La Falange y el Ejercito. Historia de una amistad de antiguo, no exenta de enfados,de altibajos de enfados y de incomprensiones. Jose Antonio admiraba al ejercito, a su padre militar para comenzar; habia crecido en una atmosfera castrense y toda su vida, su obra y su doctrina se verian inspiradas (y empapadas) de estilo castrense y de un espritu militar o de exaltacion de la milicia incontestables, y descendia ademas de una estirpe antigua e ilustre de militares, a ambos lados (paterno y materno) de su genealogia, pero él mismo no era militar y a la carrera de oficial preferiria la toga y el alegato forense. Y entre los fundadores y militantes de primera hora solo Julio Ruiz de Alda, aviador, y algunos otros nombres contados procedian de las filas del Ejercito.
Y habria que esperar a la revolucion de Octubre en Asturias y la confraternizacion que tuvo lugar entonces entre los falangistas asturianos y unidades de la Legion al mando de Franco y del entonces coronel Yague, despues de haber luchado codo a codo con ellos en el aplastamiento de la insurrecion revolucionaria, cuando le alcanzo a la Falange el deshielo de una parte de la oficialidad, la mas brillante y aguerrida, que era la del ejercito de Africa, que cristalizaria en la primavera ardiente del 36 –y en Marruecos mucho mas como cabe suponer…- cuando la juventud española toda entera se militarizaria; y un poco mas lejos aun hasta las maniobras del Llano Amarillo, y las manifestaciones unanimes y de signo inequivoco que se produjeron entonces, para como digo poder registrar la existencia de una implantacion falangista en el seno de la institucion, de una atmofera, de un ambiente entusiasta inclluso que se veria plasmads en el celebre grito de ¡CAFE ! (¡Camaradas Arriba Falange Espanola !) que atrono los aires al final de aquellas legendarias maniobras, a punto ya de producirse el Alzmaiento.
La participacion de la Falange de Jose Antonio en los preparativos del Alzamiento, lo que el historiador Ricardo de la Cierva llama la Gran Conspiracion –del titulo de uno de sus libros- habra sido decadas durante sujeto de graves y apasionadas controversias y en mis tiempos juveniles, en la Universidad, los años que milite en el FES hice o acabe haciendo mia (entonces) una posicion en el tema –que era « grosso modo » oficiosamente al menos la del grupo- y que se podria definir de poco comprometedora de entrada (o de poco comprometida) y que era la que traslucia en la obra « Frente a frente » de un falangista historico, Jose Maria Mancisidor –que nosotros mismos en el FES nos encargamos de distribuir y de vender, despues de haber podido recuperar de los herederos de su autor un contingente considerable de ejemplares, en una vivienda (aun lo recuedo) del barrio del Retiro-, en la que se sostenia una tesis un tanto confusa y a la vez compleja, segun la cual Jose Antonio no habria estado implicado de forma ninguna en la preparacion de la sublevacion, o al menos que se habria desentendido y desligado de ello como quien dice en el ultimo minuto.
Y a relucir en nuestras discusiones ardorosas y en nuestras conversaciones apasionadas de entonces vendria siempre o casi siempre la celebre frase de Jose Antonio de su ciricular del 24 de junio (A todas las jefaturas territoriales y provinnciales ») con gran destaque en aquella obra por supuesto, en la que ponia en guardia contra aquellos « que pretendian convertir a la Falange en una fuerza de asalto destinada a desfilar ante los fantasmones encaramados en el poder ». Y en la mente de muchos, o de algunos de nosotros al menos, el pretendido fantoche (por excelencia) aun sin nombrarlo se sobreentedia…Pero sobreentendido solo ya digo, y hoy pienso que tras aquella especie de indefinicion o de definicion tan vaga y tan poco comprometida se ocultaba una duda o vacilacion fundamental que no acababa de zanjar (aun) una decision o un acto de afimacion como el que un deber (inexcusable) de memoria hubiera exigido, sin duda por lo joven de los integrantes del FES entonces –tras la escision de los « agapitos »- en la que no quedaron con nosotros practicamente ninguno de los falangistas historicos que habian intregado el grupo de los veteranos (o de los viejos) que ellos si habian tomado parte en la guerra.
Narciso Perales –en la mente de todos o casi todos los que aqui me iran a leer- habia participado de forma destacada en la guerra del lado nacional y seria nombrado incluso gobernador civil por Franco en la immediata posguerra (antes de que se dimitiera)-, y yo la verdad es que lo conoci poco –aunque asisti en alguna ocasion a las tertulias quue se celebraban en su domicilio madrileño- pero parecia evidente (la impresion que en mi dejaria por lo menos) que el deseo indesmentible de revision de aquella parte de un pasado propio individual y a la vez colectivo podia mas (entonces) en él que la preocupacion de seguir manteniendo lealtades a su antigua militancia o a un periodo (importante) de ella por lo menos, y me lo corroboraria la lectura de su aportacion a la obra colectiva de caracter necrologico dedicada a Dionisio Ridruejo en la que hablaba de la guerra civil como de una « trampa » en la que se habia visto atrapado (sobreentendido el y sus camaradas…) Los sentimientos y convicciones que sobre el tema acabaria concitando en sus ultimos años de vida –de los que me llegaron algun eco no cabe mas directo (de mi propia hermano que se lo encontro en un hospital castrense, en donde estaba internado…)– no los conozco por cierto pero me atrevo no obstante a pensar que Narciso en el fondo, como tantos veces ocurre, no habia renegado de nada a pesar de las apariencias, ni una jota de su pasado de combate y de militancia, y que se mantenia « semper idem » al final ya de su vida.
