente se diría que no salio (aún) de las faldas de su mamá querida -sindicalista de Comisiones Obreras- se obstina en adentrarse por unos laberintos que le resultaran fatales. Al tiempo.
Pablo Iglesias a los europeos, a los de la Europa del Sur que me diga. Así podrán titular (paulinamente) sus admiradores -de entre sus filas y de los de las filas de enfrente (o de donde sean- el discurso que pronunció saltándose a la torera las reglas del juego -el cronómetro que me refiero- en la Eurocámara (en Bruselas), y que esta haciendo las delicias de algunos que a todas luces piensan y sienten como él aunque no lo digan por que no se atreven a decirlo en voz alta o porque no se atreven a reconocérselo a sí mismos tan siquiera, lo que en verdad les llevaría muy lejos hacia el pasado y les obligaría a abordar un futuro entre nuevas compañías, de compañeros de viaje quiero decir del que en el fondo tanto admiran.
Yo le reconozco no poco -me curo en salud de inmediato- al joven líder de Podemos, y a comenzar, su juventud, su brillantez académica (por lo que leo y por lo que dicen) y su brillo mediático y también su sentido del humor que no es el mío pero del que de lo poco que le oí y le vi me hace reír o sonreír (un poco) -como me ocurre también (un poco) con el Wyoming (¡menudo pájaro!)- lo que dirán algunos que ya es mucho. O demasiado poco, según los prismas y los gustos.
Y le reconozco también por cierto el éxito que acaba de cosechar en las elecciones aunque se viera ya cantado en los astros, que dirá maliciosamente aquí más de uno (...) Me he estado leyendo detenidamente su discurso o su sermón si se prefiere en la Eurocámara punto por punto línea a línea, y no me muevo ni un ápice del juicio que me tenía formado (políticamente) de él y de su partido (y de sus partidarios).
En conversación cordial con un veterano periodista belga ayer mismo, al que hice entrega de un ejemplar de mi libro “El padre falangista de Francisco Umbral" y comentando precisamente el discurso del joven político indignado en la Eurocámara, me preguntó visiblemente interesado si los jóvenes españoles seguían realmente siendo sensibles a la memoria y a la historia de la guerra civil, y por el tono de su voz venía a dar entender que él tenía justo la impresión contraria.
Instantanea del Maidán de Kiev cuando se produjo el estallido de violencia tras meses de protesta (más o menos) pacífica. Los mismos grupos o lobbies al interior de la UE instigadores principales y responsables ultimos de esa matanza están ahora detras del ascenso fulgrante del joven indignado español con coleta y de su partido. En flagrante menoscabo todo ello de nuestra propia soberanía, de la que Pablo Iglesias se erige ahora en cambio en defensor celoso como lo habrá proclamado tan solemnemente en su discurso. A primera vista aquellos se esconden mayormente tras la izquierda alemana, de los que lo menos que se pude decir es que no lo tienen nada claro en el tema de CataluñaY le respondí confirmándole en su impresión y poniéndole como ejemplo ilustrativo al propio líder de Podemos que parecía recoger todas las reivindicaciones de orden social o en el terreno socioeconómico de la movida de los indignados pero poniendo sordina al mismo tiempo (en apariencia al menos) a ese otro panel de reivindicaciones de orden ideológico -e histórico (y de memoria histórica)- del 15-M en las que insistían menos, que defendían por así decir con "bajo perfil" (como los franceses dicen), pero que no se mostraba menos visible en la enseña tricolor republicana omnipresente en sus movidas, manifestaciones y acampadas.
Lo que era sintomático (en mi opinión) -así le dije- de la menor fuerza de agarre o de convocatoria de ese tipo de temática entre los jóvenes indignados que salieron a la calle por cuenta del 15-M. Esa es la impresión que yo tenía, ya digo. Cuando hablaba ayer con el periodista belga no me había leído todavía no obstante el texto completo del discurso del líder de Podemos en la Eurocámara.
Y debo confesar que me confirma en mis recelos y en los (malos) augurios que me inspiraba el personaje. Un discurso el suyo no sé si en sintonía con la sensibilidad de los jóvenes indignados españoles pero sí desde luego en perfecta concordancia con el manifiesto "Indignaos" del nonagenario judío francés (hoy fallecido) Stephan Hassel que sirvió de biblia (pogre) o de librito/rojo a los indignados españoles del 15-M. Con la evocación además que no podía faltar de los republicanos españoles que entraron o dicen que entraron en Paris los primeros en el 44.
