Bella ciao. En la foto, partisanos comunistas en Venecia en 1945, al final de la Segunda Guerra Mundial. En plena guerra civil. Matteo Salvini en la trampas de su propia historia. Asi se podría glosar el incidente en el que se vio envuelto el líder de la Liga (Norte) y nuevo y flamante vicepresidente de Italia en la actualidad, victima de un escrache como lo llama, sin complejos, la prensa belga, cuando los viajeros que le acompañaban en un autobús en tránsito por las pistas de aeropuerto de Roma se pusieron a cantarle Bella Ciao, el himno de la Resistencia, que un film guerra civilista español se habra encargado de reexhumar o desenterrar, entre los propios italianos (¡ay dolor!). En su origen, una canción yidis y gitana a la vez, lo que sólo aprendemos (sin sorpresas) en el día de hoy. Berlusconi, aliado de Salvini, y su rival-, le dio no obstante el ejemplo a seguir en situaciones o trances de ese tenor, por ser el primer político –y jefe de gobierno- de su país, que se decidió –resueltamente y a su estilo, sin complejos- a integrar en la política italiana a los vencidos del 45. De la segunda guerra mundial, y de la guerra civil (italiana y europea)
Bella ciao, bella ciao, ciao, ciao, una y otra y otra vez en aquellos pasillos y grandes recibidores de la facultad de Económicas –de la Complutense (principios de los setenta)-, como un suplicio de Tántalo –así es como yo lo viví- o como un tortura o un martirio (chino) de la gota de agua. Y es porque se revelaba entonces lo que sin duda en su origen fue, no un himno al amor como lo siguen creyendo algunos ingenuos –tan fanáticos como ingenuos - sino un canto para la guerra civil, primero en Italia, y como no cabía menos de esperar, en España también. Para la guerra civil larvada que en aquellos campus y facultades se incubaba y que al final no estalló de un tris. Estaba yo ya aquí en Bélgica -huyendo o más exactamente distanciándome (para poder respirar, sin más) de todo aquello en el fondo, si me pongo a pensar- cuando me sorprendió un comentario en la prensa (de papel) belga, anonimo y en cuanto tal, más espontáneo y sincero, de un italiano o de una italiana –emigrante aquí o descendiente de aquellos que aquí vinieron, de izquierdas y tributarios de una memoria antifascista muchos (aunque no todos ellos)- que venia a decir de aquella canción/fetiche, que la había oído tanto y tan menudo –cantada en casa por los suyos- que no la podía ya ni soportar, y es que la veía rodeada de aciagos y funestos presagios. Y sus razones tendría para expresarse así
Mutatis mutandis, lo mío también fue una cosa así, como una saturación, de unos aires, de una canción, que nunca me entraron, y fue en el fondo porque aquella música nunca me gustó. Y es ahora -¡juro que solo ahora!- que leo de los orígenes yidis –judíos asquenazíes- de aquella canción/obsesión. Y viene a cuento del incidente que habrá “encendido” –como no podía menos- las redes sociales (tan combustibles), en el que se habrá visto envuelto -a su pesar- el líder de la Liga (Norte), antiinmigración, Matteo Salvini, gran triunfador de las últimas elecciones italianas quien fue blanco de un escrache (sic) –curiosamente la prensa belga lo llamaba (muy acertadamente) así- cuado viajaba en autobús transitando por el aeropuerto de Roma, y algunos de los que con él viajaban se pusieron a cantarle esa canción, que le pilló a todas luces por sorpresa y sin saber como reaccionar, y se me antoja de pronto cargada de malos presagios esa inhibición, aunque tal vez que lo contrario hubiese sido demasiado pedir, como lo es, a Rajoy o al PP –comparaciones odiosas-, el pedirles más claridad y menos complejos en cuestiones de memoria histórica y demás. Lo que, sin embargo, me habrá movido a darle a la tecla en este asunto que no deja de albergar una noticia (en apariencia) de lo más banal no es eso, sino el protagonismo y el contexto “españoles” del suceso, y a continuación me explico.