Jose Antonio, cualesquiera que fueran los signos y señales que lanzaria desde su celda de la prision provincial de Alicante en el periodo comprendido entre los inicios del Alzamiento y su muerte el 20 de Noviembre del 36 -en funcion « nota bene » de una estrategia judicial perfectamente legitima y en la que le iba la vida, y tambien « nota bene » de las provocaciones de las que fue victima, como la entrevista (funesta) con el turbio periodista norteamericano (amigo de Hemnigway…)-, esta claro ya hoy que estaba de cuerpo y alma con el Alzamiento, y el pesimismo (intelectual) al que aludi en mi articulo/mensaje anterior no hace mas que corroborrarlo en definitiva : Jose Antonio –preso « nota bene », y en situacion de extremo aislamiento a partir del momento en que la FAI ya comenzada la guerra se hizo con el control absoluto de la carcel en la que se encontraba-, llego a pensar o a creer que la guerra la iban a ganar los rojos, lo que para el no era ya mas que una forma de preparse al martirio que se aproximaba….
Los argumentos « ad hominem » son ademas innumeros sobre el tema. Basteme citar algunos ejemplo de los mas reveladores y cargados de significado. El de su hermano Miguel, militar de carrera el mismo y que él si tuvo contactos de ultima hora con los mitares implicados. El ejemplo de todos los sitios en donde el Alzamiento triunfo y en donde la Falange local contribuyo decisivamente a ello como fue el caso (clarisimo) del 18 de Julio en Valladolid; o poniendose « ipso facto » a las ordenes del mando de la plaza, incluso en los lugares mas precariamente controlados, en situacion de asedio, como asi lo hicieron en el sitio de Oviedo, en la defensa del Alcazar de Toledo e incluso en la del santuario de Santa Maria de la Cabeza de Andujar, al mando del capitan Cortes de la Guardia Civil, sublevado ya en los primeros momentos desde su puesto de mando en la capital de la provincia, Jaen , y él mismo en posesion del carnet de la Falange….Y un caso aun mas revelador por lo emblematico lo seria el de Manuel Hedilla, uno de los pocos mandos provinciales aun en libertad en visperas del 18 de julio y que que tuvo un papel decisivo-de enlace entre los mandos militares comprometidos…- en el triunfo del Alzamiento en Galicia a donde habia sido trasladado…
Miitar en el fondo y en lo mas hondo siempre me lo senti un poco yo mismo, lo reconozco, sin duda porque lo mame igualmente, en el seno de la familia en que naci y tambien de los barrios o zonas madrileñas donde vivi siempre –hasta que me independice- de casas miltares (para jefes y oficiales) del Ejercito del Aire. Y ello pesaria no poco en mi destino en los años aquellos de mi transito por la universidad en los que cumpli tambien mi servicio mitar (universitario), en el campamento del Robledo de IPS, y del que guardo recuerdos dispares, algunos bastante penosos lo confieso: aquel ambiente sobre todo de derrotismo que imperaba entre todos mis compañeros (caballeros/aspirantes) por los que la onda (radioactiva) del mayo del 68 –como la de Tchernobyle- habia pasado ya sin dejar nada en pie en la mayor parte de ellos, por dentro me refiero….
Aquellas enseñanzas tambien, anquilosadas o completamente desfasadas de pronto, por culpa precisamnene de aquel cambio (brutal y repentino) en las mentalidades, con unos oficiales -algunos de los cuales parecian verdaderamente obsesionados (sin duda con razon) con la instruccion « en orden cerrado »- empeñados en embutirnos supuestos tacticos y teoricos de guerra del Pacifico -de aquellos inolvidables tebeos de Hazanas Belicas...- o algo asi, a mil años luz de situaciones, por poco verosimiles siquiera, que nos pudiese deparar el futuro (immediato) Y en cambio precisamente entonces,o para ser exactos hacia el final del segundo verano que alli servi una nueva preocupacion o interes se puso claramente a despuntar entre algunos de aquellos oficiles instructores en relacion con formas de guerra moderna que entonces –por influjo entre otros de novelas « best-seller » de gran exito como la celebre trilogia de Jean Larteguy con las guerrras coloniales de Argelia y de Indochina de telon de fondo- se daba en llamar guerra psicologica, subversiva, o revolucionaria (o « contrarerrevolucinaria) y que solo mas tarde me daria cuenta tenian no poco de sintomattico.
