Estamos presenciando un verdadero seísmo en la palestra de la política internacional y en el estado de la opinión publica las horas que corren y los españoles ni se interesan ni se enteran a juzgar por la atonía -clamorosa- de sus medios (mainstream) en el tema. Y por qué: ¿son menos clarividentes acaso, menos sensibles u ojo avizor de lo que pasa en el mundo que los franceses? –famosos por lo contrario, por creerse el ombligo del mundo quiero decir-, y ese es un ejemplo tan sólo. Una pregunta incómoda en extremo escabrosa y dolorosa sobre todo entre compatriotas. Que nos ayudará no obstante a descifrarla la otra cuestión o asunto candente que aquí se plantea. Y me estoy refiriendo al formidable revulsivo que ha producido a escala del planeta y no solo en el ámbito europeo la inminencia de la firma en Marrakech del pacto sobre la emigración (y los emigrantes). La noticia más terrible –como decía Nietzsche de la muerte de Dios- y más extraordinaria de nuestra época. Y no exagero parafraseando al filósofo.
El espectro de la guerra de razas –y tras suyo el de la islamización, tras el pacto de Marrakech- en el horizonte europeo próximo. Dominique Venner tenía razon. ¿Será delito –de odio- el denunciarla –en voz baja o a gritos?-, como lo anuncia el actual jefe de gobierno (socialista) español, sólo él hasta ahora? Como diría Umbral, nadie le pide tanto
Un verdadero reguero de pólvora, la lista que se alarga día a día gota a gota hasta ahora sin parar de países que se están demarcando de puntillas por unas razones o por otras de lo que ya se da en llamar el pacto del harakiri, empezado por la Europa central, la Hungría (primera de la lista) Eslovaquia, República Checa, Polonia (los llamados países de Visegrado)- y en las últimas noticias, Bulgaria –y otros países que arrastrar detrás de si amenaza con ella- y Croacia (de la que cabe decir en la zona de los Balcanes, lo mismo que la anterior). Y más cerca de nosotros en el ámbito de la Europa occidental, Italia, y Austria, y en las últimas horas van cayendo –como bombas- una tras otra la noticias de los países de esa esfera geográfica –u otros- que se desmarcan o que están a punto de hacerlo mientras escribo estas líneas, la Suiza, y la Republica Dominicana (¡¿) y más cerca Bélgica, los Países Bajos, Dinamarca y también -last but non least- Francia donde el presidente Macron acaba de anunciar –en el contexto de la cólera rampante del movimiento popular y callejero de los “chalecos amarillos”, mientras escribo estas líneas que no acudirá a la capital africana (*)
Lo nunca visto en la Europa de la posguerra, el mayor desafío o desplante al orden de Yalta –a la ONU, la niña de sus ojos, un respeto- a los vencedores de la II Guerra Mundial en el 45. Y de Israel, qué me dice que se ha subido (oportunamente también al carro) me replicará aquí tal vez algunos. La confirmación de la regla y no otra cosa. En Bélgica se ha producido un debate que he seguido de cerca por razones obvias. Y que se ha saldado por la ruptura del gobierno(mientras escribo estas líneas) Que no habrá sido en gran parte más que un eco del suscitado en Alemania, impulsado y dirigido por la Alternativa por Alemania (AFD) –extrema derecha- como lo ilustra el que el principal partido belga opuesto al Pacto y miembro de la coalición gubernamental –la N-VA- se ha visto prohibida una campaña en contra de aquél calcada en algunos de sus carteles de los que se han visto en Alemania, y uno de los cuales por ejemplo es de una estampa callejera de una villa alemana en la que no se ven más que velos islámicos y en el centro de la foto, en primera plana, miembros de unas (sic) brigadas anti-negrofobia (sic) de la que los semblantes lo dicen odo (del odio que destilan, y de la amenaza) De lo que nos espera.
