jueves, noviembre 04, 2021

IGLESIA-ESTADO EN CHINA

 

El papa Francisco con los obispos de la Iglesia Patriótica china tras la firma del acuerdo (22 de septiembre 2018) que reconoce -entre otros puntos de acuerdo- los nombramientos de obispos sin permiso del Vaticano (y del papa de Roma) Y tras esa foto, por detrás y por delante de ella, dos convidados (incómodos) de piedra, Monseñor Lefebvre excomulgado por ese mismo motivo y al cabo de un largo (y desgarrador) proceso de persecución (canónica) , y su "excomulgador", el Papa Juaan Pablo II, (San) Karol Wojtyla del que sale ahora (de nuevo) a relucir su perfil de criatura del entonces secretario del PC Ladislao Gomulka, en Polonia y de creador de una iglesia polaca paralela de obispos nombrados sin autorización del Vaticano, -en un caso análogo a los de la Iglesia Patriotica china-, que regularizaría no obstante el protocolo (discreto, estrictamente desconocido en España por ejemplo) del 14 de abril 1950, entre la Iglesia polaca y el régimen comunista, que denuncié cuando me detuvieron en Fatima (p.88 del documento en el referido enlace) Nobleza obliga

Obispo patriotico, Silu Zhan (o Zhan Silu) de la Iglesia patriotica china, beneficiario de los acuerdos China-Vaticano a costa del obispo clandestino fiel a Roma. Y tras esta foto, otro convidado de piedra, el obispo de la FSSPX, Richard Williamson, excomulgado por la Santa/Sede, y expulso de la Argentina

Basílica mariana de She Shan, en China, sede de la Igesia patriótica. Un simbolo del tradicionalismo de aquella de la que es notorio su rechazo al Concilio Vaticano II (en nombre de la Tradicion y de la Fe y de los dogmas y de la Misa y de la liturgia "de siempre" (...) Como en Monseñor Lefebvre, pero sin penas canónicas. Dos pesos y dos medidas. Arcanos y enigmas de la política religiosa

(Continúa)

No creo en las meygas pero hay las. Y a fe mía que parece mas que embrujado el asunto subyacente a la entrada que aquí estoy intentando cerrar, y es ese protcolo (discreto) con fecha (notese bien) del 14 de abril -oh magia de las fechas, y de esta mucho más si cabe entre españoles, la verdad- de 1950 entre la Iglesia catoica y el Estado (comunista) en Polonia, rodeado de mil tabúes a lo que parece, en España en particular. En visperas de mi gesto de Fatima y a mi paso por la Ciudad Eterna, consulté en la sede del Ossevatore Romano l nuúmero que le iba dedicado, y que alli conseguí encontrar. Y no mas. Como si no hubiera existido para los catolicoqs españoles, y mas aun para un lector precoz de periodismo religioso -y de politica religiosa- como el autor de estas lineas. (continua)

(.../....) (continuación) 

Pero me harian falta aún bastantes años más para alcanzar una cabal comprension -en el texto en sí y en el plano de su alcance, de sus efectos- y me haría fata además darles del todo la espalda y emanciparme por entero de la tutela mental, intelectual o espiritual -o como llamársele quiera- que fue la que consciente  o inconscientemente ejerció sobre mí la imagen (radiante, entonces) de la TFP y el magisterio de su lider y fundador, Plinio Correa de Olivira, "el profesor Plinio". Porque la TFP en el ataque -ampuloso y rinbombante- que reservó al protocolo Iglesia-Estado (comunista) en Polonia del que ya me ocupé aquí, centraba sus criticas y restringía sus ataques al plano doctrinal -o como lo expresa, con eufemismo, un texto (con nihil obstat) sobre la historia Iglesia-Estado en la Europa de la posguerra- al de la "enseñanza", léase el tema (fatidico) omnipresente en la propaganda fide marca "TFP"- del derecho a la propiedad privada-, y no en la -óptica -que habra sido en cambio la mía- de la política, léase de la politica religiosa. Bajo el prisma de la politica internacional o extranjera, y el del poder temporal de la Iglesia/institución,  que en la época contemoránea se veria reducido y restringido (estrictamente) a la vez al ámbito del derecho canónico.  

Defensa y salvaguardia (total) de la línea de fronteras germano polacas (Oder/Neisse), resultante del desenlace de la II Guerra Mundial y que era algo que en el momento de la firma del protocolo se veía seriamente puesto en entredicho por posturas revisionistas (sic) -en la terminología en uso del régimen de entonces-, de las que no es difícil conjeturar el encontrarse perfectamente laocalizables en sectores católicos de la poblacion, y que como tales, el regimen polaco al objeto de conjurarlas con la mayor eficacia, viese necesario la intervencion de la jerarquía eclesiástica . Pero el segundo plano o mirilla de observacion que aquí entiendo deber enfocar, sea quizás mas interesante e ilustrativo, y lo es la tematica o problematica siepre cadente -hoy como ayer- del nombramiento de obispos en paises bajo regimenes comunistas (ayer en Polonia hoy en China) 

Y ahi aparece en foco, en el primer plano de la atencion, la figura de Karol Wojtyla, futuro papa Juan Pablo II, del que siempre denunciamos en su carrera vertiginosa, la proteccion -al punto de verse convertido en criatura (politica) suya- del longevo secretario del PC polaco Ladislas Gomulka. Del que se puede decir que sin el abordaje (sui generis) que fue el suyo para con el catolicimo polaco y su jerarquía, seria impensable la aureola de renovador (del comunismo) de la que disfrutó en la opinión pública occidental gracias sobre todo al tratamiento de favor del que disfrutó en los medios (...) 

