miércoles, junio 29, 2022

NO, JOSÉ MARI, NO Y NO!

 

Trío de las Azores (15 de marzo del 2003) en plena invasion del Irak. Aznar se equivocaba (igual que ahora), y yo que le defendi (en Bélgica) contra viento y marea, igual que él. Los pueblos que no aprenden de la Historia -y de sus propios errores- estan condenados a repetirla. Un Once de Marzo -con el plus de la amenaza nuclear- lo que se está guisando -y cociendo- en la Cumbre de la vergüenza en Madrid? No a la guerra (nuclear) de los Sabios y de Bernard-Henri Lévy! Paz por territorios y una presunción de inocencia -ante el tribunal de la opinión pública- para Vladimir Putín!

 (NO José Mari, no y no! Con la misma franqueza y amstad que te lo habría dicho hace ya tanto cuando nos conocimos y fuimos buenos amigos -y ca-ma-ra-das- en nuestros tiempos de Universidad)

Y rompo así el tabu tan espeso que rodea a la cuestion tan crucial -la del fascismo o del nazismo (o nazi/fascismo- como lo deja sentado -y sellado y bien sellado- a cuento de la guerra en Ucrania, Bernard-Henri  Lévy, y es (dice) porque una etiqueta o suposicion así se merece (sin falta y sin falla) la condena (sic) moral y mediatica (sic) de la comunidad ointernacional. Punto. Y sabe de lo que habla (ay de mí!) Que nunca se me fueron de la mente lass declaraciones un tanto pomposas -en grandes titulares en la prensa francesa- del ex-jefe de gobierno español  en el despegue de la fulgurante trayectoria que le llevaría al puesto de jefe del gobierno mis primeros años de estancia aquí. "Ni yo ni mi familia tenemos (o arrastramos) un pasado fascista" Y yo leía aquello no sin cierta dosis de rubor, el mismo que me embarga (confiteor) recordándolo hoy. Con razón o sin ella? A fe mía que no lo sé. No es óbice que es algo que urge el elucidar, por lo que tiene de crucial o capital (sic) parafraseando al filósofo francés (o judío/francés) Fascista yo, fascista (entonces) mi amigo -y camarada- José Mari (léase José Maria Aznar)? Falagistas joseantonianos (sic) -de un grupo (el FES) disuelto -exactamente auto/disuelto- en la Transición, obligado el precisar. No importa. Y es que leyendo y releyendo todo lo escrito en la prensa española y extranjera (y francesa sobre todo), a profusión y a cuento del nazismo o el fascismo de los del batallon Azov, retengo sobre todo el titular del largo artículo -a modo de pliego de descargo de aquellos- en la prensa belga francófona sobre el particular. "El sueño nazi", así es como rezaba el titular. 

No fuimos fascistas -y menos nazis aún- sino propiamente hablando filo/fascistas, léase con un sueño (sic) -o señuelo- fascista -o filo/fascista- a rastras asumido o sin asumir (entre los unos y los otros) remontándose a la guerra civil española -y a la Segunda Republica (puestos a apurar)- y en suma a la Segunda Guerra Mundial (....) Lo que gravita en la historia del movimiento falangista en sus orígenes -y quedaría consignado en las Obras Completas, se piense lo que se quiera sobre la cuestión (menor) aún por elucidar de si la Falange fue o no fue (sic) un movimiento fascista. Como si lo fuera, por la distancia -de geometría variable que en francés le dicen- que va entre el mundo de quimeras, de sueños e ideales, al de la realidad. El mismo rubor -y vergüeza ajena- que me embarga hoy ante las declaraciones o toma de posición del ex-jefe del gobierno desde su tribuna de la FAES, arremetiendo contra Vadimir Pitin y su operación militar especial. Revisionista (sic) el mandatario soviético? 

Precisamente él, el unico que en esta transcendental crisis va con la Historia (en mayúsculas) de su parte, frente al revisionismo (sic) de otros buscando (ellos) el re-escribir la historia, léase corrigiendo las fronteras -o líneas y zonas de influencia (lo mismo me da que me da lo mismo)- de antes incluso de la guerra fría y de la Segunda Guerra Mundial. Franco ganó la guerra (sic) y la Unión Soviética ganó la Segunda Guerra Mundial, léase la ganaron los aliados gracias a ella, y al rol (de rimera magnitud) del Ejercito Rojo. La pura verdad. Que la Historia es la que es y ahí está, ahí está ("viendo pasar el tiempo", como la Puerta de Alcalá) 

Envidia (política o funcional) o frustración secreta -en el terreno de lo inconsciente y subliminal obligado el precisar- en el antiguo jefe de gobieno español como en muchos de sus colegas (de la vigente clase o casta política) ante el protagonismo de Vladimir Putin en la esfera internacional? Como el que me embargaba a mí ante la intervención y el brillo y el destello (francés) de Dominique de Villepin diciendo No -frente a José Maria Aznar- con ocasion de la guerra del Irak. 

Y era del desclasamiento -en francés "déclassement"- léase nuestra pérdida de categoría internacional que cada gran crisis internacional -como la de Ucrania, como la del Irak- pone clamorosamente en evidencia. De resultas -para qué taparnos los ojos?- de nuestra exclusion -pactada?- del club cerrado de potencias dotadas del arma nuclear. Desafio primero, prioridad de las prioridades y objetivo número uno, que tras la crisis de la guerra en Ucrania, se abre ante nuestra política internacional 

 

 


Me escoció (y mucho!) la leccion de moral -en francés- en la Asamblea General de la ONU de Dominique Villepin, cuando la guerra del Irak (14 de febrero 2013) Y es porque aquel destello y aquel brillo de "langue et civilisation française" ponía al destape algo a lo que yo (ciegamente) me negaba, porque no podía ni quería ver. Y era el desclasamiento -en francés "déclassement"- léase pérdida (irremediable) de categoría internacional de España, de nuestra imagen internacional y de nuestra diplomacia, mudos, consintientes ante ello los españoles, y a lo que los franceses en cambio decian resueltos No y No!, como lo dijo el general De Gaulle. Utópico siquiera el recoger el guante del desafío aquél? Más tal vez que la promesa -de re-ar-me nu-cle-ar- de la que se veria (verosímilmente) preñada nuestra nueva alianza a favor de Rusia y de Vladimir Putin. Menos categoría, menos peso e influencia que la de Bielorrusia, la de España en el concierto de las naciones? Más amigos los más lejanos, nuevo principio de las relaciones internacionales en el mundo -de amigos y enemigos- que despunta tras la crisis de la guerra en Ucrania. Prenda de amistad (sincera) ruso/española la que están esperando allí

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