Exraña y nada trivial esa sincronía de la agravacion en Francia con la de la guerra de Ucrania en la frontera rusa o bielorrusa, y en el estallido (ver foto) de un movimiento (inédito) de protesta callejera en Tel-Aviv contra Bejamin Netanhayu el amigo de antes que acabó dando a espalda a Vladimir Putin? Jugando (legítimamente) en uno y otro tablero -en el hebreo como en el francés- el mandatario ruso? Lo que muchos se obstinan en hacer blanco de apagón infrmativo (black-out) o de no querer (globalmente) ver. Por qué?
Lo escrito, escrito queda. Scripta manent, rezaba entre los clásicos. Y rubrico y me reafirmo en todo lo que escribía ayer sobre el movimiento de protesta en torno a las pensiones en Francia. Eppure....la visión global progresiva y que se agranda con el paso de las horas, me pone en la tesitura de tener -como dicen los franceses- que cambiar el fusil de hombro. Un mayo 68, o un MAYO 23, como lo leí ayer (por la Red) en una pancarta de un joven exaltado, en una de las manifestaciones por las calles de Paris. Ese era el fantasma (sic) que se me venía apareciendo al hilo de la crónica de actualidad más rabiosa y al hilo de los acontecimientos, y ya saben aquí todos o casi todos mis lectores lo que pienso al respecto, por haberlo expresado repetidas veces aquí y en otros sitios, dentro y fuera de esta blog. Aunque también es verdad que mis análisis y formulaciones quedaron siempre restringidas en el plano de las hipótesis por falta de datos del conocimiento público y de hechos debidamente comprobados. Vía libre pues a las suposiciones no desprovistas de fundamentos, como las de Francois Duprat -antiguo de "Occidente" (y del Frente Nacional)- que veía en los acontecimientos aquellos (del mayo francés) la mano de los servicios secretos de la Alemania Oriental, y de detonante de todo ello, la negativa resuelta y tenaz del general De Gaulle de hacer ingresar a su país en la Alianza Atlantica (de la OTAN) Como más o menos lo sigo yo también viendo. Los tiempos y los vientos cambiaron más de cincuenta años no obstante después de aquello, y el mundo de la guerra fria -al borde de la eclosión a cada momento- dio paso a un mundo mutipolar, marcado hoy por una guerra convencional que habrá seguido a la guerra fria y está llevando a la Humanidad toda entera y todo derecho al borde del Apocalipsis o de la hecatombe nuclear (y no exagero) Y en clara toma de distancia -en la evaluación de la situacion y en el análisis de los acontecimientos, dentro (nota be) de una visión "desde fuera" como lo es la mía propia, debo decir de la forma más clara y contundente que no comparto (en absoluto) la visión ni la actitud de la derecha (sic) n Francia llámese o tíldese de derecha a secas, de derecha dura o extrema (léase extrema derecha), con su hincapié o su focalización en exclusiva sobre los aspectos securitarios o de orden público de la crisis, tal como se refleja en los discursos y mensajes y voces de alarma que viene lanzando Eric Zermmour (mis respetos) en la palestra de la política francesa, al que dedico un reproche análogo al de mi última entrada a Marine Le Pen -su más directa rival en las últimas elecciones presidenciales francesas- y es una dificultad o incapacidad insalvable por razón de clase -en un (brillante) periodista político de la prensa "mainstream" ("in casu", el diario Le Figaro)- de ver en toda su amplitud y en todos sus aspectos y perfiles, el problema social en el más reciente avatar del fenómeno de la lucha de clases en la historia contemporánea, tal como se viene sucediendo por la vía publica en Francia y a todos o casi todos los estamentos y niveles de la soiedad francesa, y en sus incidentes calljejeros y manfestaciones de protesta.
Ese es el reto o el desafío magno que la actual crisis francesa les lanza a los franceses, y en particular -dentro de su tablero político más reciente- a la derecha francesa en todas sus corrientes y tendencias. Y ese desafio cobra de pronto una dimension global ineludible e insoslayable y es la que le presta la extraña sincronia de los acontecientos en Francia con dos fenómenos que habran hecho irrupción al tiempo que se agravaba y recrudecía la crisis francesa. Y me refiero en primer lugar -aqui ya todos me lo tienen adivinado a la guerra en Ucrania. Porque en el mismo modo y medida que nos sentimos plenamente en el derecho de ver el efecto (fulgurante) del estallido de la guerra en Ucrania y de los inicios de la operación/especial y de la guerra patriótica -de Vladimir Putin- en el resultado (final) de las elecciones presidenciales y más en concreto en la (brusca) inflexión a la baja en los sondeos que sufrio de golpe, justo en aquellos precisos momentos, la candidatura de Eric Zemmour cargada hasta entonces de promesas y de los mejores augurios en el cuerpo electoral como en la generalidad de los medios (de la prensa "mainstream"), no podmos evitar -sin remedio- como digo, de ver la agravación de la crisis política y social en Francia en simultáneo con la agravación de la situacion internacional de resultas de la guerra allí, en la frontera rusa (y bielorrusa), amenazando con la deflagración nuclear casi a cada momento. Y No sólo. No sólo en la guerra de Ucrania, de eclosión reciente coetánea o contemporánea, sino en esa guerra de nunca acabar o guerra de fin del mundo -como yo asi la califico- que es la que estraga desde hace años, décadas, en el Oriente Próximo.
