lunes, noviembre 04, 2013

ISLAM Y III REICH, ESPECIAL PARA (FACHAS) ESPAÑOLES

Morsi fue una criatura política del mesías negro, Obama, un cripto/musulmán que confunde España con el Andalus. El islamismo es un posmarxismo como lo es la ideología de la democracia/real de los indignados. Más disolventes que el marxismo mismo. La peste y el cólera: el integrismo musulmán y el sionismo judío que tienen una extraña tendencia a aliarse. Como se vería en la guerra civil siria. Desde luego no verteré una lágrima por su suerte
La alianza (estratégica) entre el Islam y el III Reich durante la segunda guerra mundial es un hito historico insoslayable, hay que reconocerlo. En la lucha por el poder y la hegemonía mundiales, una Alemania en fase de expansión bélica y con pocos amigos potenciales fuera del continente europeo creyó encontrar en el Islam político de la época -cualquiera parecido con la realidad de hoy, en ese aspecto, pura coincidencia- un firme y providencial aliado, como se veria ilustrado y perpetuado para la posteridad en la instantanea célebre aquella del encuentro entre el Fuhrer y el Gran Muftí de Palestina, de riguroso uniforme el uno y luciendo turbante y visidtiendo hábitos propio a su rango de dignatario religioso el otro.

¿Algo más que una alianza puramente estratégica, forzada por las circunstancias y por las dificultades que enfrentaba la Operación Barbarrosa? Kalmukes, chechenos, tártaros del Volga y otros pueblos de confesión musulmana habitantes de las regiones meridionales de la Rusia continental y del Caucaso pasaron a engrosar -a partir de un estadio determinado del desarrollo de la segunda guerra mundial- las filas de la Wehrmacht y de las Waffen-SS, como lo evoca León Degrelle en sus memorias del frente del Este.

El mismo fenómeno se dio en los Balcanes con kosovares y bosnios musulmanes, y del balance de aquella alianza circunstancial reza poco en la historia de la Segunda Guerra Mundial ni siquiera en sus versiones más políticamente/correctas, pero la impresión de fracaso perduraría y predomina, como lo probaría la suerte de las Unidades Waffen-SS que se formaron en los Balcanes por iniciativa de un personaje que cita mucho Degrelle en sus obras aparecidas en la posguerra, el general de las SS, Helmuth Berger, de origen francés (hugonote) como su nombre indica y que tuvo trato directo con la Legión Walona encuadrada -al contrario de lo que ocurrió con la División Azul (División de la Wehrmacht 250), y con los voluntarios italianos, croatas o rumanos- en las Waffen-SS, al igual que los flamencos.

Las unidades (Hankar) de "SS" bosnios musulmanes acabaron viéndose disueltas por conflictivas e indiscipilinadas, y en toda la historia del conflicto no parece que la aportación musulmana al esfuerzo bélico del III Reich se revistiera de particular relevancia. Tenían a la ideología aria y también a la historia en contra suya. O digamos que esa alianza puramente estratégica aunque solo fuera, sufría fatalmente del lastre inevitable de un choque de memorias antagonistas -a imagen del choque de culturas y civilizaciones hoy tan en voga- que habrá marcado la historia europea y universal desde los tiempos de la Revolucón francesa e incluso antes, desde la eclosión de las guerras de religión con la Reforma.


Encuentro en 1941 entre Adolfo Hitler y Mohamed Sidi Amin el Husseini, Gran Muftí de Palestina. La alianza táctica y estratégica por motivos de coyuntura bélica- entre el Islam y el II Reich tenía en su contra la ideología racial y también la historia y la memoria colectiva de las naciones de Europa del tiempo de las Cruzadas, y en particular de la España de la Reconquista. En el terreno militar se saldaría desde luego por un rotundo fracaso
Así, un Abraham de Santa Clara, célebre predicador franciscano austriaco de la época del cerco de Viena por los turcos -un personaje de perfiles claramente barrocos que veneraba Martin Heidegger (como se pondría de manifiesto en la biografía polémica que le dedicaría un exiliado comunista chileno alumno suyo)- veía en el Islam la mayor amenaza para la Civilización (y para la iglesia)

