¿Nero, di Spagna? No, "di Roma". La alcaldia de la Villa eterna, tras quince años de control izquierdista, acaba de cambiar de manos y acoge a un (ex) neo-fascista por vez primera en la politica italiana de la posguerra. MSI, unas siglas que aqui le diran poco tal vez a algunos, a los mas jovenes desde luego. Al autor de estas lineas -para que lo voy a negar o a pasar por alto en en esta nota romana e italianisima de la actualidad (de ultimo minuto)- le hicieron (buena) compañia desde luego en aquellos años turbulentos, bastante aciagos, del franquismo tardio, que fueron los de mi adolescencia y mi jventud primera en la Universitaria madrileña.
Finales de los sesenta (1969) Foto en el diario "Arriba" de jovenes estudiantes "misinos" (neofascistas del MSI) enarbolando -hecho inaudito en la Europa de mas alla de los Pirineos por aquellos tiempos- banderas españolas a la salida de una misa en el centro de Milan, por Jose Antonio "di Rivera"...Una foto -tambien por aquellos tiempos- en la portada del diario ABC que se rasgaba hipocritamente las vestiduras ante "el resurgir del fascismo en Italia", del almirante Birindelli, hasta hacia poco jefe supremo de la fuerza naval de la OTAN en el Mediterraneo y que acababa de dar la campanada presentandose a las elecciones por las listas del partido neofascista.
Desde entonces, los años que permaneci aún en la universidad y despudes incluso hasta que me fui al seminario de Econe, la llama tricolor (con los colores de la bandera italiana) que era la insignia de los "misinos" me caldeó (y recalento tambien no poco, lo confieso sin complejos) en mi singladura casi en solitario -con los diez y ocho o diez y nueve que pensaban o sentian un poco parecido a mi en toda la Universitaria madrileña...- en aquellos años de epidemia espiritual e ideologica....Y hoy, tras el triunfo electoral de Berlusconi y su coalicion heteroclitica que incluye, por dentro, a los neofascistas "posconciliares" de la Alianza Nazionale, y por fuera tambien a los "otros" (de Fiamma Tricolore) -los que en nada habran cambiado...-, se diria que llegó la hora de reivindicar alto y fuerte aquel pasado "italiano" de los españoles, que habra sobrevivido en muchos de forma vergonzante, y callada y oculta o disimulada cuando menos desde "entonces"....
Con ocasion del congreso internacional Fascista de Montreux, en 1935, Jose Antonio dio una nota a la prensa en la que se distanciaba -provisisionalmente al menos- de una etiqueta ideologica que a seguir al 45 tanto requemaria a algunos de sus sucesores y partidarios. Y en los medios que eran los mios en la Universidad, de convicciones o simpatias joseantonianas, la polemica aquella hizo estragos entre los que decian que si y los que decian que no, y hoy tantos años despues con un estado de animo y de evolucion de las mentalidades muy distinto al que entonces imperaba parece llegado el momento de poner (de nuevo) los puntos sobre las ies en la matiera como entonces lo hizo Jose Antonio. La Falange no era un movimiento fascista. ¿Y que?: lo que cabe preguntarse tantos años despues. No lo era desde luego, en la medida en que era (ante todo) un movimiento español, fiel a la Memoria historica de la Nacion española, como lo ratificaria y confirmaria y refrendaria Jose Antonio con su muerte...y justo antes con sus ultimos escritos de la carcel de Alicante...
El si lo era (o no) en cambio en otros aspectos mas o menos accidentales, coyunturales, anecdóticos o superficiales, es algo perfectamente licito y legitimo el seguir indagando y la polemica esta servida como digo desde ya hace un rato: a la que habra desde luego aportado una contribucion (importante) un libro del estudioso y antiguo colaborador del Instituto (franquista) de Estudios Politicos, Adriano Gomez Molina al que ya habre aludido en estas paginas. Sus conclusiones no son (exactamente) las mias desde luego, aunque en los postulados coincida ("grosso modo") con él, e incluso con otros autores que cita en auxilio de su tesis como Ricardo de la Cierva. La Falange habria sido una forma (efimera) de fascismo "menor" para ambos, "verbi gratia" menos importante y mcho mas trivial e irrelevante, que en sus "hermanos mayores", el nacionalsocialismo aleman y el fascismo italiano. Con lo cual no estoy en absoluto de acuerdo, como paso a explicar con mucho gusto (Pero, siguiendo a Jack -que diria un chistoso-, vamos por partes...)