El horizonte cada día más negro del que se destacan loa espectros a cual más amenazante e inquietante uno que otro, de la guerra de razas, lo que la Humanidad nunca hasta hoy habrá conocido y frente a lo cual las guerras surgidas en la lucha de clases como lo fue en sustancia la Segunda Guerra Mundial en muchos países, o la guerra civil española, no son más que juego de niños -o “de tronos” (de Internet), a lo sumo. Dominique Venner, el suicida (“nationaliste”) de Notre Dame tenia razón, sus vaticinios –de guerra de razas en todo el continente europeo- se cumplen a rajatabla, que parecían tan agoreros a todos o a casi todos los de su cuerda. Y ahora ¿qué? cabe de inmediato preguntarse, y es que como reza el dicho tan castizo –existente me figuro en otras latitudes y en otras lenguas- con las cosas de comer no se juega, como lo comprobó a sus expensas el general De Gaulle que se había permitido retar –en el Quebec- a los mismísimos Estados Unidos (¡dentro de su zona de influencia!) y hacerle la peineta nada menos que a la OTAN (de las democracias vencedoras) y hermana gemela de la ONU o casi gemela. Y le vio justo a seguir las orejas al lobo –de su destitución y derrocamientos- en una movida subversiva de gran aliento –hasta el punto que le llevó a refugiarse en Alemania (Baden-Baden) entre sus antiguo enemigos de la Segunda Guerra Mundial o de la guerra de Argelia (la OAS), poniéndose ante ellos de rodillas-, comparable en algunos aspectos a la de los “chalecos amarillos” las horas que corren. de la que hoy -de aquella- se llega a la conclusión que fue una maniobra de desestabilización de los más altos vuelos a cargo de servicios secretos de países comunistas (la Alemania oriental entre otros) por un lado y de la CIA por otro (faltaría)
Los chalecos amarillos que desafían al presidente francés. ¿Mayo del 68, cincuenta año después? ¿Una revuelta –legítima, anti-sistema- de las capas inferiores de la clases medias (Lenin díxit) empobrecidas o amenazadas en su poner adquisitivo-, como la de los estudiantes “enragés”?¿ O una nueva erupción (manipulada) del movimiento indignado (de la indignación 15-M, siete años después? Se admiten apuestas. Un denominador común no obstante: de gran crisis internacional, de la OTAN entonces, de la ONU (y de su pacto de Marrakech), la de ahora. Moraleja: con las cosas de comer no se juega, léase el orden o la paz (de Yalta) de los grandes de la tierra. Como lo aprendió De Gaulle a sus expensas, y como le puede ocurrir a Macron ahora
Y de Macron que se encuentra en una tesitura semejante nos llegan en cascada noticias contradictorias una detrás de otra, que no va a Marrakech, que no pero que si, como si se estuviera a la espera de la gran crisis –como la del Mayo francés, en la que puede desembocar lo que se esta cociendo (en rosa entonces en amarillo ahora allí)- que sea lo que le haga entrar en razón y le decida (con la cartilla bien leída y aprendida) a donde tiene o no tiene que ir. Lo dicho, con las cosas de comer no se juega. Ni los más pequeños entre los pequeños ni los grandes de la tierra, más estos últimos por razones obvias.. Un publicista francés (de derechas) calificaba en una brillante intervención televisiva anteayer, de visión geopolítica e ideológica (sic) en la materia, lo que a toda costa quieren imponer a la Humanidad toda entera las grandes potencias, por cuenta de la emigración. O lo que es lo mismo de la emigración musulmana o lo que es lo mismo del Islam, una vieja historia familiar para españoles aunque otros no nos comprendan Para un viaje así querido Sancho, no necesitábamos alforjas
(*) y mientras escribo, salta igualmente la noticia del no del Brasil, tras la elección de su nuevo presidente, Jair Bolsonaro. Como una bola de nieve, ya digo
Han "informado"! que 150 paises se han reunido en Marruecos para acatar las órdenes de la UNO para obligar a Europa a aceptar invasión migratoria... Israel, USA, Australia... (no sé si China y Rusia también) no han asistido a esa reunión... HOY ALERTAdIGITAL dice que PedroSanchez ha aceptado recibir en España cienmil inmigrantes antes de 2020... y la prensa de Masdrid se apresura a justificar esa invasión dando datos estadidsticos sobre el hundimiento de la natalidad, la cual "ellos" han provocado, como en toda Europa, desde los años sesenta del siglo xx
ResponderEliminarRusia está (como cabía esperar) en el bando del No pero con distingos y reservas: se niegan a aceptar el "compartir responsabiidades" (como reza el texto del pacto) -por injerencias de su politica exterior y en la crisis creada por la presión migratoria y en la zona gegráfica de procedencia de aquella-, que endosa -sovetismo obliga- en exclusiva a los paises occidentales (y a sus gobiernos "de derechas") ¿Lo mismo vale tambien en lo referente a Siria? (...)