Y lo que traducia y escondia a la vez todo aquella atencion repentina era una activida de nuevo cuño plasmada precisamente entonces en la creacion del AUN y emanante de los servicios de inteligencia castrenses –del ejercito de Tierra-, con la masa del alumando universitario y el mundo de las Universidades como blanco directo de sus miras; en un contexto que era, cierto, el de la subversion organizada, teledirigida, y financiada desde fuera, desde el Kremlin, como el informe Mitrokine –publicado hace algunos años en Inglaterra- habra puesto de manifiesto tras la caida del Muro y la exhumacion de los archhivos de la era sovietica (y en el tardio endurecimiento del Regimen, que se seguiria, de perfiles no poco a absurdos o surrealistas por cierto)…Pero lo que mas me pesaria alli dentro en aquellos veranos (ardientes) del Robledo, a mis espaldas como quien dice, solo vendria a destaparse años mas tarde…
Y lo era la ficha politica (sic) mas pesada que una losa, que ya entonces, debido precisamente a mi militancia en el FES -y « nota bene » tambien sin duda por ser hijo de militar…- me acompañaba o mas bien me seguia inseparable como echandome sin parar el bofe de su aliento (hostil) en la nuca, ya digo que sin darme cuenta…: de un destino -aquellos informes- de lo mas singular a su vez, porque despues de que hubieran sobrevido a la Transicion y al triunfo y consolidacion del nuevo regimen de democracia, todo aquello, aquel expediente « rigurosamente confidencial » y a mi nombre –que daba « nota bene » exclusivamente cuenta de mis actividades en el marco del FES…- acabaria sorpresivamente viniendo a conocimiento de las instacias policiales y judiciales que me investigaron en Belgica a raiz de mis primeros sinsabores aqui de aquel jaez, en la primera mitad de la decada de los noventa….A pesar « nota bene » de carecer de antecedentes penales (o judiciales) en España del tipo que fueran….
Y solo mas tarde como digo acabaria viendolo todo mas o menos claro tras el velo de confusion por asi decir de mis recuerdos de aquellos veranos tan radioactivos: el rigor –incomprensible, discriminatorio, injusto- que algunos de mis mandos entonces me reservaron, el verme emplazado en permanencia (casi) de forma humillante delante de los demas alumnos (cadetes) de mi compania, lo que no me condujo a la depresion nerviosa (del todo) -pero que no dejo de tener efectos sobre mi equilibrio afectivo….-, la desconfianza instintiva hacia mi –imposible de disimular- y la tension nerviosa no poco visible de aquel oficial afectado al estado mayor del batallon, que pasaba por ser su responsable directo en materia de servicios de inteligencia, en los raros encuentros que con el tuve….Y un precio sobre todo no poco elevado, de mi paso por alli (entonces): la estrella de alferez por cierto y la decepcion inegable que mi (relativo) fracaso en mi difunto padre produciria….
Como quiera que sea, tropezaria o me tambalearia un poco entre traspies entonces de resultas de todo aquello -no lo niego-, de una situacion de persecucion y de acoso innegable, tan injusta como absurda, y con no poco de tragico como ahora asi la veo, pero no cai ni me derrumbe. ¡Eso no ! Y la prueba lo fueron los contactos que tuve por aquel entonces o justo despues –ya no recuerdo bien…- con algunos de los militares directamente responsables del AUN y de de aquel trabajo « de inteligencia » en las universidades. Con uno de ellos en concreto, –que « nota bene » escapo por sorpresa al juicio de Campamento tras el 23-F...- quien me hizo una propuesta de colaboracion –delante de testigos-, que rechace sin mas. Y quizas –lo pienso ahora sobre la marcha…- que fue aquello lo que mas me pesaria del todo entonces….
Colaborador estrecho en todo caso lo seria, aquel agente/secreto castrense ("Rafael Vallejo"), del coronel San Martin, que operaba entonces a su vez bajo el nombre de guerra de « Conde », al que tambien llegue a conocer personalmente en un bar muy frecuentado por estudiantes, del barrio de Princesa, y al que, casi patidifuso, solo reconoceria mas tarde bajo su verdadero nombre, de las fotos en los periodicos tras el 23-F….
Y asi terminan estas lineas que habran nacido como articulo/mensaje a la gloria de la Falange…y del Ejercito, para acabar convirtiendose en una autentica deposicion. Por mi honor. Y dedicadas o dirigidas a mis antiguos amigos y compañeros del FES que por supuesto no me la habran pedido, pero que -ellos mas que muchos otros- se merecen…
Y tambien en honor de todos ellos. Como testimonio revelador de las pruebas que juntos vivimos y tuvimos que soportar entonces, lo que de por si solo justifca –con creces- todos aquellos años de esfuerzo y de militancia (heroica).
Y que nos animan e incitan sin duda a algunos a un comenzar de nuevo: la leccion bien aprendida por cierto, pero como si no hubiese pasado nada…
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