domingo, diciembre 15, 2013

De Profundis (poesía en domingo)

¿Es malo acaso, perverso,
propio de faunos, de enfermos,
el sentirse rey (¡o dios!)
paseándome yo sólo
ya anocheciendo en viento recio
-¡y vistas anchas, largas!-
a través del bosque/bosque
de verdad, no de los de "allí",
-no pinares ni arboledas (...)-
de estas tierras tan al Norte
¿Por sentirme ya de "aquí"?
¿El qué? ¿De dónde? ¡No lo sé!
¿Español, belga, europeo?
(sotto voce: un hombre/nuevo)
"Espagnol, arpenteur des nuits"
(paseante de villa y noche),
la imagen que arrastramos
fuera (que llevamos dentro)
de hijos de la noche (del Sur)
¿Mejores tal vez por eso,
superior al dia, la noche?
¿"Fleur sacrée", más bella y pura,
más mía? Dilema eterno
que me acompañó de niño,
de aquellas noches mágicas
de fuegos de campamento
Y de pronto todo cambió,
que el cambiaba (en mí) era yo
que me hacía hombre poco a poco
La Noche me dio miedo de pronto
hasta que la aprendí a descubrir
al cabo de mi terapia,
de los años y los exilios,
¡Y amaneceres desiertos!
Diosa y Reina la Noche
de antiguos y de modernos
y cuanto más negra, más claro,
más largo y más lúcido
veo en los acontecimientos
¿Profeta o solo poeta?
Lo uno y lo otro (sin saberlo)
Hasta que la Noche amiga
me lo reveló de un pronto
(en la noche de los Tiempos):
profeta de nuestro pasado,
de la Historia "que promete"
al que descubre sus claves,
al que se atreve a revisar
sus dogmas y referentes
Aunque se hunda el mundo a sus pies
y el cielo te caiga encima
¡Y qué! Cueste lo que cueste
el alumbrar el Nuevo Mito,
del Tiempo Nuevo que viene
como aquél ("del Siglo Veinte")
Aunque me flagele el rostro
de frente el frío de la Nada
glacial de puro vértigo
asomándome al vacío
a fuerza de hurgar el pasado
y de asumir desafíos
anclado en una memoria
heroica ¡Fiel compañera!
Sin otro asidero fijo (...)
caiga quien caiga en el lance
Que quien nos niega el pasado
nos priva también de un futuro
y nos roba de paso el presente (...)
"¡No pasarán!" ahora gimen
(¿qué saben esos niñatos!)
Será porque ya pasaron (...)
¿Qué digo? ¡Que nos colaron,
nos metieron de matute!
¿Rey de oros, rey de espadas
o apenas caballo de Troya?
¡Llave del futuro la clave
del acertijo tan simple!


La noche que te conocí
que te hablé por primera vez
que me diga (¡qué noche!) ("grand soir"!),
de noche tenía que ser
y es que me llevó tiempo
el ver y asumir (¡pardiez!)
lo que yo era más bien,
el situarme a mí mismo
entre el ruiseñor ("chanteclair")
y el pajaro tecolote
que ve muy lejos de noche,
en la penumbra entre sombras
de un alma (la mía) en pena,
que te ama y que te espera
y en la espera me crecí
y descubrí el elixir
que me hizo por/siempre/joven
o renovó mi juventud
a tus ojos (¡a que sí!)
como águila de las cumbres
con solo mirarte mujer
¡Mientras tú te miras en mí!

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