ResponderEliminarLa independencia de la Polonia valía una guerra mundial para sus nacionalistas, y el Tiempo y la Historia les dio ampliamente razón (en la Primera Guerra Mundial y en la Segunda) ¿Será preciso a su vez (horresco referens!) una guerra de razas en le Peninsula -que es lo que parece que va buscando (con ahínco y obstinación) el gobierno socialista-, para liquidar y saldar y curar de una vez por todas -sobre todo en el plano de la Memoria, y en lo que tuvo sobre todo de conflicto "entre dos/pueblos", de guerra étnica- la guerra civil española (interminable) del 36 y con ella sus secuelas principales, la baja de la natalidad -algo ya antiguo y que sólo parece preocuparles ahora- la principal de todas ellas? ¡Vivir para ver, fantasmas míos! (todo llega)
Rusia es el molde de un enigma
ResponderEliminartodo PARTE DE Israel. bailan LOS JUDÍOS MALA COSA, EN Brasil QUIEREN MATERIALIZAR LA PROFECÍA DE STEFAN ZWEIG. VAN A POR TODAS. ES EL NUEVO ORDEN. SANCHEZ ES EL JENIZARO DE ESTE CONTUBERNIO
ResponderEliminarTu alusión -escueta y fugaz- a la obra tardía de Zweig, "Brasil país del futuro" no está clara., y por lo que tiene de todo menos trivial se merece una aclaración, a fe mía. Por lo que leo -documentándome a toda prisa por Internet en el tema- Zweig, judío austriaco, veía a Brasil –que le había dado refugio y asilo- cargado de promesas, por su ausencia de “racismo, de nacionalismo agresivo y de lucha de clases”, lo que es en parte verdad aunque exige también una explicación por somera que sea. Y el fondo de verdad de la primera parte del aserto estriba en mi modesta opinión, no en esa imagen que tanto nos vendieron (con éxito) hasta hoy de un Brasil multirracial –o lo que es igual de crisol racial, cósmico, del futuro- , sino en la realidad histórica innegable que la emancipación del Brasil al contrario que la de los países hispanoamericanos .como lo vengo manteniendo en mi blog- no tradujo una rebelión mestiza (léase criolla), antieuropea, "in casu" anti-española, sino que mantuvo allí la hegemonía –o la “supremacía”- de Europa, o de los Blancos para dejarnos de eufemismos. Y eso es lo que algunos argentinos, incapaces de reconocerlo por una especie de imposibilidad histórica o moral, y cegados de rivalidad nacionalista anti-brasileña, no les perdonan a sus lusófonos vecinos. Y es lo que viene a traducir en el fondo, por detrás o por debajo de otras muchas cosas, el triunfo y ascenso de Bolsonaro. Y lo de la ausencia de lucha de clases parece en cambio un voto piadoso más bien, aunque es verdad, contradiciendo un poco lo anterior que se traviste allí –o tiende a ello- en lucha de razas.
ResponderEliminar¿Israel detrás del rechazo a Marrakech como del ascenso de Bolsonaro? Un enigma más espeso que el de Rusia, que tu mencionas, Preferens. Y confieso que no me siento capaz de desvelarlo, como me siento incapaz de zanjar el dilema que se plantea en lo medios “identitarios” –de derechas o de “extrême droite”- a saber el de la prioridad estratégica entre el antisionismo o la lucha contra la islamización rampante (tras el fenómeno de inmigración en masa) a lo que Alain Soral entiende dar una respuesta, brillante, como buen francés- que no hace mas que ocultar un apuesta (anti-sionista) en él –la de la “reconciliación con el Islam”, que no me convence del todo, y es por culpa o gracias tal vez a la memoria historia de la Reconquista que hace que un Español tenga siempre algo que decir en ciertos temas no forzosamente idéntico ni asimilable o concomitantes con una óptica o visión francesa como la que Soral –con espectacular éxito de audiencia- argumenta, y también por otra diferencia de óptica resultante de la diversidad fundamental entre dos fenómenos de islamización . el de Francia –que Soral bien conoce- y el de Bélgica, donde resido. El primero, propio de un Islam de extrarradio (banlieue) de clase baja o dominada, que no es en absoluto, ni mucho menos, el caso belga (…) Y lo que precede no me exime de mayores abundamientos, pero prefiero dejarlo para más adelante, Preferens. Gracias por reconfortarme como lo haces, que de verdad que a veces hace falta. ¡Feliz Año, camarada!
GRACIAS POR TU SABIO Y EXACTO COMENTARIO PERO COMO DECÍA JOSÉ ANTONIO NUESTRO LIDER NUNCA PASA NADA Y SI PASA ¿QUÉ IMPORTA? BON ANNE Y PAZ Y FELICIDAD PARA TI Y LOS TUYOS
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