lunes, julio 04, 2022

LA MISA EN LATÍN Y EL PAPA FRANCISCO


 

Dionisio Ridruejo ("el Goebbels español") de antes del "desencanto" Exponente y artifice principal de las escenificaciones mas grandiosas y solemnes -bajo un signo "totalitario"- del régimen de Franco en la inmediata posguerra, del que aquél fue oficiante mayor y maestro de ceremonias. Testigo principal a la vez del elemento diferencial -de diferencia de sensibilidad y de acervo tradicional- entre Francia y España en el plano ceremonial y liturgico. Y clave de explicación del renacimiento -de signo tradicional- en la primera, y del panorama de yermo o erial (sobecogedor) en la segunda. De lo que debería tener cuenta -peras al olmo?- el papa Francisco

No entro en la polémica. El documento pontificio -"motu propio"- del papa Francisco prohibiendo (sic) en lo sucesivo la misa de San Pío V, léase "la misa en latín de espaldas a los fieles (o al  pueblo)", -en la fórmula proverbial y polémica, para uso y consumo (en exclusiva, se diría) de los católicos españoles- habrá levantado fatalmente un estruendo y una polvareda que me pillan un poco de lejos lo confieso, como los lectores de este blog -de lo que tengo ya escrito aquí al respecto- se pueden imaginar sin mucho esfuerzo. No es óbice que el tema por su gravedad y su trascendencia me merece una glosa en este blog. Y entro al trapo pues, no del asunto en sí, sino de sus aspectos estrictamente litúrgicos que le sirven de trasfondo ambiental como también histórico. Y es que sinceramente me pregunto si con ese gesto o ademán (disciplinario) el papa ítalo/argentino no habrá dejado caer la gota que derrama el vaso -la gota de más (en francés "de trop")- o abierto o destapado la caja de los truenos y relámpagos o topándose -como Don Quijote y Sancho con la Iglesia- con el sentido -o genio-  litúrgico del catolicismo francés, un respeto. Comparaciones odiosas y salgo así al paso de algunos a los que parece que ya estoy leyendo u oyendo. Y es del prejuicio o a priori anti-francés sobre todo en temas religiosos. La Hija primogenita (Fille ainée) o la tierra de María Santisima, la pugna está servida desde la noche de los tiempos (....) Genio liturgico francés, pero qué esta usted diciendo? 

No entro, ya digo, me aprovecho solamente de la tempestad que se habrá levantado para escribir negro sobre blanco o decir en voz alta lo que vi de mis propios ojos hace ya tiempo, en mis años de la FSSPX (Fraternité Sacerdotale Saint Pie X) y del seminario de Ecône que fueron para mí el marco o la ocasión de recorrerme en todas las direcciones el territorio del Hexágono y de una de sus zonas limítrofes, la Suiza francesa -o "romana" (Romandie)-, en un incansable peregrinar a través de iglesias y catedrales y todo tipo de monumentos. Donde fui testigo (un tanto absorto) de un fenómeno insólito, sin contrapartida alguna -soy fomal y categorico (por la negativa) en lo que afirmo- de este lado de los Pirineos. De un renacimiento litúrgico -de signo tradicional- y por vía de consecuencia, arquitectónico 

Y pondré aquí solo un ejemplo en prueba de esa antimonia o rivalidad (un decir) franco/española, que vale por dos y mucho más, y es en la medida que me fue sugerido en tono de embeleso piadoso y de santa veneracion por los muy piadosos y muy ungidos "socios y militantes de la TFP" (de nuevo un respeto)  Y me refiero a la Cartuja de Aula Dei -a orillas del Ebro,  junto a Zaragoza, la Seo vista desde allí al fondo-, a principios de los setenta. Etapa obligada o escrita en los astros del cielo -así la veo hoy- en el itinerario que emprendí en solitario a la busqueda o escucha de "mi vocación" (como se decía antes) Donde pernocté una noche y no más y compartí pues la ruptura del sueño monacal para el rezo del oficio en común en el marco suntuoso y a la vez austero de la capilla claustral y su sillería y su coro., tan solemnes ellos y majestuosos (adornado el todo además con pinturas de Goya, sólo ahora lo aprendo). Todo eso y lo que quieran, si-, pero con un toque irremediable a viejo, a agonizante -a imagen y semejanza (dicho sea entre paréntesis) de la edad media de aquellos monjes, ni un joven entre ellos! (...)-, casi polvorientos a fuer de viejos y de solemnes, así me lo pareció todo aquello. 

