Una flor de cansancio azul
un poema amor sólo para ti
De ese cansancio oscuro y sutil
que no vemos (¡pobres!) ni palpamos
Y tan sólo sentimos ¡tan lejos aún de Abril!
Flor de cansancio y desengaño
De crisantemo azul, de insomnio azul/añil
Y una llama (azul) ardiente
De alma de artista (de poeta)
La que te ofrezco yo a ti
Llama de amor, fe y esperanza,
De esa fe que no puede morir
Porque si muere o se apaga
¿Acaso puede el mundo sobrevivir?
Y lo que pasa es que no la vemos
Que no sabemos do se incuba, feliz
En fase de combustión callada en secreto
Hasta que se echa a arder muy cerca ¡Allí!
Llama del amor ardiente
Que me conforta por dentro
Que me ayuda (¡Dios¡) a sobrevivir
En estos fríos desiertos (de Europa)
(Donde la vida parece presta a morir)
Y que se enciende rápido
Con una mirada, una sonrisa, una voz
Cálida, tierna, amiga, ¡qué sorpresa!
Y que me hace olvidar tanto dolor
Milagro lo que pueden ¡milagro!
¡Las dulces miradas del Amor¡
Capaces de resucitar muertos
De sanar del desasosiego atroz
Que me anega –como un mar/sin/luna-
Cuando llega la Noche o no se va (¡peor¡)
Como un run run de bombarderos
Que amenazan muerte y destrucción
Y cuando todo se hunde y enmudece
Y todo muere en torno a mí
me pongo a rezarte de rodillas a ti, ¡sí!
Que cedas y tengas piedad de mí
Que intercedas, tú -que sí que puedes¡-
Por este pobre (y gentil) poeta
ora un héroe, ora un pobre infeliz
(¡que no se fía más que a ti!)
Yo y mis caminos, princesa
Por donde mi vida divaga
viendo (o forjándose) el Tiempo
entre vagabunda y sonámbula
y mirándome sin parar
en los espejos del alma
que me devuelven (¡ay madre!)
en ida y vuelta, sin falta,
un imagen/sepia (o estampa)
¿pero acaso soy ese yo,
esa sombra añeja, desfigurada?
No, es solo la vida (y sus fantasmas)
¡Lo que hiciste tú de mí!
una sombra, eso sólo y más nada,
de lo que fui a penas ayer
¿te acuerdas de mí, monada?
Luz y sombra, eso somos, eso soy,
que van siempre así acompañadas
y así la luz luce más aún
y la sombra así más engaña
Y por eso me enganchaste a mí
De esa parte de luz y de sombra
que hay en ti, que hay en mí
como de la misma estirpe (o raza)
¡Tchiss! Que el amor te ofusca, muchacho,
De él te nacen ideas raras
No, del amor, no, lo contrario,
del desamor y la desesperanza
Porque esa es la pura verdad,
Lo que sentí yo justo al verte
En lo más hondo del alma
Como un fogonazo (o clarinada)
O un reflejo. el de dos alma gemelas
O, mucho más que uno y otra se pensaban
de aquellos dos cuerpos que son (o simulan)
ser media y media naranja
O un destello (el de un cruce)
el de dos gotas de agua,
O un fulgor (sí, va a ser eso)
¡El de Europa sobre España!
No hay comentarios:
Publicar un comentario