La Falange como los demás movimientos fascistas o "fascistizados" de la epoca fue una respuesta (o una reaccion) a la amenaza que represento en la Europa y en el mundo de los años veinte y principios de los treinta una Revolucion de octubre en plena escalada ofensiva (de agresión) travestida como ya entonces lo estaba en la gran potencia imperialista que ya habia alcanzado a ser la Union Sovietica, con Stalin. Lo que el historiador Nolte llamaria -del titulo de uno de sus libros- "la guerra civil europea". La Falange seria pues -en el capitulo "español" de esta ultima- una expresion genuina en las formas historicas que fueron las del momento que la vio nacer, de una Nacion que no queria morir, como habria muerto (a manos de "la otra España") si hubiera caido en las manos del Zar rojo, que aspiraba entonces (como un pantócrator marxista/bizantino)a la conquista del mundo entero. Pero no fue solo eso desde luego....
Era tambien o lo pretendia ser al menos, una tentativa de solucion para los problemas gravisimos que arrastraba España y que amenazaban convertir en irrespirable, e inviable la convivencia entre españoles. Y que se resumian o se traducian en amenazas a la unidad en defintiva: entre las clases como entre las tierras (y los pueblos) de España por emplear la formula consagrada. Problema regional, regionalista y separatista, y a la vez -infinitamente mas explosivo, mas acuciante-, un problema social, que se traducia en una lucha de clases exarcerbada ya al maximo en aquel entonces, y que escondia a la vez una innegable « angustia » (social, colectiva) como lo expresaria clarividente el propio Ramiro Ledesma.
Pero en el caso español los sintomas mas visibles -como las que acabo de mencionar- ocultaban todavia mucho mas....Algo que solo poco a poco con el paso de los años, del sedimentar de ideas en el largo proceso de maduracion que nos habra ofrecido a todos el mundo en transformacion de la posguerra, nos habra sido dado a algnos el calibrar, aunque algunos visionarios lo hubieran vislumbrado ya con gran anterioridad (ya en el 45) Y pienso en particular en Drieu la Rochelle, fascista frances que opto hasta las ultimas consecuencias por la Colaboracion y que semanas antes de su muerte dejó escrito en su diario -salido a la luz a poco de que yo llegara a Belgica-unos parrafos que nos atañe de lo mas directos a los españoles, profeticos en verdad mas que clarividentes...
"El problema social de Españoles, Italianos y Portugueses" -venia a decir en aquellos escritos suyos de ultima hora- es en el fondo "una tragedia racial" (sic), a saber, de una civilizacion catolico-mediterranea (sic) amenazada de muerte por una carencia tragica de materias primas y por el cierre (sic) del Mar Mediterráneo a manos de los ingleses (finales de los años mil setecientos, tras la batalla de Trafalgar en resumias cuentas)....Y lo que el sagaz escritor e ideologo frances supo tan genialmente expresar -y refrendar con su muerte justo despues-, en clave como es logico de sus propios parametros culturales, historicos e idoelogicos, se puede traducir literalmente al español por ese fenómeno (trágico) de la decadencia de España o si se prefiere del declive no menos trágico de "un Imperio español" -de los siglos XVI y XVII, e incluso XVII-, que lo era en verdad por muchos conceptos....Y la Falange tradujo sin la menor duda un resurgir de aquella realidad histórica en estado de letargia (o de agonia) ¿Fascista la Falange pues? "Fascistizada" más bien (como sentencio Ramiro de forma tan certera)...Sobre todo por la via de la rivalidad, que me diga de una vocacion imperial, de dominio -romana en los unos y en cambio hispanica en los otros- que tantos falangistas españoles como fascistas italianos, es cierto, compartian....
Y en una obrita poco divulgada en España (de ello al menos no meme cabe la menor duda), "El Antimonio" (el Grisú), del escritor siciliano de izquierdas ya fallecido Leonardo Sciascia, con el telon de fondo de la participacion de voluntarios fascistas italianos en la guerra de España, reluce a las mil maravillas esa mistica imperial o imperialista que animaba a los voluntarios de la Division Littorio, a sus jefes sobre todo pero que hasta los más subalternos compartian. Y ahi reside precisamente, en mi juicio, el gran valor documental, de testimonio, de esta obrita silenciada de un escritor que por vuelta de mayo del 68 se convertiria en una de las figuras emblematicas de la intelectualidad de (extrema) izquierda en Italia...
