Patrias carnales a mano,
de la mente, de uno mismo
que andan ahí siempre quedas,
siempre en el mismo sitio
para así hacernos un hueco
y decirnos, bienvenidos!
cada vez que regresamos
cuando nos deja el destino
libres de marcar el rumbo
En los cruces del camino
o en zonas de turbulencia
sin timon, sin rumbo fijo
De nuevo en Madrid qué fino!
tan elegante y tan suyo
tan dstinnguido (y distito)
por la zona del Retiro
y de otros barrios “afines”
Que mem recorroa mi ritmo
respirando a boca llena
el ambiente de bullicio,
la brisa de la calle
de una tarde ya de estío
fundiéndome con la gente
más que paisanos, amigos
de este Madrid que no cambia,
De los nuestros, de los míos!
Madrid intacto y eterno
del otro lado del Río
del Tiempo que crucé a nado
otra vez, a cuerpo limpio
sin miedo a ahogarme o a perderme
entre sus hondas y remolinos
Y no me perdí ahora tampoco o no
al reencuentro de unos amigos
de una infancia feliz (e infeliz)
de un mundo ya para siempre ido
que se quedó a dormir no obstante
ya para siempre conmigo
Todo lo que iba rumiando
por la Feria (ayer) del Libro
Como si fuera uno más
u otro igual a mí mismo
y a la vez tan diferente
mirándome yo, bien fijo,
en las portadas de mil libros
Tan distintos –peores? no sé-
De la portada del mío
Amigos del colegio aquél
hermanos más que amigos
que ofrecieron de nuevo a mi vida
puerto y asidero fijos!
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