jueves, julio 18, 2024

EN DEFENSA DE LA RAZA, EL 18 DE JULIO


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«  La (H)istoria es la que es » como aficionaba repetir un trol (amigo) aquí en la Red. Un submarino del PSOE en la memoria/azul de los medios y ambientes falangistas, para dejarnos de eufemismos. « Dios se lo tenga perdonado »,  en nombre o por cuenta de las medio/verdades que sentaba o de los hallazgos y descubrimientos que en su ardua (y semi/callada) labor de investigación-de documentación a la vez y de información (…)- sacaba a la luz como por casualidad y en provecho de todos, y en suma de la Verdad histórica (con mayúsculas) o sea. Y en aquello llevaba razón y le daba la la razón también, seguro que sin siquiera sospechárselo, a Vladimir PUTIN. Al mandatario supremo ruso, sí, que lanzó su operación patriótica en Ucrania en nombre o por cuenta de la Historia, la de veras, « la que es » De la historia de la II Guerra Mundial que ganaron ellos, y los otros también, sus aliados -anglosajones sobre todo- pero gracias a ellos (solos) al empuje triunfador -y no nos duelan prendas- del ejército/rojo. Violadores de mujeres -ya estoy oyendo algunos- como lo registró (con pelos y señales a cual más estremecedor, « el diario » aquel de una mujer -frau- « en Berlín » Ley de guerra. 

Violación flagrante y criminal en cambio, de todas las leyes y convenciones internacionales, lo fueron los bombardeos de atrición en ciudades y pueblos de Europa sin ahorrar víctimas civiles, niños -como fue el caso en Dresde- de víctimas previamente designadas. Una guerra de razas -ya es estoy oyendo a los otros- las tropas alemanas en el Frente del Este. ..Tan grande no fue su culpa.Y me explico de entrada. La doctrina (sic) de las razas fue un basamento mayor de la corriente o magma ideológica nazi/fascista. Como lo expuso en claro -en su obra mayor (en tres volúmenes) « El fascismo en su época »-, el historiador Ernst Nolte, especie de guru de predilección, en Historia contemporánea -en su primera/época (…)- de toda una generación de universitarios españoles, que fue (ay dolor!) la mía propia. 

Una doctrina, si, la de las razas, léase un sistema filosófico en sentido amplio, revestido en cuanto tal de dignidad digámosla conceptual o filosófica,  y en consonancia, con un puesto por derecho propio en la Historia de las ideas, dentro y fuera a la vez de otras corrientes mayores del pensamiento como lo fueron las Luces (en francés Lumières) -y su versión alemana del Aufklarung-,  telón de fondo y clave suprema de desciframiento de la Revolución  Francesa. Y no creo que en lo que acabo de dejar sentado ningún autor garante de lo política e históricamente correcto, incluso de los más autorizados entre ellos, me desmentiría. 

Y el autor o referente más emblemático y más sonado (entre españoles incluso) de aquella, lo fue sin duda el (vizconde) francés, Arthur de GOBINEAU, que no fue ningún (más o menos) frustrado u oscuro pensador sino una figura del mayor relumbre en la sociedad francesa -bajo la Monarquía de Julio (juillet)- de su época, genial escritor y ensayista, y brillante diplomático en países de cultura oriental y de religión musulmana, especialmente en lo que fue el Imperio persa, y amigo íntimo y confidente de un pensador de los más autorizados en la Francia de entonces, como lo fue Alexis de TOCQUEVILLE (fuera de toda sospecha) Y detrás de él, toda una pléyade de autores más o menos notables y más o menos ilustres, o ilustres/desconocidos, entre españoles al menos, tales que H.S. Chamberlain, Gouguenot de Mousseau, Vacher de Lapouge (y siguen las firmas) 

Sin olvidar al vasco/español Pío BAROJA, y tras él a todo el vasco/iberismo y sus leyendas. Ni al futurista portugués ALMADA NEGREIROS y su « Raza de Civilizacao » (…) Exponente mayor pues, el racialismo (sic) -como así convenimos en llamar a la doctrina de las razas por nuestra cuenta y riesgo, a partir de ahora-, de una de las vertientes del pensamiento anti-moderno (sic) todo lo marginal y minoritario que se quiera pero que no carece de credenciales hoy por hoy en las más autorizadas instancias de la investigación científica (Recherche) en materia histórica. 

Y dentro de esa corriente cabe encuadrar -en un puesto de honor- el controvertido ensayo joseantoniano -en su contenido y hasta en su autenticidad incluso- « España germanos contra bereberes », que no fue ningún tributo de pleitesía o de vasallaje a la Alemania nazi, como así lo sostienen (no exentos de razones) algunos. En la situación (desesperada) en la que JOSÉ ANTONIO -prisión de Alicante, verano/otoño del 36-, en la antesala de su juicio en sus últimos días tras verse condenado a muerte. Ni fue tampoco un panfleto de circunstancias, sino un brillante ensayo de la mayor calidad literaria y de una innegable enjundia histórico/filosófica en clave ideológica racial, léase racialista (sic) y en pos de nuestras raíces históricas y de nuestra identidad colectiva en suma, a través de nuestras tres grandes gestas en el transcurso de la Historia, la Reconquista, la Contrarreforma y la Conquista de América. Con las más autorizadas credenciales tanto en la tradición hispánica o española como en la fase contemporánea mas actual y reciente de la Historia (europea) de las Ideas. 

Como un mirarse en el espejo y con él todos los que le seguían, para saber de donde venimos, quienes somos. Como Raza, y no sólo como pueblo (…) Y eso da a mi juicio, en su versión más reciente e inédita hasta ahora, la clave de explicación y desciframiento del Alzamiento Nacional del 18 de Julio. En salvaguarda de nuestro ser -la gesta aquella-, el de nuestra comunidad nacional, víctima entonces de un funesto y en extremo aciago fenómeno de reemplazo (en francés remplacement), por otra u otras comunidades de reemplazo (partidos políticos, de izquierdas, sindicatos)- bajo la amenaza de la lucha de clases. 

Y es lo que redime en la memoria y lo que da un sentido racional (y razonable) al destino tan cruel y tan trágico que le reservaron a JOSÉ ANTONIO, sus (inicuos) verdugos. Y esa es la Buena/Nueva y no « la peor de todas », como lo leí en una vez en un comentario sobre el escrito joseantoniano aquél, de la pluma o de la tecla y en tono de irrisión y de (máximo) desprecio, de uno de sus más encarnizados enemigos. EN DEFENSA DE LA RAZA, El 18 DE JULIO .

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