Alfonso XIII y Antonio Maura. Una figura -la del político/conservador- revestida de insospechada actualidad que pide una revisión urgente. Al que el monarca retiró su confianza tras la Semana Trágica (7-14 de enero de 1919) Una secuela (funesta) de la campaña internacional -con epicentro (nota bene) en Bélgica- por la condena y ejecución de Ferrer Guardia al que hasta hoy se rindió culto de martirologio en Bélgica (francófona) Y esa fue la tónica del reinado de Alfonso XIII, contentar a las izquierdas porque estaba seguro que a las derechas las tendría siempre de su lado, con las consecuencias que aquello traería. Y volvería a serla del reinado del padre del monarca reinante. ¿Se habrá aprendido Felipe VI las lecciones de la historia de España en el siglo XX (y de su dinastía)?A día de hoy es que no, acaba de declarar el principal líder de la oposición. "Si llego a la convicción de que es imposible mi investidura abriré un periodo de reflexión” habrá sido por su parte lo declarado -tras el encuentro cara a cara de ambos- por el jefe de gobierno en funciones. Se han visto, se han estrechado las manos y se han mirado a la cara o de soslayo, pero lo más significativo -¿o no?- es que hayan “aguantado” ante las cámaras el apretón de manos. ¿Fusible anti-guerra civilista -tras la tensión in crescendo de los últimos meses- ese encuentro y ese apretón sobre todo?
Pronto lo sabremos, aunque me cuesta el creerlo. Entretanto, barómetros de la opinión pública, influyentes de antiguo como el del director del Español o el de Libertad Digital no se atreven a hacer pronósticos a todas luces. El tiempo no obstante juega (se diría) a favor de Rajoy. Y lo ilustra el guiño que le acaba de hacer alguien que podria hacerle mucho daño, a saber su antiguo tesorero -de su partido quiero decir- que llama ahora a comparecer en su juicio a la vieja guardia del PP pero no a su actual lider, una vieja guardia anti-Rajoy cabe a toda prisa añadir, nota bene de la era Aznar.
La visita de Obama también parece redundar a favor del actual jefe de gobierno en funciones, y en particular algunos momentos o instantáneas de la misma, como esa foto de su encuentro con Rajoy en la que se ve a aquél cabizbajo con la mano en la frente desbordado por la situación. Como si arrastrase el mundo/global sobre sus (frágiles) espaldas, abrumado por los problemas y rompecabezas. Rompecabezas español para la Casa Blanca, el de nuestra crisis política que ya va para siete meses de larga.
¿Qué salio de la visita del mandatario americano a España? ¿Participación española en operaciones de reconocimiento en el espacio aéreo de la frontera Este (con Rusia) de la OTAN, como lo sugieren ciertas informaciones en los medios? La Otan es otra fatalidad de nuestra historia. Franco quiso soslayarla, y a su ancas, Carrero Blanco -con el apoyo francés (del general De Gaulle)- pero a éste ya vimos lo que le pasó, y el neo gaullismo es una bandera que ahora parece querer enarbolar Podemos -en contra de la Alianza Atlántica-, como lo ilustran las recientes declaraciones de Jorge Verstrynger uno de los mentores de aquél, hijo de un rexista belga (del bando de los vencidos de la Segunda Guerra Mundial)
“Con lo que facha que fui”, dice ahora (y que lo diga) La figura del general De Gaulle se yergue post mortem, como sea, y es en la medida que el Bréxit, y la evolución de la situación en Siria y en Oriente Próximo que va inexorablemente evolucionando a favor de la coalición (anti-OTAN) ruso/iraní y de Bachar al Assad, trae de vuelta al mandatario francés y su postura anti-atlántica en la mente de muchos. Mantuve en entrada anterior que la respuesta a la disyuntiva, abstención del PSOE o nuevas elecciones,ante la que nos encontramos quedaría sellada con la reciente visita a España de Barak Obama.
¿Cabe seguir manteniendo dudas de cuáles fueron las consignas e instrucciones del primera mandatario de la Casa Blanca a sus factótums de la política española? Una respuesta a la carta, por supuesto. A Rajoy suerte, y suerte también a Zetapedro para que lo intente por su cuenta (...) Ni que decir tiene lo grave de esa indecisión y de la incertidumbre que hace planear sobre nuestro horizonte político inmediato. Mariano Rajoy, tras la reunión de hoy con el líder socialista ha declarado que llegado el caso “abrirá un periodo de reflexión”
¿Qué quiere decir Rajoy con eso? ¿Acaso que se negaría -por segunda vez- a aceptar la misión de investidura que le propondría de nuevo el rey Felipe VI? ¿Cual sería entonces la actitud de este último? La pregunta del millón. Esta claro como sea que si el monarca tras la negativa de Rajoy, encargase (una vez mas) de esa misión al (socialista) derrotado en las elecciones abriría la caja de Pandora y nos pondría en la encrucijada de todos los peligros llevando el voltaje de la situación política a unos niveles de tensión y crispación no alcanzados desde los atentados del 11 de marzo (hace doce años)
¿Está obligado a hacerlo? Por supuesto que no. Pío Moa hablaba en unas recientes declaraciones que ya comenté -y repliqué (en parte)- en mi entrada de ayer que la política de Alfonso XIII adolecía de un error falta y era de una asimetría favorable a la izquierda, en la certeza de que a las derechas las tendría siempre de su lado. La misma impresión vendrían a darla los años (largos) del reinado del monarca anterior, Juan Carlos I. ¿Cabe apostar que el monarca actual se haya aprendido las lecciones del fracaso de la monarquía en el 31 y posteriormente, de la desafección creciente hacia la figura de su egregio progenitor en sectores que le habían aceptado (sin rechistar) en el momento de su subida al trono?
¿Por qué no? Pero está claro -contra lo que daba a entender Pío Moa en sus recientes declaraciones- que no se puede pedir al partido en el poder y a su líder, que guarde su flanco derecho mejor de lo que pueda estar guardándolo el soberano reinante. En otros términos, y en clave de la situación por la que atravesamos ¿se puede pedir al jefe de gobierno en funciones que no se lo piense dos veces a la hora de echarse a ciegas en un carajal (con perdón) como el que presenciamos meses pasados, de una misión de investidura sin las mínimas garantías de un feliz desenlace?
¿Le retiraría su confianza en ese caso el monarca reinante? ¿Sánchez otra vez? Caveat Rex!
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