Una criatura del régimen (democrático) llaman algunos al joven líder de Podemos. Yo diría más que eso incluso. Niño bonito de ciertos poderes o lobbies extranjeros -como los que él tanto denuesta- que tienen una idea o una bien imagen precisa (y poco romántica) de España y de los españoles y de lo que quieren para nosotros, y que si el golpe de la "spanish revolution" acabó en fiasco o no les salió redondo (lo menos que cabe decir), no desisten de acabar poniéndolo en práctica, españoles interpuestos (como el joven indignado que nos ocupa)
Pablo Iglesias en su reciente viaje a Grecia donde se encontró con el lider de Syriza (en la foto) el partido griego anti-sistema vencedor de las recientes lecciones griegas. Grecia y España fueron los dos únicos paises eroupeos donde prendió entre un sector de la juventud la inidignación (anti-fascista) lo que le permitió al lider de Podemos erigirse en la Eurocámara en defensa de esos "millones" (¡menos millones!) que habian salido a las plazas y a las calles los utimos años. Con una diferencia notable entre unos y otros y es que mientras que para los griegos -para una parte de la poblacion- la Resistencia fue historia vivida, en el indignado español en cambio no lo es mas que de prestado. ¿De ahí su sectarismo typical spanish? En la foto, al lado del líder de Syriza se ve a Manolis Glezos un veterano luchador de la resistenci aanti-alemana que se mostró no obstante hace poco sorprendentemente conciliante acerca de la inculpación judicial de (toda) la cúpula de Amanecer Dorado, de lo que Pablo Iglesias aparentemente no tiene nada que decir, él que tanto denuncia la "dictadura" españolaUna criatura de la UE llamo yo a Pablo Iglesias por mi cuenta y riesgo. De las instituciones europeas, y en particular de algunos de los lobbies que manejan allí dentro el cotarro –porque no sólo hay lobbies en el sector inmobiliario (estarán aquí todos de acuerdo)- que necesitan de él ahora como el comer –en eso le doy la razón a Elena Valenciano- para seguir haciendo funcionar la máquina (de guerra) ¿Exagero? Ahí está la situación en Ucrania de mentís que ni pintado de los que quieran ver en mí un Casandra o un agorero.
Curioso y extraño y sintomático a la vez que en su oda (parlamentaria) a los luchadores de la libertad en la Segunda Guerra mundial -y a sus hermanos españoles "defensores de la democracia"- Pablo Iglesias evoque la Europa del Este, y que lo ilustre a seguir con una enumeración en la que Rusia y el pueblo ruso brillan nota bene (…) por su ausencia.
No creo desde luego que hayan caído en saco roto sus palabras en el Kremlin, máxime viniendo de quien viene, de un veterano ex-comunista a pesar de su juventud (desde los catorce años por lo que leo), hijo de comunistas convictos y confesos -de los del tardofranquismo nota bene (rara avis también es cierto)- y nieto de comunistas, de falangistas o de lo que fueran. Que de noche todos los gatos son pardos y en el firmamento de la historia e historiografia sobre nuestra guerra civil sigue siendo noche cerrada, más cerrada incluso por culpa de la ley funesta (...)
Su discurso en lo que a su apartado histórico -de la Segunda Guerra Mundial (y de la Guerra civil española)- se refiere, me parece un botón de muestra desde luego de esa memoria histórica a-co-mo-da-da que rige en la España de hoy, en el discurso oficial del régimen democrático -o de la casta como aquel dice- en una supeditación o vasallaje absoluto o casi absoluto a la memoria oficial de los vencedores de la Segunda Guerra Mundial en el 45, la misma que invocaba sin tapujos el manifiesto del gurú nonagenario de los indignados españoles.
De la historia y “sus trampas” –en relación con la iglesia ("L’Église au piège de l'histoire)"- hablaba un libro que estaba de moda en lo círculos tradicionalistas que yo frecuenté residiendo en Francia hace ya mucho (como aquí ya lo tengo contado)
Y está claro que la historia de la Segunda Guerra mundial que el joven líder de Podemos evocaba de un tono tan triunfalista -y tan arrogante y tan pretencioso y no menos de prestado (...)- en su discurso a la Eurocámara le tiende sus propias trampas y celadas.
¿O acaso podrá negar que si hubo un bando que hizo bandera explícitamente de Europa (de una “Nueva Europa”) lo fue el de los vencidos y no precisamente el de los vencedores entre los cuales figuraba un país no europeo (los Estados Unidos) y otro la Unión Soviética que no ofrecía menos una dimensión asiática (o euroasiática) y al que sus adversarios vituperaban en su propaganda con los sambenitos de judo/asiático/bolcheviques. Una Europa del Sur frente a la otra Europa habrá revindicado al joven indignado de Vallecas, en una dialéctica -Norte Sur- propiamente leninista o marxista-leninista, nada de posmarxista ni de posmoderna.
Curiosamente Pablo Iglesias se olvida -en su enumeración de países amigos, aliados, o (futuros) compañeros de viaje (a los que halaga)- de los franceses y de los belgas incluso (y de los luxemburgueses) ¿Menos del Sur o meridionales todos ellos que los checos que los polacos o que los irlandeses? Una criatura de la UE, ya digo, este Pablo tan paulino (y tan indignado)
Me explico, de ciertos lobbies al interior de la UE en los que no hay que ser un lince para reconocer el sello de la izquierda (socialista o ecologista) alemana y de los que calentaron el horno del Maidán de Kiev que acabaría como acabaría, aunque se diría que no hizo más que empezar por cómo anda el patio en aquella zona geográfica (del continente europeo) ¿Otra movida la que tienen in mente en Barcelona, con el líder de Podemos de testaferro y dócil marioneta? Vivir para ver fantasmas míos
No hay comentarios:
Publicar un comentario