domingo, julio 10, 2016

Marfil y Rosa

Le diste el alto a mi vida,
me hiciste esperar, tramposa,
como si el mundo parase
a tu antojo, caprichosa

como si tu rumbo y el mío
se enredasen ¡dios qué cosas!
un poco más hoy que anteayer
sin llegar a unirse ¡monstrua!

Condenándome así a vivir
en una espera angustiosa
en la zozobra (alma en vilo)
hasta que digas, hermosa

¿hasta que tú estés segura
que te quiero más que a otras,
que soy capaz de quererte
como nunca quise, tonta?

¿Qué tengo que hacer, dime tú,
que así te creas mi prosa
la que te tengo ya dicha,
amor, de palabra y obra?

¿Acaso no te crees aún
lo que en mí oír te sonroja,
lo que te dije aquella vez
entre zarzas y entre rosas

zarzas, sí, de mil espinas
donde tú huías “pudorosa”
y las rosas, rojo y blancas
que tu me tirabas ¡loba!

mientras el mastín gruñía
que te sigue a sol y a sombra
y tu corazón se rendía
sin confesármelo (hasta ahora)

¡corazón rendido el tuyo!
que te hace más hermosa
que da a tu cuerpo una esbeltez
de atleta, de reina (o diosa)

de la cabeza a los pies
¡blancos como el marfil! ¡Rosas!
Y una fragancia estival
todo glamur, vaporosa

cruzándote (¡ay!) una vez más
en mi camino, tramposa,
y lanzándome tus flechas
envenenadas (no es broma)

¿qué digo? que abrasan
este alma que te implora
que suspira por ti en secreto
mientras te escribo estas coplas

relamiéndome mis llagas
con una oda amorosa,
como suspiré aquel día
¿te acuerdas? Mi alma sí (y llora)

¿Del tiempo que va y no vuelve?
Como yo. Marfil y rosa


¿Marfil y rosa? ¡Puro amor,
sí, mi noble amor, plata y marfil
a una joven doncella en flor
a una virgen sabia (como tú)

El que alumbraste en mi pecho,
lo que veo reflejado en mí
¡tú amor, tan seria y tan digna
para un amor tan loco (¡"fou"!)

Loco amor, noble amor Eros
¡Santo Dios (Pan) mi amor de ti!
De tus labios, de tu pelo,
de tus ojos de tu nariz

de tu talle tan ligero,
de tu rostro, de tu perfil,
de tu andar tan femenino,
y montaraz que no es de aquí

de otros cielos y otras tierras
de montes y valles de “allí”
de esas piernas tan robustas
¡qué pantorrillas! (¡ay de mí!)

de tu mirada de embrujo
de tu sonrisa (de Abril)
de tus maneras suaves
de niña “bien”, fina ("chic")

que sabe estallar a veces
como un gran dragón (de Año Mil)
y ponerte en tu sitio, Juan,
abrasada de amor (por ti)

que lo disimulas tan mal
que hasta dan ganas de reír,
mujer/mujer, mujer celosa
¡qué temperamento! (una entre mil)

Qué fuego amor en tus ojos
qué magia, qué arte brujeril
en esas cuencas tan hondas
en sombra (entre chorros de luz)

Y dulce y grácil muñeca
como la flauta de Hamelín
o el canto de una sirena
que va diciendo “¡Ven a mí!”

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