Una noche y no más, ya digo, que lo contrario me habría parecido un entierro en vida, como se lo pareció al escritor holandés (católico) Cees Noteboom, que a mi gran sopresa vertio sus impresiones de aquel lugar en una de sus obras a modo de testimonio, y fue sobre todo de su diálogo con un joven con el que allí se cruzó. Identicas a las mias, señal que no miento ni exagero.  Todo lo contrario, ya digo, de esa mezcla insólita (y toque francés) de antigüedad y de renovación, de algo nuevo y a la vez arcaicónica y deo que fue el recuerdo y la impresion que me quedo hasta hoy del movimiento litúrgico -bajo un signo tradicionalista- del catolicismo allí, al que el papa reinante parece haber declarado la guerra (otra vez) arremetiendo de golpe contra sus expresiones más emblematicas, en su flanco litúrgico. Y fue en las ceremonias a las que asistí y participé del seminario de Ecône y en otros lugares de culto en capillas, abadías, catedrales incluso y prioratos y monasterios que cundieron como hongos -y al margen de la discplina canónica y de la jerarquía-, como por generacion espontánea, a lo largo y a lo ancho de la geografía francesa por aquellos años. repletos de chicos y chicas jóvenes, entusiastas y fervorososo (y trágicamente indefensos como yo lo estaba y también lo era) (....). En España -mediados de los setenta (....)- estaban "en otra cosa", soplaban otros vientos. De lo que hay que levantar acta no más aquí, sin tapujos ni complejos. 

Porque eso -aunque solo fuera- explica en gran parte lo que fue de mi después, como si lo francés me sirviera desde entonces de espejo (en alma y cuerpo) Diferencia en la vocacion (sic) de cada uno esos dos pueblos? Es posible, no zanjo ni dirimo al respecto. Y me parece en cambio más facil y asequible el buscar la raiz o clave de explicación de ese fenomeno o elemento "diferencial" en la historia (sic) de esos dos pueblos, en el pasado más o menos reciente de uno y otro, del pasado siglo, y del anterior, y en relación estrecha con dos de sus principales acontecimientos en uno y otro, y me refiero a la guerra civil española y al régimen de Franco que le sucedió, por un lado, y a la Revolución Francesa y a su (innegable) persecución religiosa por otro. Y fue que en un caso lo ceremonial se vio revestido -o "monopolizado"- de un signo político ("totalitario") y en el otro, por aquello de "si el grano no muere" (del Evangelio), tuvo que morir el antiguo esplendor para que pudiese resurgir de nuevo. 

Y así, las escenificaciones grandiosas "marca Dionisio Ridruejo" ("el Goebbels español", de antes del "desencanto") valen de ejemplo de lo primero. Y de lo segundo, el renacimiento litúrgico francés  al que ya aludí en el terreno litúrgico primero y en ese otro, de lo monumental o arquitectónico. Con nombres como el de Solesmes -foco principal del resurgir en tiempos modernos del canto gregoriano- , y su padre (re) fundador, Dom Prosper Gueranger, tan recordado y venerado en Ecône. O en el estilo neo/gótico que encarnó el arquitecto Viollet-le-Duc, el restaurador de Notre-Dame de Paris y de otros conjuntos momumentales de signo medieval esparcidos por la geografia francesa, como la Ciudadela de Carcasonne. 

Lo que explica en parte a la vez ese otro fenmóeno que dejó perplejos a algunos jóvenes españoles que vinieron a consultármelo a mí, y fue el por qué no se produjo en España como en Francia una reacción al Concilio Vaticano Segundo. Muy simple: porque España fue el país del mundo donde los católicos se encapricharon y entusiasmaron con el Concilio como en ningún otro sitio. Como si fuera destinado o dedicado -en tiro por elevación- a ellos más que a ningun otro pueblo? Más que una mera hipótesis, y ya me tengo aqui esplayado largo al respecto. Lo que con otra (auténtica) tradicion litúrgica, de otro cuño, verosímilmente no hubiera sucedido.  

Y así se me antoja dar una respuesta más cumplida a aquella cuestión sin respuesta que tanto habrá gravitado sobre nuestro destino. Del destino de todos y no sólo el mío. Y la respuesta que ofrece ahora el papa Francisco pasa (otra vez) por el camino de la prohibición y la persecución, léase del en-cis-ma-mien-to. Mal camino. A falta de otro?  Me lo pregunto. Gajes del Concilio (el de la discordia)


 

Conjunto monumental de signo medieval de la Ciudadela (Cité en francés) de Carcassonne, restaurado por el arquitecto Viollet-le-Duc en el marco del auge del estilo neogótico el siglo antepasado, en Francia, Alemania y otros países europeos. Solo comparable en Europa -de justicia el mencionarlo- a la catedral (alemana) de Colonia


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