Pero la timidez (escrupulosa) de nuestro vistazo hacía que (inconscientemente) limitásemos esa protección estatal de la carrera fugurante del futuro papa polaco al visto bueno y aprobacion (implicita) de la jerarquia eclesiastica en sus mas altos niveles, léase la Curia vaticana (y la autorisdad pontificia) Y el detalle todo menos trivial de que el escollo supemo e insalvable que impidi óla reconciliacion (canónica) de Monseñor Lefebvre y sus seguidores -en los años del pontificado Wojtyla-lo fuera precisamnete la tematica y problematica del nombramiento -y consagración- de obispos, nos puso en la pista que ahora aquí resueltmente abordamos. Sin escrùpulos de ninguna clase.

Léase, que la temática o problemática subyacente al célebre Protocolo lo fuera -más aún incluso que el tema espinoso de la fronteras germano polacas- el del nombramiento de obispos "a dedo" -del régimen- , a saber, sin el consentimiento vaticano/pontificio (como el de los obispos de la Iglesia Patriótica china) Y como colofon o ultima consecuencia de lo que acabo de exponer, valga el que ello viniera a ser el contexto o telon de fondo insoslyable de la vertiginosa carrera eclesiastica -y político religiosa- del futuro papa Wojtyla, y el paso obligado y punto de partida a la vez-no dificil de imaginar- de su brillante trayectoria, y del principal avatar de la misma a saber su nombramiento de muy joven de obispo -y un poco más tarde cardenal arzobispo- de Cracovia, a dedo de la instancias politicas del regimen en vigor entonces (en la época de Gomulka)  

Con el consentimiento (implicito al menos) del cardenal Wiszzinski, su protector eclesiastico, y en su calidad de primado de Polonia. Y sin autorización (nota bene) del Vaticano. Y es que una coartada tan  poderosa explica por sí sola el que el papa polaco -ya a años de aquello- se decidiese a vencer y superar las montañas de dudas y advertencias y puestas en guardia que cabe facilmente suponer y se decidiese a cruzar el Rubicon a saber, el de oficializar un cisma en un contencioso -el de la rebelión católico/tradicionalista- de una carga ideológica tan llamativa -derechas contra izquierdas dentro de la Iglesia- a riesgo con ello de comprometer sin remedio la imagen de aquél pacientemente labrada en los medios (hasta hoy, y sólo a partir de mi gesto de Fatima, lo que es facil de demostrar). La de "un papa anti-comunista" (...)

"Verdad mas allá de los Pirineos mentira del lado de allá", decía Pascal. Lo que se puede extrapolar al mundo eslavo en la mirada de un occidental. Y los polacos -católicos o ateos- conscientes de ese fenómeno de espejismo (o de "fata morgana") se habrán mostrado al filo o en la sucesion de las crisis más graves en la historia contemporanea de la Europa occidental, expertos y maestros inigualados  en materia de espejismos ideológicos y en el arte de saberlos explotar. Ocurre que a todos no nos las dan ( y mi excusa por la expresión tan gráfica y tan elocuente pero tan vulgar) Acusacion grave por no decir suprema, sin pruebas ostensibles con que se la pueda apoyar, es verdad 

Y dónde se deja usted la presunción, de incencia? se vera aquí más de uno tentado sin duda de replicar: La acusacion/suprema estaba ya lanzada y corría imparable cuando mi gesto de Fátima en el seno de la Iglesia/universal. Y fue la que formuló en su celebre "Liber Accusationis" el Abbé de Nantes que en este blog repetidamente evoqué, y era lo que gravitaba abiertamente en las mentes y conciencias de profesores y seminaristas  -sin osar abiertamente ninguno de ellos a abrazarla o suscribirla ni a rechazarla o condenarla sin más-, de mis años del seminario de Econe. Una obra de la cual el referido eclesiastico francés se mantuvo (relativamente) distante y a la que le unía no obstante una memoria historica común. A saber  la de la Colaboración, profesada abiertamente por el Abbé de Nantes y que en Monseñor Lefebvre en cambio se situaba a un nivel, no de la tesis sino de la hipótesis (sic), una distinción que los españoles les resultara mucho mas familiar.

La carga  de la prueba de lo que aqui afirmo no recae sobre mí pues.  No llegará (ella), pero si llegara, me comprometo publicamente desde este blog a cesar en la revindicación de mi gesto de Fatima. Lo que algunos no consiguen (a todas luces) perdonar. Lo lograrán? Vivir para ver fantasmas míos! (...)

El Abbé de Nantes con su "Liber Accusationis" debajo del brazo. En el que acusaba al papa Pablo VI de "cisma, herejía y escándalo". Y que un poco después -el 13 de mayo 1983- dirigiría contra Juan Pablo II: un poco más tarde pues, transcurrido un año -día por día- de mi gesto de Fatima (en la noche del 12 al 13 de mayo de 1982), que me consta -por testigos presenciales- que él, que me conocía, se negó a condenar o descalificar. Y esa acusación/suprema -y su montaña de pruebas- gravitaba (semi/inconscientemente) en mi gesto de Fatima, y en la memoria de la Colaboración que el Abbé de Nantes enteramente asumió. Y que asumí y asumo también yo tras sus huellas sin duda y sin darme (hasta hoy) de ello cuenta (del todo) IN MEMORIAM.

 

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