martes, octubre 31, 2023

EINSTEIN, CAMINO DEL ALTAR

 

Coq sur Mer -como se le llamaba entonces, en francés-, o sea De (n)-Haan (en flamenco-neerlandés- como se le conoce hoy- etapa (en 1990) de mi (larga) travesía por rutas de expatriacion (en Bélgica) Playa/balneario junto a Ostende, "donde mi vida -como canté en un poema- se paró un día". Y en la (pequeña y preciosa) costa belga, "donde me hice hombre, allí fue sí" (como lo canté también) Y donde por lo que leo ahora -en ese libro de viñetas- pasó huyendo Albert Einstein, sin dejar (doy fe) el menor rastro o huella siquiera. Algo querrá decir (....)

Albert Einstein, "válgame un santo de palo!" como decia de Alejandro SAWA, -o hace decir a otro de sus personajes-, Don Ramon del VALLE INCLAN,  en "Luces de Bohemia". Un personaje insoslayable -o "inrodeable" ("incontournable"), Einstein, como se diria en transcripción del francés- el autor (o inventor) de la teoria de la Relatividad, que habrá gravitado de cerca en mi vida, más de lo que cabia esperar. Y fue tras la entrevista a solas o audiencia -la primera de las dos que me concedió- Plinio Correa de Oliveira ("profesor Plinio")- en una de sus (lujosas) sedes en Sao Paulo por cuenta de la Sociedad (brasileña) de Defensa de la Tradición, Familia y Propiedad (TFP) Cuando se coló sin pensarlo en la conversacion el nombre de aquél, del que (ingenuo de mi!) me permití hacer un comentario a modo de interrogación sobre sus orígenes.  

Lo que me valió (como un rayo invisible) el veto de mi interlocutor, silencioso, discreto -a la portuguesa o a la brasileira- pero no menos draconiano y pesado (como una losa) al punto que lo que tenía previsto en mí de comun acuerdo con los miembros del grupo -agentes (brasileños) de su antena española, Sociedad Cultural Covadonga que me hicieron viajar (en avion) hasta alli-, a saber, en una estancia que me permitiera conocer la "sociedad" (aquella) por dentro a fondo, y marcarme rumbos en mi vida justo a seguir, se convirtió (de golpe) en un vuelo o viaje de ida y vuelta (a seguir) con mucha ceremonia y protocolo, mucho pretexto y muchas explicaciones, eso sí. 

Lo que dicho sea a modo de descargo de mi interlocutor, se vería redimido o subsanado en la segunda audiencia -con todos los honores y la mayor deferencia- cuando viajé allí otra vez, embutido (eso sí) en hábito sacerdotal al cabo de los años que había pasado en el seminario (tradicionalista) de Ecône. Cuando el profesor Plinio me dijo, a solas otra vez, "vocé tem uma vocacao grandiosa, padre Krohn" Dile al justo (reza la biblia canónica) que todo está bien.  Y si lo saco aquí a relucir, es por la dimensión del personaje (de las viñetas) y el aura de santidad (laica) que le rodea ahogadiza y asfixiante a más no poder, por qué no lo podría a decir? 

Abogados y médicos, gremios sometidos -en  régimen de democracia- a caucion (otra vez!...), y junto con ellos, el de los científicos y sus auxiliares estrechos los investigadores ( "chercheurs" en francés),  atrincherados en sus posiciones de clase (burguesa), de la que proceden y en las situaciones de privilegio que heredaron de sus mayores o arrebataron de por méritos propios o ajenos, desde donde (olímpicamente) imparten sus lecciones (sabrosas) de moral junto con las propias de sus ámbitos de competencia, todos en olor de santidad y camino del altar, o del estrellato mediático (Starpower) y de su poder onmínodo (me da igual) Y es todo lo que se me ocurre de un golpe o a vuela pluma ante la rememoracion del personaje que aquí evoco, que se vierte en un libro de viñetas (especialidad belga junto con las"fritten" y las chocolatinas, como no hay otra) que cayó anteayer ante mis ojos

Un espíritu sensible, frágil y delicado (cual damisela), Albert Einstein, con alma de artista y a años luz de la imagen de frío científico -perdido entre números y ecuaciones y estratosféricamente lejos de  cualquier atisbo de realidad (sic)-, que es la que dejó para la posteridad, tan distinta de la otra que ahora se nos quiere vender. 

De la realidad cotidiana me refiero, y no esa otra forma o versión de la realidad que es la guerra y más aún si cabe en su vertiente de guerra nuclear (...) Un santo o sea, un mártir, una víctima, un perseguido de los malos en la película del pasado reciente (que no pasa), que se nos viene vendiendo (hasta cuando?) a profusión. Y que en su trayectoria de fugitivo fue a dar con sus huesos con décadas de adelanto -de los años noventa en sus inicios- en una de las etapas de mi expatriación  en Bélgica, en donde no quedó (a mi vista al menos) la menor traza de su paso por allí, algo querra decir (digo yo)? 

Y en donde el celebre científico se cruzó con otra futura celebridad, el pintor belga James Ensor, barón (de por casa), de padre inglés, y precursor de la pintura expresionista, del que reza la leyenda que pasó la mayor parte de sus años de vida (hasta el final) de pie todo el día junto a la ventana -sumido en depresión- en el paseo marítimo donde residía (cerca de donde yo viví) mirando al mar (sin parar, hasta morir) Y del que Einstein admiraba tanto una de sus cuadros más célebres hasta el punto que se lo quiso apropiar (qué de extrañar!) 

Y era una alegoría de la Muerte (y de sus máscaras) que él veia encarnado en el Mal (nazi) "indecible" -e innombrable-, natural. En un prototipo de la Vida (cara a la Muerte) en ese cuento de buenos y malos en el que nacimos, crecimos y vivimos, cuento de hadas (en francés "images d'Epinal") Una vida fantasmagórica -la de Einstein- como una exhalación, sin dejar ni rastro detras de sí, si no lo que los medios de la prensa "mainstream" nos cuentan. Cuentos tristes, puros cuentos, e hipotecas, (ay dolor!) de nuestro porvenir
   

 


 

Uno de los cuadros que impresionó más a Einstein, clave escondida de su paso (huyendo, de los malos) por la costa belga, de donde era (y donde vivio) aquel pintor -belga, barón, de ascendencia inglesa-, James Ensor, del que cuenta la leyenda que paso la mayor parte de su vida hasta su muerte de pie junto a la ventana de su domicilio -cerca de donde yo viví-, sin salir mirando al mar. Alegoria de la Muerte en esta obra maestra del expresionismo flamenco (alemán)

 

 

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