GENERAL SANJURJO ¡PRESENTE!

Los militares de antes parecía que llevaban el uniforme por debajo de la ropa de paisano. En la foto, Sanjurjo durante la República (de director general de Carabineros), antes del 10 de agosto. Fue un héroe de la guerra de Marruecos, y salvó su honor sublevándose contra una República a la que equivocadamente había ayudado a triunfar. Y el que la institución castrense a la que perteneció le acoja ahora en su seno después que le fuera negada la custodia eclesiástica a sus restos, es todo un símbolo no me digan. Que tomen nota todos los meapilas que siguen vigilando el santo/sepulcro del ejército español (para que no resurja) Y es un signo esperanzador cargado de promesas de futuro al mismo tiempo. Digan lo que digan el diario el País y los hijos de falangistas que lo llevan (¿hsta cuándo?)

El general Sanjurjo no habrá conseguido descansar post mortem en suelo de la Peninsula. Un hecho todo menos anodino y cargado de significado y me temo también que de negros augurios. El marqués del Rif, héroe de la guerra de Marruecos, protagonista del 10 de agosto (de 1932) en Sevilla y llamado a liderar el Alzamiento del 18 de julio de 1936 -antes del accidente fatal que le costó la vida- se vio defenestrado el pasado mes de noviembre del mausoleo de Pamplona donde descansaban sus restos -con la anuencia cómplice (no se olvide) de la iglesia local (y sin duda también, de la Nunciatura y del Vaticano, y del papa de Roma)- y sólo ahora sus restos habrán encontrado sepultura en el pabellón de héroes regulares del Cementerio de Melilla. Paz eterna a los soldados, ese era el lema de grupos que surgieron -como hongos- en la Rusia post-soviética tras la caída del Muro que se dedicaban a exhumar -y a entregar a sus familiares- los restos de los caídos de la Segunda Guerra Mundial en suelo ruso por los dos bandos.

 Y es la que se merecen los restos del general laureado, que a falta de poder verse enterrado en su tierra natal, lo habrá sido en la tierra que defendieron heroicamente y al precio de tantos sacrificios las tropa a sus órdenes. Y es que Melilla es inseparable de la memoria del Leon del Rif, donde se vio nombrado comandante en jefe de las tropas españolas en la resaca del desastre de Annual, tras haberse visto ascendido a general de división por méritos de guerra en las operaciones de reconquista de territorio en los meses y semanas que inmediatamente siguieron al desastre. Y quien dice Melilla y Annual dice desembarco de Alhucemas que corrió a su mando, a las ordenes de Primo de Rivera.

¿Les dice algo todo eso a las generaciones más jóvenes? ¿Es pensable o imaginable siquiera el poder seguir reivindicando en el recuerdo al héroe de unas guerras coloniales que forman parte de un pasado enterrado y bien enterrado en la memoria colectiva (o lo parece) ? Sanjurjo y Melilla. Atalaya de España en el Norte de África. De España y de Europa entera. Como lo opne de rabiosa actualidad la crecida del fundamentalismo islámico y la guerra en Siria. Los franceses tuvieron que replegarse sobre esta ribera del Mediterráneo tras la guerra de Argelia, y ahora sufren las consecuencias en propia carne (y en propia casa)

España no obstante sigue allí presente. Como un vestigio de los siglos de Reconquista. Y eso se lo debemos los españoles y también el conjunto de los países europeos al esfuerzo en la guerra colonial de hace un siglo, de la memoria heroica de la cual emerge ahora Sanjurjo más héroe que ninguno. Se puede recordar sin duda mucho más de él, pero ese fase de su trayectoria se basta y sobra para inmortalizarle.

 Y si es un signo a fe mía inquietante esa campaña que se habrá ensañado con su memoria, que empezó el pasado mes de noviembre con su defenestración en Pamplona, es reconfortante y prometedor en cambio el que la institución castrense, le haya acogido en su seno. Como un soldado más, o con todos los honores. En las circunstancias actuales, poco importa. General Sanjurjo ¡Presente !