lunes, noviembre 17, 2025

"ADOCTRINAMIENTO" ¿QUIÉN HABLÓ DE ESO?

 


RAIMON (de la Nova Cancó) en su salsa. En la  foto (Económicas de la Complutense, creo) Solo de verlas -esa y otras muchas fotos del ambiente ("adoctrinante") aquél me entra mal cuerpo. Con todos mis respetos. A lo que di la espalda -con mi título en mano,- y de lo que no me arrepiento. Se escandaliza ahora de la actitud de la gran mayoría de la juventud de hoy. Fue otra juventud -la que le endiosó a él- y otros tiempos

ADOCTRINAMIENTO. La simple mención de esa palabra abre de par en par (por lo que se ve) la caja de los truenos y las tormentas. Se ha visto a las mil maravillas con las declaraciones sobre el tema del ministro -Víctor TORRES- de Memoria democrática. ¿Quién hablo de adoctrinar? exclama y después, diciendo digo donde dije Diego, aboga resueltamente por el adoctrinamiento (sic) en valores democráticos. ¡Lagarto, lagarto! que diría GARCÍA LORCA. Que la irrupción en la palestra de la política española de un debate así nos hace pensar (a fe mía)  a una serpiente mordiéndose la cola. Adoctrinamiento en las aulas, en las Asambleas (enfermas) aquellas. Universitaria madrileña, mediados los sesenta. En ellas y en sus debates teledirigidos y supervisados en los que sólo se hablaba de lo que la camarilla de agitadores (de turno) quería, y en los términos presupuestos que ellos admitían. 

Como si no viésemos a distancia (yo al menos) a donde querían ir con sus propuesta, y a donde querían llevarnos -léase a imponernos "su consenso" -años antes de que el vocablo entrase en libre circulación y en el primer plano de la política española-, como si fuéramos tontos del bote o poco menos. Y a los que no entrábamos en el juego, y no aceptábamos picar en el anzuelo o comernos ese hueso, se nos condenaba al ostracismo y al boicot mas absoluto, a la merced -en consecuencia- de un acoso crudo y duro. Mil veces peor que el mobbying  (que sólo vino después) Y no vengo aquí a dármelas de victima, que aquello fue así y el mundo (ay dolor!) corría en la dirección que aquellos agitadores  nos marcaban, a los que nunca denuncié y hubiera podido hacerlo- Pero el acoso y el boicot (y la amenaza e incluso, la agresión -en un contexto de adoctrinamiento- fueron reales, algo que nunca digerí del todo como lo muestra esa irresistible compulsión o necesidad de sacarlo a luz -como lo hago ahora, para explicármelo a mí mismo sobre todo- en cuanto sale el tema o la ocasión se presenta, boxeando (por decirlo así) contra mis recuerdos de aquello. Y que marcó y selló mi futuro y decidió mi destino, como se dan cuenta los que aquí me leen, o lo acabarán comprendiendo. 

No los denuncié ya digo, ni se me ocurrió sacarles a relucir ese pasado adoctrinante -sectario y poco democrático cuando menos-, cuando irrumpieron unos pocos de ellos -con los dedos de la mano- en primer plano de la escena política española. Volvieron al anonimato (de donde nunca -soy duro- debieron haber salido. Con los dedos de la mano, ya digo. Y del resto, ¿qué se hicieron? En el anonimato o en el olvido: Y retengo así, de pasada, un nombre no obstante sólo uno, el de Oscar FANJUL. que llegó a ostentar un cargo con el ministro "sociata" SOLCHAGA (y fue presidente de REPSOL), y del que debo decir que me hizo creer lo que no era con sus modales exquisitos, su sonrisa meliflua y su habla tan cauta y tan circunspecta (y precavida)  Como si estuviera hablando con un policía o más exactamente con un agente de la Social, que era el bulo que corrió entonces por mi cuenta, como lo supe años más tarde. Bulos, ¡quién habló también de eso! 

Y de lo que era aquél me acabé enterando yo por su confesión en parte o por mi propia cuenta. Y es que no era más que un hijo de tales padres, exiliados los dos en Chile -siguiendo los pasos de Juan NEGRÍN-, al finalizar nuestra guerra civil: y lo que mäs me engañó en ël fueron los contactos e influencias de los que se jactaba en medios caritativos -Fundación SOPEÑA por ejemplo  -y el tufo clerical, que me diga progre/clerical (estábamos en el inmediato posconcilio), que despedía por todos los poros de su persona. 

Y quien habla de ël habla también de  su mentor Carlos SOLCHAGA, reo -em mi recuerdo indeleble- de la (escandalosa e indecente) operación de acoso y derribo que orquestó (quitar al otro para ponerse él) con una cuadrilla de los enrabiados aquellos en contra de Huberto VILLAR, profesor auxiliar de Teoría (Económica) IV, del que no retuve bien ni entonces ni ahora de qué se le acusaba -si no era su nombramiento lo que le hacía sospechoso ante aquellos "perros rabiosos" (enragés, en francés, como los estudiantes contestatarios de mayo del 68) Pero lo que todavía se me quedó bien fijo en mis retinas- fue odio y la aversión -en su actitud, en sus palabras de protesta beligerantes, y en sus miradas, que me merecen rescatarlo del olvido, como aquí hago. IN MEMORIAM


Carlos SOLCHAGA, ministro de Economía con Felipe GONZALEZ. Y antes de eso, fue mi profesor e la Facultad de Economicas (72-73), después de que orquestase -con la cuadrilla de enrabiados que mandaban allí entonces- una operación de acoso y derribo contra el "franquista" o "criptofranquista (lo decían ellos) profesor que le precedió. Le quitaron (por la fuerza) y se puso él. Huberto VILLAR. IN MEMORIAM (Y todos mis respetos)


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