¡Cuesta de invierno dulce amor
como acosa el desaliento!
¡Primavera gentil ven, ven
que empiezo a ver todo negro!
Desde que dijiste “¡hasta aquí!
y pusiste fin a ese juego
tan sucio amor, tan enfermo
que me hizo rozar el suelo
¿O es todo una alucinación
de un tiempo irreal y feo
de una época mal parada
atrasada o a destiempo?
Que se me echó amor encima
sin comerlo ni beberlo
y que me hace ver mil monstruos
¡Santa Compaña de espectros!
Mientras tú amor te apareces
y te ausentas (¡ay!) de nuevo
y te haces tus planes y cálculos
y tejes y destejes...vientos
a cuento de mi amor por ti
de mis sueños y proyectos
los que tu amor te imaginas
o los que te ladran los perros
que te rodean y atosigan
cuando me ven pasar lejos
sin que yo amor me aperciba
de sus fiebres, de sus celos
de toda esa red que montaron
a base de infundios y miedos
tratando de demolerme
en tu mente amor ¡Misterio!
de desespero y de amor
roto, de tu alma y tu cuerpo,
que me acomete de pronto
viendo pasar el Tiempo
como una rueca maléfica
en un paisaje desierto
o como una vista siniestra
en el Valle de los Muertos
y de golpe, lleno de sudor
me recobro amor, me despierto
rompiendo albores el día
¡todo era un maldito sueño!
Y te veo acercarte de prisa
riendo amor y corriendo
más deslumbrante que nunca
por los aires, por los cielos
Mientras el duende me sopla
"tiempo de dormir, Juan, créelo
que tienes la medida llena
de inquietudes y desvelos"
Y me eché a dormir otra vez
¡qué sueño plácido y sereno!
y cuando me desperté por fin
comprendí amor tu secreto
mientras Amor asomaba
de rostro y vestido nuevos
Te vas y vuelves a entrar,
¿por qué? ¿Acaso lo sabes tú,
mujer? Se me antoja que no,
¿o es porque me viste a mí,
porque decidí quedarme?
¡ni yo lo sabría decir!
Ni tú ni yo sabemos mi amor
por qué el destino se echa a reír
y nos echa un guiño a los dos
riéndose de mí, riéndose de ti
e invitándonos a bailar
a su ritmo amor ¡a qué sí!
En la taberna de noche
entre luces color de azul
en una ensalada de enaguas,
de rock y cerveza (cool, cool)
que todavía no sé amor
porque me quedé y no me fui
como una veleta que gira
y gira, loco de amor (”fou”),
el que te ofrezco de golpe
sin pensarlo amor, sin sentir
por esa planta y esos ojos,
sí, desconocida gentil,
que irrumpiste allí en lo oscuro
y pasaste rauda junto a mí
aquella tarde hace meses
y no sé por qué te seguí
Como si tuvieras imán
en ese cuerpo de bambú
que movía al andar el viento
o en tus ojos de luz de abril
en tus ojos ¿o en tus pies?
¡firmes 'ar'! Va ser eso sí,
mujer bella y bien plantada
...y altiva y celosa (a morir)
Me ha parecido bonito de verdad
ResponderEliminarGracias por tu comentario. ¡Me llegan tan pocos a mis poemas! Como un premio Adonais -¿qué digo? ¡mucho más!- lo que supone tu elogio para mí, y no exagero. Gracias de verdad ¡no sabes lo que me animas a continuar!
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