https://www.fr.fnac.be/a852485/Ernst-Nolte-Nietzsche-le-champ-de-bataille
Cuando la (interminable) guerra híbrida de memorias se extiende y da sus últimos coletazos en los juzgados (a nivel) de secretarías parece más actual y oportuno que nunca acertar en la línea de flotación de uno y otro de los bandos contendientes. Y es conjurando o exorcizando el influjo malėfico de los nombres que encabezan esa guerra de memorias, que es lo que hace Ernst NOLTE aquí ya tantas veces nombrado proponiendo un abierto debate a modo de diálogo entre los dos pensadores fetiche que encabezan esa guerra de memorias. Y una modesta contribución a ello es lo que se pretenden estas líneas. En un pasaje de una novela que he leído comentada en la red de un brillante escritor atipico, inconformista y umbraliano (sic) por confesión propia (y para más señas)´ se registra entre los personajes a una criada de servicio, de la que autor comenta -en guisa de lamento o queja- que sacaba en permanencia a relucir su condición social inferior delante de la dueña de la casa, su/*señora, vanagloriándose y excusándose a la vez, cuando todo el mundo lo tenía olvidado (sic) -escribe él en un voto o eufemismo piadoso semiincosciente (me parece a mí)
Escondiendo o camuflándose así el magno desafío que la criada doméstica aquella (una entre mil) en sus titubeos y tergiversaciones mitad afectadas mitad auténticas y no de mero cálculo, y en el embarazo y malestar que en su/señora y en su entorno (de lo que se hace inconfundiblemente eco la voz/de/autor) fatalmente suscitaban ella y la situación aquella, no era otro y nada menos que el de la lucha de clases que los fascismos negaban (sic) y a las ancas de aquellos, la Falange española que en su Norma Programática propugnaba (sic) hacerla imposible (1), en una ilustración flagrante del fracaso trágico y estruendoso a la vez -pese a sus innegables realizaciones- de la obra social del Régimen anterior, de su ambiciosa política social’ y laboral y de su Seguridad Social y su sindicalismo/vertical y de su política dela Vivienda, de lo que hizo cruelmente almoneda la Transición (a la democracia), para acabar topándose en las situaciones más triviales -como la qu se evocaba aquí- de la vida cotidiana con lo real, léase la lucha de clases que intuyó y postuló el pensamiento marxista. Para un viaje así’ querido Sancho, no necesitábamos* alforjas. NEOMARXISTA YO?
Como sugerirá aquí maliciosamente uno de esos aprendices de brujo amigo de las fórmulas y etiquetas de descalificación -como la de neonazi- viniéndose así a juntarse a a otras del mismo jaez -como la de nacional/bolchevique, o la de nazi/maoismo incluso, que en los estertores del mayo francés algún que otro grupo vino a poner en boga-, sí y no, porque la referida tendencia que aquí acabo de esbozar apuntaba en su revisión al polo opuesto -el de NIETZSCHE- al que apuntamos nosotros en una (urgente) revisión crítica de la obra y de la trayectoria de Karl MARX. Un perseguido que se acabo travistiendo él o sus partidarios- en verdugo y perseguidor.
Hijo, MARX, de su época tan convulsa y subproducto y matriz a la vez el marxismo -lo uno con lo otro- de la Revolución Industrial y de una Europa en estado de choque macada (al rojo) por la Revolución del 48 (primavera de los pueblos) Como el pesimismo filosófico e ideológico (facistoide) de NIETZSCHE y de WAGNER y en suma el del idealismo filonazi alemán no procedía menos de los estragos devastadores qu sembraron por doquier -en los países de lengua y cultura alemana, en nombre de la Revolución-, las guerras napoleónicas.
Y tributario MARX en su obra de toda una tradición intelectual -de pensée-, de Historia de las Ideas, y fue la de las Luces -les Lumières-hegemonica sin lugar a dudas pero coexistiendo forzosa o « dialecticamente » en cambio con otra tradición antagónica -« les anti-Lumiėres » - gozando de patente o credenciales por minoritaria e « incorrecta » que se vean en el ámbito de la investigación académica (Recherche) y en autores fuera de toda sospecha.
Judío MARX, sí -la otra hoja o parte del críptico-, e hijo de rabino, y en un caso en extremo atípico -en su variante « pietista »- que no hace más que invitarnos o conminarnos a un hondo esfuerzo de memoria, de vuelta siglos atrás a lo que se dio en llamar la España de las Tres Culturas a la que puso fin, no la Reconquista -contra lo que muchos creen- sino la (primera) guerra civil castellana -1351-1369- y su desenlace, de lo cual uno de los corolarios principales lo fue el anti-semitismo en política, un fenómeno ajeno en suma a nuestra tradición, de importación (francesa)
Y así todo se explica. Lo que no quiere decir que nos veamos obligados a aceptar (o a tragarnos) todos los postulados marxistas. Y sí en cambio a revisar (sic) la negativa tenaz -que algunos disfrazan a modo de eufemismo, de « imposibilidad » u « olvido »- del fenómeno de la lucha de clases. No olvidar o negar -como postuló errada y generosamente a la vez la FALANGE, sino recoger -con vistas a superarlo en suma y ponerle fin- ese supremo desafío, de la lucha de clasé léase de ricos contra pobres, que acertó a intuir (sic) en su alcance y trascendencia MARX. Como ninguno. y con ello, ese pauperismo bíblico y evangélico -de ricos contra pobres, « posconciliar » con casi dos siglos de adelanto- que Marx y el marxismo -como NOLTE fehacientemente lo explica- arrasrarían consigo, igualmente tributario de una tradición católica remontándose al siglo XIX, inglesa e irlandesa (fuera de toda sospecha) Y ahí estriba nuestro neo-marxismo.
Neo/marxista yo, y contrarrevolucionario a la vez, igualmente tributario (confiteor) de toda una tradición -francesa, europea y prácticamente desconocida en España -a izquierdas como a derechas (ni siquiera en la extrema/derecha) De la que me empapé « nollens vollens » en mis años del Seminario de Econe. A saber’ la Contra-Revolución, una corriente ideológica nacida en reacción a la Revolución Francesa, en la que plasmaría el pensamiento anti-moderno, (sic), gozando éste igualmente de credenciales (filosóficas) en el ámbito de la investigación (Recherche), en un insólito fenómeno de superación de la moderna « cancel culture » -léase de exclusión y de descalificación (mayormente en el mundo anglosajón) NEOMARXISTA Y CONTRA-REVOLUCIONARIO YO (dicho sea con perdón)
En una tentativa de separar el marxismo, su sistema ideológico y su filosofía y de todo o casi todo lo que después se reclamaría de él, en paralelo a la empresa de desmitificación y revisión (sic) de la Revolución de octubre bolchevique, emprendida contra viento y marea y en nombre de la guerra patriótica por Vladimir PUTIN. Fatalidad europea, MARX y su manifiesto/comunista y su doctrina del Capital, fruto o dervivado en gran parte de la I Guerra mundial, y matriz ideológica a la vez de la Revolución Industrial
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