Y es que la cancioncita (dichosa) habrá salido del olvido en el que se veía (felizmente) sumida en lo últimos tiempos en su tierra de origen gracias o por culpa más bien de un film español (¡ay dolor!) –“La casa de Papel”- del que no se sabe bien si fue lo uno o lo otro, la causa, o (él mismo), el efecto de aquella canción y por ella -al cabo de una ristra interminable de fracasos y de muertos (cinematográficos) de varios díase en la historia o crónica internacional del cine contemporáneo español-, y me refiero a su éxito arrollador por cima de los Pirineos. ¿Guerra civilismo, fatalidad español hasta el punto que a algunos les lleva a ver en ello una segunda natura, (“cainita) del ser español, y hasta el punto que se diría que no se contentan (muchos) con vivir todavía una guerra civil (del 36) ochenta (y tantos) años después de haber aquella comenzado, sino que gustan de aventar (resucitándolos) vientos de guerra civil en otros países (hermanos)? La verdad que no lo sé (…)
Una obrita (en la foto) de la Editorial Acervo –toda una referencia- que llenaba ciertos escaparates en mis años de universidad, en Madrid, que aunque nunca le hinqué el diente retuve hasta hoy su título –cargado de mensaje- lo mismo que su autor. Una tentativa en resumidas cuentas, tan trágica como heroica de echarse a las espaldas la derrota de los suyos, que al autor de ese libro de denuncia le sirvió a todas luces de lección: y era de un engranaje o espiral de atentados terroristas y de represalias de la tropas alemanas- y de matanza de inocentes-, comparable a la que la Resistencia (comunista) desencadenó en Francia y que habrá sido (análogamente) analizado por Dominique Venner aunque mucho después. Asesinato de los “federales” (gobernadores civiles del régimen fascista) de Ferrara, Milán, Bolonia y Forli, grandes capitales (mucho mayores y de mucha mayor importancia que Saló) enclavadas dentro de la Republica Social Italiana (RSI) en el norte de la panínsula, que Mussolini proclamó –según reza la leyenda- en lo alto de un carro de combate de las tropas alemanas. Atentado dela via Rasella (Roma) que trajo como consecuencia –en represalia- la matanza de las Fosas Ardeatinas, a la que dediqué un artículo ya antiguo de mi blog. “Sangre llama a sangre" (terror rojo, matanza de inocentes, y ritos mafiosos de la venganza) (como el asesinato de los ocho hermanos Govoni) : ley de bronce de la historia y lógica y mecánica o engranaje de guerra civil que ciertos españoles -¿una segunda natura, más fuerte que ellos?- aficionan resucitar, en casa o en el extranjero. ¡Ay dolor!(....)
Consciente no obstante de la fatalidad histórica que planea o gravita sobre este asunto, sobre este tema, me decido de inmediato a recoger el guante del desafío que me plantean esta noticia y su glosa o comentario también. El fascismo, su historia me refiero, ofrece varias ópticas o puntos de vista o facetas –o “lecturas”-, una de ellas lo es la de su expansión imperial, otra, la de la guerra civil. En sus albores o fase de incubación, como en la fase final de sus estertores de agonía, en el periodo de la Republica Social italiana (RSI), más conocida como la Republica (social) de Saló. Y es ahí donde se sitúa o se enmarca el éxito y la popularidad –beligerante, partidista o “partisana”- de esta canción. La canción (judía y gitana, yidís) del antifascismo y de la resistencia, “frente al invasor”, como si Italia, la península italiana, no fuera, o no hubiera sido a través de la historia –desde las guerras médicas, a las guerras de religión, pasando por el Renacimiento y el Imperio español- teatro o escenario natural o cabeza de puente en guerras de agresión y tentativas de invasión. La canción que se oyó sobre todo en la Italia del Norte, azotada –en la última fase de la segunda guerra mundial- por el siniestro flagelo de la guerra civil. Me habrá costado lo indecible –lo confieso- el vencer reticencias antes de darle a la tecla en este tema de forma que puede ser interpretado –por algunos interesados- como el meterme donde no me llaman o en un entierro para el que no me dieron vela, tomando partido en suma o en resumidas cuentas en una guerra que no es la mía como les ocurre a tantos extranjeros (¡ay dolor!) con nuestra guerra civil del 36.
