domingo, marzo 02, 2014

¡La Llamada de los Muertos! (poesía en domingo)

Escribo como un poseso,
así aquí a algunos les parece
que no comprenden (¡ingenuos!)
la compulsión que me empuja
a estrujarme aquí los sesos
y a cogerle el pulso al vivir
en mi blog (como un termométro) ,
y al pasado que no pasa
según me lo mande el viento
¡Tarea dura e ingrata
que pudo dejarme tuerto!

¡Qué subidones de fiebre
los que me inspiran mis versos!
Que me hacen vivir y aguantar
tanto cargar del muerto

¡Qué calentones heroicos
qué "viajes" (en los medios)!
Estas crónicas del frente
al borde del esperpento!

¿Se pusieron el mundo en contra
aquellos alemanes rubios?
¡Malas les fueron dadas!
Tuvieron en contra a los Hados
-ley de bronce de la Historia-
de la Guerra y del Destino
y se quitaron de en medio
en el baile aquél "de los malditos" (...)

¡Buena la hubimos nosotros
en aquella de Leningrado,
do España supo mostrarse
a la altura (como aliados)

¡Batalla de Krasny Bor
qué pocos que te cantaron!
Donde españoles de piedra
aguantaron y ahuyentaron
como enterrados en vida
al fantasma de Stalingrado
y se sacudieron de encima
-¡mejores que los rumanos!-
una leyenda de infamia
(que me hizo tanto daño)

Que lo que me tiraba (¡Dios!)
de Europa y el Norte (y no del Sur) (...)
no fue el creerme más que otros
-¡flor oprobiosa de insidia,
no y mil veces no, no era eso!-
sino la voz de la Sangre
de los míos, de aquellos muertos
-¡manes de la División Azul!-
y el eco de los lamentos
de "vencedores vencidos"
(como lo serían sus nietos) (...)
hermanos de sangre en la muerte
de otros de una sangre hermana
que me corria a mí por dentro

Y por eso me puse en pie (Heil!)
y me puse a soñar despierto
Y me puse de golpe a creer
que el mundo no estaba aún desierto
(Y que nos quedaban aún
muchos minutos de juego)
¡Y por eso llevo ya tanto
haciendo de paria (extranjero)!


Niña/mujer gacela
potra, corza/salvaje
cierva blanca marfileña
¿Qué te mueve qué te lleva
y trae de una punta a otra?

¿Qué te trajo aquí? ¿Tú sóla?
¡Qué juego de luz y sombras!
¡Qué hondo misterio! ¿El tuyo?
No, el de los tuyos (¿los míos?)

El de tu estirpe, tu pueblo
que se quiso amo del mundo
y acabarian esclavos,
esclavos ellos ¡Y ellas!

Por los confines del globo
por los desiertos de Europa

¿Manumisión sueño imposible,
sin provocar cataclismos,
sin desatar fuerzas ciegas,
sin que nos suba la fiebre
y asalten turbias quimeras?

¡Sí se puede, sí se puede!
rugían niñatos (niñatas)
y llevaban razón ¿Dársela?
¡Antes mil veces muerto!
¡Qué espantosos revulsivos!
¡Qué tormentazos de arena!

Y es verdad que sí se puede
que se haga posible hoy
-la fuerza de lo posible
que dijo el maestro Heidegger-
lo que (de un tris) no fue entonces (...)
¡Sí, Juan, lo que son las cosas!

¡Libertad a las almas cautivas,
tan grande no fue su culpa
y a los pueblos sometidos!
(los que perdieron la Guerra)

¿Y una vez libre? dirás.
Que sea lo que tú quieras,
que eso no me impide el soñar
con tu talle, con tus ojos
y tus aires de amazona
y un futuro juntos los dos,
cuando las tornas del mundo cambien
y también el reloj de hora,
cuando nos ria la suerte
la hora de la Victoria
Que la mujer que buscaba
era alemana (y es mi pena)


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