Dimitri Valerievitch UTKIN (a la izquierda en la foto) Oficial del Ejército, con el grado de teniente coronel del GRU -servicio especial ruso de guerra digital y de inteligencia (en el extranjero)-, y fundador -y jefe en la sombra- del grupo Wagner. Catalogado de "rodnover" entre sus miembros, en alusión a Rodnoverie, el movimiento reivindicador de un neopaganismo eslavo, de pleno auge en la Rusia de Putín. Botón de muiestra, uno más, de la catarsis (terapeútica) ideológica como cultural -anti-guerracivilista, de reconciliación- detrás de la Operacion especial en Ucrania (tal como lo explico aquí)
"La guerra civil no se terminó todavía para muchos, y el pasado sigue extremadamente politizado. El pais necesita una especie de terapia cultural (cuidadosa)" (Putin, 2012) La cita crucial la recojo navegando en la red, de un articulo en inglés, un modelo de bien-pensancia a fe mía, de un profesor universitario britanico, empeñado en asestarnos lecciones de realidad (sic) -como tantos de sus compatriotas- por cuenta (y a costa) de la Verdad Histórica. Y si lo cito y lo comento aquí es porque da en el clavo -a drede o de pura casualidad (como la mula de Balam)- y es sobre los retos mayores, más cruciales y decsivos, en un guante que nos apresuramos de inmediato a recoger, a cuento de la guerra en Ucrania, "operación especial patriotica", o sea. Y el analista referido acierta en su intuición, no sin errar -como tan a menudo ocurre- en sus consecuencias cmp en sus postulados. Y así, contrapone a ese llamamiento (un tanto dramático) de Vladimir Putín -a la necesidad de una "terapîa cultural"-, y es a su doble decisión de anexionarse la Crimea (2014) y de lanzar la guerra en Ucrania (24 de febrero 2022).
Y si lo uno y lo otro -la pregunta inocente se me escapa- no vinieran a ser más que una misma cosa? Guerra en Ucrania en continuación de la Guerra patritióca (y de la Victoria, en la II Guerra Mundial), y remedo a la vez, de circunstancia -la de un tiempo de guerra-, y es de una terapia cultural de signo (anti) guerra civilista. Y no he dicho nada. Que ya estoy oyendo el tumulto de protesta y el rasgarse las vestiduras. Sobre todo del lado de España (manes de la interminable guerra civil del 36!, y de la guerra civil rusa también) Y es lo que del articulo referido cabe dialécticamente concluir, léase del choque u oposición irreductible que se designa claramente hoy en la Rusia de Putín -en una (flagrante) cóntradiccion, nota bene bien marxista (...)-, y es entre esa terapia de reconciliación (o antídoto, anti-guerracivilista) y un despertar de la memoria (de la Guerra patriotica, la de Stalin) (...) como el que viene fomentando ¨Putín en su gran designio de movilizacion y anti-desmoralizacion, y en su propaganda de guerra (...)
Y se apuntan en el artículo unos ejemplos que recojo cuidadosamente aquí, y son el rexhumar de un viejo fantasma de la propaganda soviética, el del líder ucraniano colaborador cn los nazis -y muerto en la inmediata posguerra a manos del KGB en Alemania-, Stepan Bandera (y de los "banderistas"), y con él, el de la evolución en sus lineas principales del tratamiento o abordaje en la prensa rusa bajo Putín-y al hilo de los avatares de la caida del Muro y del hundimiento de la URSS y del continuo perseguirse (como lo señala Putin) de la guerra fría (y de la Glasnost y de la Perestroika)-, y es de otra de las figuras "malditas" de la historia oficial (soviética), la de Andrzei Vlasov, general del Ejército rojo, y posteriormente, jefe del Ejército ruso de Liberación -de 300.000 hombres, rusos/étnicos todos ellos, que lucharon del lado de los nazis- y murió ejecutado (en la horca, en 1946) -al que Solszhenitsyn en "El Archipiélago Gulag" trata con paños calientes como al conjunto de los "colaboradores"-, y rehabilitado claramente com un patriota (sic) en los años 90.
Pero tras la caída del Muro los tiempos cambiaron y también los vientos en la antigua Unión Sovética -léase en la Rusia de Putín- , y el general ruso colaborador se vio de nuevo emplazado en Rusia, en los medios, como un traidor. "Ma non troppo", y es en comparación -como lo hace agudamente observar el articulo que aqui comento- con otros colaboradores no rusos/etnicos, como los Ucranios, los Tártaros y los Chechenos que abrazaron la Colaboración y lucharon del lado del III Reich, mucho más atacados cuantitativamente y en proporción en la Rusia de Putín, emprendiendo asi, la imagen publica de aquél una linea de circunvalacion a la baja, hasta el mas riguroso silencio, y el verse convertido en un espeso tabú en la prensa oficial rusa hoy por hoy. Gajes de la guerra patriótica o de la terapia de la reconciliacion? Se me antoja que por culpa o gracias a los dos. En un ejemplo de (flagrante) contradicción marxista o en una de esas ambiguedades del tipo bizantino/oriental que a las mentalidades occidentales -y latinas- les fue siempre tan difícil de asimilar. Y a buen entendedor (...)
Lo dicho, una "operacion terapeútica" de los más altos vuelos, de la nueva era en la historia de la guerra, la de voluntarios y de "fuerzas especiales", y de guerra de (des) informacion. Como lo ilustra la (súbita) aparición del grupo Wagner que ya aquí saqué a relucir, al favor de la intervención rusa en las guerras de dentro y de fuera, de los últimos años (en Africa, en Siria, en Libia, y en Chechenia) Y last but not least, del renacer del paganismo eslavo o paneslavo que viene simbolizado en la figura del fundador del grupo Wagner -y su jefe en la sombra a lo que parece-, la de Dimitri Utkin
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