Y era el haber sabido poner precisamente de manifesto por detrás o por debajo de los multiples pretextos o falsas razones o sinrazones que llevaron a muchos italianos (del Sur la mayor parte) -de extraccion social "nota bene" la más humilde-, a alistarse en el 36 de volluntarios con los nacionales (si hay que creer a ese escritor, huuyendo de la mina....), ese sino historico (feliz) que habra puesto del lado de los buenos -o del de los malos de pura equivocacion (como se quiera)- a cada encruciada historica importante y desde los tiempos lejanos de "las visperas sicilianas", en plena Edad Media, a lo que fueron historicamente los reinos de Napoles y de las Dos Sicilias....Como si los "unos" -hispanicos de vocacion, en definitiva- no hubieran venido, fatal o inexorablemente, más que a sustituir o a remplazar a los "otros", españoles renegados en ruputura de lealtades y de raices (a mineros me refiero, por descontado...)
España contrajo una deuda (de sangre) entonces con aquellos italianos que vinieron a a combatir del lado de Franco en la guerra del 36 y que se distinguieron heroicamente y al precio de bajas innombrables -cuente lo que cuente la leyenda-, como lo ilustran los cementerios de soldados italianos desperdigados por toda la geografia patria. Por un sinfin de razones que Franco a acertó a interpretar no obstante, España se mantuvo neutral más tarde, hasta el fin, aunque desde el principio al final quedase claro de que lado estaban las simpatias de todos o casi todos (me refiero a los que vencieron en el 39 por supuesto)
Y si la opcion de la neutralidad acabó prevalenciendo sobre la de intervencion -al lado del Eje, como lo apostaban claramente los falangistas (casi) unanimes y como lo ilustra la dimision clamorosa de todos sus cargos, en el 42, justo antes de Stalingrado (como lo recordaba en un escrito en su homenaje su gran amigo, Serrano Suñer) del propio Dionisio Ridruejo....-, aquello no vino más que a sellar, una vez más, una fatalidad histórica, indisociable del destino y de la vocacion, propios e intranferibles, de los españoles, que preservó a España en resumidas cuentas de ligar su destino con otras dos potencias extranjeras (Italia y Alemania) de una forma irreversible e iremediable...Y en ese sentido se puede decir, es verdad, que España no entró en guerra (en definitiva) -o en otros terminos que los partidarios de la intervencion no prevalecieron o no pudieron o no supieron imponerse entonces-, porque no eramos fascistas.
La deuda persistiria no obstante...La corroboró o rubricó si se puede hablar asi, la inmolacion (publica) que tuvo lugar en Milan, en la Piazza del Domo, en febrero del 45, donde una chusma en delirio se cebaría ingominiosamente, hasta lo indecible, con los cadáveres -colgando boca abajo- del Duce y de la Petacci: que si hay que creer al historiador fallecido Javier Tussel -fuera de toda sospecha en el tema, como la mujer del Cesar- fue aquello, aquel trágico espectáculo (indigno de paises civilizados) lo que decidió de una vez por todas al Caudillo, frente a presiones, deudas y vacilaciones más que comprensibles, y detrás de él como un solo hombre la España que habia ganado la guerra, a aguantar a pie firme, pasase lo que pasase; rumbo al futuro, solos frente al mundo y pecho al descubierto -como José Antonio Girón en el balcón del palacio de Oriente- en el mar proceloso, preñado de amenazas y de peligros, del concierto internacional de la posguerra....
No éramos fascistas (quiero decir los que nos predecedieron), y sesenta años después seguimos todavia sin serlo. Pero fue la muerte de los fascismos lo que permitió que sobreviviéramos…Como Nacion independiente, de Memoria historica bien despierta. Y eso fue sin duda lo que influia en mi o por decirlo asi lo que me trabajaba entonces por dentro, y por detrás de aquella nostalgia (neofascista) que me llegó a parecer (como español) algo enfermizo o decadente -de memoria de vencidos, en la que no me veia....-, y que en definitiva no era más que un seguro o prenda de vida (individual y colectiva), para mi y para todos los españoles.
¡Oh, Roma eterna!, cantaban (enfervorizados) los católicos integristas de la TFP -y yo con ellos- en pleno centro de Sao Paulo, en los años setenta. ¿Y por que no? Pero habrá que acabar reconociendo -en el futuro- que esa forma (romana) de "eternidad" habrá tenido unos capitulos o episodios importantes, fascistas (y neofascistas)....
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