Mientras que una tradición orientalista europea particulamente arraigada en la órbita geográfica y cultural del protestantismo alemán y remóntandose a las Luces y al Aufklarung de la que participarían todos los grandes nombres de la filosofia alemana de los siglos XVIII y XIX (Goethe, Kant y Hegel entre otros) y como se veria plasmada -especialmente dedicado a los españoles (...)- en unas páginas célebres del "Anti Cristo" de Nietzche donde elogia la civilizacion musulmana de Al Andalus y denigra -por su suciedad (sic)- a los cristianos de la Península, culpables (según él) de haber cerrado como primera medida los innumeros baños publicos (y rituales) que surcaban la capital del Califato tras la Reconquista de la ciudad por las tropas de Fernando III el Santo), cargaba las tintas como digo contra el catolicismo (y no sólo contra el cristianismo primitivo) en provecho y "ad majorem gloriam" del Islam y de la civilización dicha/musulmana (como una contradicción "in terminis")

Y es obvio que por entusiasta que se pueda ser del filósofo del Superhombre y del Eterno Retorno -y que el que esté libre de pecado tire la primera piedra- e incluso de todas las intuiciones geniales vertidas en esa obra que la iglesia en su tiempo juzgó blasfema e hizo figurar en el Indice de Libros Prohibidos, esos juicios historicos de Nietzsche sobre la España de la Reconquista adolecen de un "a priori" innegablemente cultural (y religioso) y del choque de memorias antagonistas -hijas respectivamente del catoliciscmo y del protestantismo- a las que hice alusiòn más arriba.

Pero además, en el plano puramente ideológico de la historia del nacionalsocialismo alemán, cabe esgrimir un argumento de autoridad (por asi decir) de primera maginitud y lo es el "Mito del siglo XX" referente ideológico principalísimo de la Alemania nazi, una obra en la que se criticaba acerbamente el integrismo musulmán incipiente -en Egipto- entonces (en el período de entreguerras) como lo pude comprobar de una lectura de aquella obra en una version antigua, y pese al hecho no poco intrigante que en posteriores versiones de esa obra que acabarían cayendo en mis manos hasta hoy aquellos párrafos en contra del integrismo musulman (naciente) se verían expurgados, por lo que fuera (...)

Como sea, el Caúcaso es hoy una especie de escaparate en visión retrospectiva del travestimiento ideológico que se operaría entre aquellos musulmanes pro/nazis de los tiempos de la Segunda Guerra Mundial, integristos musulmanes fanáticos anti-occidentales de nuestros días.
En esta obra, especie de blibia (de bolsillo) del nacionalsocialismo, que me leí en Bélgica en una edición antigua en lengua francesa, se atacaba acerbamente el integrismo musulmán incipiente -precisamente en Egipto, con los Hermanos Musulmanes- en el período de entreguerras. Curiosamente, en ediciones más recientes que cayeron posteriormente en mis manos, esos párrafos se veían expurgados, por lo que fuera
Simpatizé largo tiempo con el integrismo musulman - hasta que le vi las orejas al lobo, no se le puede llamar de otra forma (como lo dejé registrado en no pocos de mis escritos divulgados en la red años después)- con el estallido de la guerra civil argelina (años noventa en sus inicios) , y los visos de contagio del lado de Marruecos donde los islamistas más radicales reividicaban sin el menor rebozo la memoria de la uusanta contra los cristianos de la Península, y la figura de Ab-del-Krim también (dicho sea entre paréntesis)


El islamismo o integrismo musulmán es al mundo de hoy lo que fue el comunismo soviético en el periodo de entreguerras e incluso en el mundo de la posguerra durate la guerra fría. La peste y el cólera, el fundamentalismo islámico y el sionismo judío. Como lo fueron en su tiempo el comunismo soviético (autoritario) y el comunismo libertario de los anarquistas.

Y por eso no esperará nadie verme derramar ni una lagrima por los Hermanos Musulmanes en Egipto ni por su presidente, una criatura del mesías negro Obama, y al que su antiguo mentor -como lo habrá dejado claro la visita el pasado sábado del ministro de exteriores USA, John Kerry, de visita en el Cairo- habrá dejado flagrantemente en la estacada

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