“Voces de muerte” registra
la poesía hispana (y correcta),
que resonaron muy después,
sólo ahora me doy cuenta
Y fue en la escena aquella atroz,
Schrikkend Bild (¡eso era!)
del coronel (musulmán)
en su hora la más negra
Que aquellas voces tremendas
que oí de niño con certeza
-Y si no, nada se explica
(si no ¿de donde la angustia esa?) -
parece que las oi otra vez
en la (otra) horrible escena
Que me hizo visible de pronto
a Orestes (como si fuera)(...)
¡Voces de muerte asistiendo
-en telón o banda sonora
inconsciente o subliminal-
parte de mi juventud (heroica)!
Ante la sorna de aquellos
que no sabían leer (¡tristeza!)
en mis ojos espantados
(¡mofa y escarnio!, ¡verguenza!)
Escondiéndome (ellos) así
a mi mirada (en conciencia)
el buen corazón ¡su herencia!
(¿reirse de él a boca llena?)
Por eso lloré ( a escondidas)
las voces de muerte (en las ondas)
que oí quieto en (mini) "laptop"
cual escucha (o cual profeta)
De los últimos leales (“faithful”)
¡Decidido a alzar la bandera
Honrando así a mi enemigo!
(Que nobleza obliga ¡Ea!”)
Y conjurando asi esas voces
¡Pesadilla de mis noches negras!
Que me impedían oír
¡Tu voz –en tus ojos- Nena!
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