Viktor Bout, "mercader de la muerte", mayor traficante de armas del mundo, criminal (sic) sin escrúpulos, y bla,bla,bla. Es acaso lo que se ve o se lee de él en esa foto? Yo no desde luego, a mis lectores de probar. Una leyenda de hombre mas bien (que de leyendas sé yo una barbaridad) Y una víctima más bien del desorden establecido del mundo en que vivimos. Unipolar. "Cambio de un peón por el Rey", como en las redes sociales a alguno le ha dado por glosar: el reciente intercambio de prisioneros bajo el patrocinio de Joe Biden y Vladimir Putin que sabe y largo de guerra de propaganda y también del juego de ajedrez por lo que se ve (...)-, como lo habrá probado una vez más
Teatro mundo, como dijo (y escribió) Calderón. Y que todo es puro teatro (o lo parece), es lo que me viene a la mente tras el espectacular intercambio de prisioneros en el aeropuerto de Abu Dhabi, de la jugadora (afroamericana) de baloncesto presa en Rusia por tráfico de drogas y de otro, preso en Ucrania, que presentan como el mayor traficante de armas de la historia, "mercader de la muerte" léase como el mas grande criminal, (y bla,bla, bla) Viktor Bout de su nombre, mas que hombre un enigma de hombre, a comenzar por el enigma de sus origenes, al que los medios presentan como tayik -del Tayikistán, república (ex-soviética) del Asia Central- de lo que no consigo cerciorarme -aunque él sea nacido allí- por las fotos que no hago más que mirar y mirar. Hasta que en letra pequeña leo que le cuelgan también un origen ucraniano, lo que diluye el enigma y me parece mucho más plausible y conforme a la realidad, a su fisonomía -europea, rubio/azul- digamos que mucho más familiar. El hombre es el estilo, dijo alguien y en coro lo repitieron otros muchos. El hombre es su leyenda, me da a mí por apostillar. Y me vienen a la mente un rostro y un nombre (de guerra) -el de Max de Kermorvan (...)- de uno de esos gremios fantasma que tanto inspiran a algunos medios, a fuerza de imaginacion. Mercenario, lo que era aquel inglés -gigante de manos grandes y anchas espaldas- con el que me crucé (hace ya muchos años) en los estudios de la televisión francesa TF1, participantes los dos en un programa de "reality show", y de una estirpe (o ralea) en vias ya entonces de extinción. Mercenario en Africa como él lo era además. Con la etiqueta de a-se-si-no (y criminal) bien puesta sobre la frente y que a mí desde luego no me impresionó. Que como otros reconocen a un rey de lejos, reconocer de cerca o de lejos a un asesino del que no lo es, es algo que aprendí (en la cárcel) a hacer yo. Como no me impresionan pues todos los horrores que los medios de la prensa "mainstream" endilgan ahora al "mercader de la muerte", un traficante de armas -otro gremio de leyenda-, o pongamos mejor, simple empleado o encargado -o heredero o legatario si se me apura (y qué más da!)- de una mutinacional de armamento que es lo que se me ocurre pensar. Negocio de la muerte? Si ellos lo ven así, reo y víctima a la vez de una situacion de laguna o vacío legal -del comercio de armas internacional- , así es como prefiero verlo yo (...) Lo que confiere interés si cabe al personaje y agrava a su vez lo trágico de la situacion que su caso pone al destape, visto en perspectiva planetaria, mundial (...)
Y visto todo lo que precede, el que Vladimir Putin salga al quite -el de su rescate-, a alguien le podría extrañar? Que no hay más que echar un vistazo (fugaz) al currículo de aquél: de carrera (brillante) en los servicios de inteligencia de la ex-Union Soviética, de diplomado (un respeto) en el Instituto militar de Lenguas Extrajeras (léase de espionaje y contraespionaje internacional) y negociante de armamento en Africa, desde Liberia hasta Angola, sirviendo a unos y otros (nota bene) sin distinción de ideología, desde el gobierno (pro soviético) de Luanda (MPLA) hasta los rebeldes antimarxistas o de derechas- de Jonas Savimbi (UNITA), ogro mayor de los medios en aquellos años como desde mi observatorio en las cárceles portuguesas lo pude bien observar (....) O en Rwanda, en el transporte de tropas francesas con el conflicto entre hutus y tutsis echando llamas (y derramando sangre) sin parar. El que esté libre de pecado que tire la primera piedra.
Que las visiones catastróficas del mundo en que vivimos nos dejan sin habla (propia) obligados a echar mano de un lenguaje digamos más transcendental. Y el traficante "de la muerte" se nos parece de pronto a aquel soldado japonés (Onoda) del que ya escribí en este portal, este último metido en una guerra (mundial) -de la que ignoraba el haberse terminado ya-, y el otro en las batallas (sin fin) de esa misma (interminable) guerra, como una gran fatalidad. "Amor fati", escribió FedericoNietzsche. Aceptación -léase Amor- del Destino fatal. En la guerra como en la paz. En la vida civil como en el estamento militar (y diciendo eso, y como obedeciendo ordenes a pie firme-un decir-, me siento más yo -mismo-, y dejo el teclado en paz)
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