Las dudas se me disiparon rápido y la vacilación me duró poco también, y es que no en vano llevo treinta año ya aquí que me han hecho modificar (un poco) mi forma de pensar. Aunque sólo haciéndola más europea –y no menos española-, como era de esperar. Y es esa visión europea la que me lleva a abordar -y a meter baza- en el tema (italiano) de su guerra civil, que no fue en definitiva -como lo fue la Segunda Guerra Mundial como lo fue nuestra guerra civil- más que episodios o capítulos de “la guerra civil europea”, como la llamaron Ernst Nolte que fue mi amigo, y Stanley Payne, (detrás de él) Y en memoria también de mis antiguos compañeros –y “camaradas”- italianos del seminario de Ecône, situados todos -sin excepción (soy formal en lo que afirmo)- de uno de los lados de la línea de trincheras que dividió en Italia (y lo seguía haciendo, hasta hoy) –en Italia como en Bélgica- a los “blancos” de los “negros” (”neri”) durante el fascismo y la guerra civil (European Civil War)
aunque no sea tema relacionado con este post, aprovecho para informarte de que EL PAIS hoy domingo dedica CUATRO PÁGINAS (desde la 1º a la 4) a una campaña contra el "régimen" de SIRIA, al que acusa de CRIMENES DE GUERRA. : "Juristas sirios y europeos reunen pruebas en Alemania sobre los crímenes de guerra". Quieren implicar a Alemania en un contencioso contra SIRIA..., lo cual supone un peligro estratégico para Alemania, ya que SIRIA tiene el apoyo de Rusia, China e IRAN...
ResponderEliminarQuieren llevar a la horca a Bashar El Asad, como hicieron con Milosevic
Hay un libro "El rompehielos", del general ruso Victor Suborov, pseudonimo de Vladimir R..., que revela q Stalin tenia previsto un ataque contra el Reich en julio de 1941. Y que Hitler se vió obligado a hacer una guerra preventiva contra Stalin... Muy interesante libro. Planeta, 26 euros.
Si ahora los del Gobierno mundial consiguen posicionar a Alemania contra Siria, eso supondría que Europa, automáticamente se posicionaria contra los aliados de Siria: Rusia, China e Iran... ¿Estariamos ante una maquiavélica trampa para volver a destruir Europa?
Estoy de acuerdo con tu análisis, Julo. Decía Umbral que "estamos vivos de milagro", que la salud es "un equilibrio delicado de deflagaraciones", y (mutatis mutandis) podemos decir también que las deflagraciones atraviesan y rodean, sin tocarla -como a la santísima/virgen, sin romperla ni mancharla-, la paz...y el orden/mundial (del 45). Muy pertinente y actual también la comparacion entre Assad y Milosevic. Con una diferencia no obstante de talla, el serbio...y Saddam, el irakí, perdieron la guerra, Assad ganó la suya en cambio y eso no se lo puede negar nadie, por más que se resistan (desesperadamente) a reconocerlo en la prensa global, y en los más influyentes (como el País) de sus medios. Merkel, ¡qué flagelo! ¡como un castigo de Dios! Ella es la gran amenaza para la paz mundial como lo prueba e ilustra el caso que tú comentas. Felizmente, están surgiendo fuerzas y líderes en Alemania -Gauland por ejemplo, de la AFDP- que le tienen sus días contados. Sieg Heil! (¡Victoria!) y ¡Arriba los pueblos y las naciones de Europa!
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