Y sin marcar el paso detrás de Alain Soral -ni queriendo enmendarle la plan tampoco-, hay que estar ciego para no ver lo que todos estan viendo y es la eclosión, en simultáneo con la crisis de las pensiones o de las reforma de las pensiones en Francia, del movimiento de protesta inédito e inaudito por las calle²s de Tel-Aviv-(lo nunca visto) en la historia del estado judío, y es en reacción a la reforma judicial anunciada por el jefe del gobieno israleli -del partido Likud (derecha israelí)- de Benjamin Netanhayu amenazado por un escandalo de corrupcion, y en grave peligro de colapso su politica y de dimisión su gobierno las horas que corren. Y cómo no ver detras de todo ello la atención inmediata y preferente de Vladimir Putin, en un espacio o escenario geopolítico omo lo es el Orient Próximo y el mundo arabe (e islámico) en general, donde los intereses de aquellos y sus designios de orden estrategico aparecen claramente enfrentados y contrapuestos. La mano de Putin y de sus antenas y tentáculos (y servicios secretos) en la gran partida (geopolítica) de ajedrez que ante nuestros ojos absortos se está jugando en estos precisos momentos? Macron no es el general De Gaulle (bajo ningun concepto) ni Putin tiene nada o poco que ver (salvo la prueba en contrario) con la gerontocracia de la epoca soviética (añs sesenta y setenta), pero se daz una misma rivalidad geopolitica entre una Rusia amanazada -aunque al decir de Harry Kisinger ello le lleve a una perdida de la mesura y del sentido de la proporcion (sic)- y una Francia potencia nuclear y continental que no se resigne a la pérdida de categoría (sic) en el plano de las relaciones nternacionales -en francés "déclassement"-, frente a la hegemonía y al predominio del bloque anglosajón.
Puede aquél abstenerse o privarse en un trance así de meter baza, visto todo desde un prisma gobal- y en una crisis como la francesa que amenaza la supervivencia política del aliado objetvo -de predilección- de la OTAN, a saber Emmanuel Macron? Y me refiero a ese Superman de la política internacional como se viene revelando a ojos vista y al filo de la actualidad más rabiosa y en la cascada de acontecimientos en curso, el mandatario ruso Vladimir Putin? La pregunta del milóln, que gravita de cerca sobre la crisis francesa y de cuya respuesta dependen (estrechamente) todas las demás incógnitas e interrogantes que plantea la crisis social, política (y de régimen) francesa (me parece a mí En claro y crudo de toio lo que tengo expuesto en esta y en la anterior entrada: una vision guerracivilista (marca España) es lo que está ´de más ("de trop") ahora en la izquierda francesa, y una visión lumpen, de paria "desde fuera" (como la mía) es la que se echa en falta (como el comer) en la derecha francesa (de la derecha) A buen entendedor pocas palabras sobran
Mayo del 68 (o MAYO 23) el fantasma que se me aparece (sin remedio) al hilo de la crónica de la crisis de las pensiones en Francia. Craso anacronismo (o no?) Entre una burda manipulacion de los más altos vuelos -como lo denunció Duprat-, la del mayo francés, y el reto magno de una erupción del fenómeno de la lucha de clases, como se esta dando en la crisis francesa en curso, por detrás de nubes de coartadas o pretextos y de las mil cortinas de humo sindicales o laborales, como el montante de la pensión completa, sin rebajas o exoneraciones, y sobre todo la de la edad del retiro (sic) -de 62 hasta ahora, o de 64 en el articulo principal de la nueva reforma (en la version de la izquierda como hace 40 años, en marcha atrás)- , una edad que se me pasó -desde el lumpen- sin darme cuenta a mí (...): vision de paria, de lupemproletariado (díxit Federico Engels), la mía, "desde fuera", la que le falta (como el comer) a la derecha (de la derecha) francesa en la crisis de las pensiones. Desde Marine Le Pen, a Eric Zemmour
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