domingo, marzo 13, 2016

¿CAMBIÓ LA MANJÓN? DEO GRATIAS!

Por primera vez desde el 11-M, todas las asociaciones de víctimas reunidas -en torno al jefe de gobierno en funciones- en la efemérides aniversario. ¿Cambió la Manjón? Es lo que parece. Y la perdonamos -nobleza obliga- sus ultrajes verbales y otros gestos suyos del pasado. Lo que no nos obliga en cambio a renunciar a seguir defendiendo una verdad de aquellos atentados distinta de la verdad judicial. Con la fuerza moral que me da el haber combatido a la ETA en solitario -con los modestos medios a mi alcance- aquí en Bélgica, en donde (por largo tiempo) gozaron de un santuario
¿Fin de la pesadilla? Me refiero al espectáculo intermitente, a rachas, de recriminación y lloriqueo que protagonizó durante mucho tiempo Pilar Manjón, una de las presidentas - a la izquierda del casillero- de asociaciones de víctimas y madre de uno de las víctimas (mortales) de los atentados de Atocha.

Hacía tiempo que no oíamos ya hablar de ella (¡uf!) y de repente -¡divina sorpresa!-, sin renunciar del todo al tono de acusación tan proverbial en ella, saca a relucir en este aniversario del 11-M una nueva actitud y un nuevo talante y otra expresión muy distinta en el rostro de lo que nos tenía habituados.
Del “¡Aznar asesino!” a aceptar posar en la foto con su sucesor va un largo trecho, que la honra y hace que muchos la perdonemos sus ultrajes verbales (y otros gestos)

¿Signo de los tiempos? ¿De deshielo, al hilo de los acontecimientos que se van sucediendo en el marco de la crisis política en curso, tanto en la clase política como en la opinión publica española? En esa dirección parecen apuntar también las palabras de Pablo Iglesias en la efemérides de ayer jueves, descalificando (sic) la instrumentalización de las víctimas destinada a atacar a los adversarios políticos.

¿Punto final pues a la polémica sobre el 11-M? La verdad judicial y “pari passu” la fuerza de cosa juzgada, son una cosa y la verdad histórica o la Verdad a secas otra, a veces muy distinta. Y lo mismo que la viuda de una de las víctimas de la ETA se permite ahora -tal y como lo recoge la prensa de hoy- pedir a Pablo Iglesias que aclare (de una vez) su posición sobre la banda terrorista, otros nos permitimos -a falta de una respuesta clara y contundente del interpelado- seguir albergando dudas y rumiando hipótesis de connivencia o de complicidad -objetiva al menos- entra la izquierda española (en su vertiente al menos guerra civilista y partidaria de la confrontación) y el terrorismo islamista que accionó las bombas en la estación de Atocha. Como ya lo hice en mi libro “Guerra del 36 e Indignación Callejera”

Y no hablo en nombre de las víctimas de la ETA porque no me corresponde, por carecer de lazos directos o indirectos con esos lobbys o grupos de presión -dicho sea con propósito deliberado puramente descriptivo y sin la menor intención peyorativa.

Hablo en nombre propio. Léase, con la credenciales que me da el haber combatido a la ETA prácticamente en solitario en uno de sus frentes -del extranjero- con los medios (modestos) entonces disponibles a mi alcance.

Y el haber sufrido persecución por ello (aquí en Bélgica) y pena de encarcelamiento, una de las veces coincidiendo precisamente con las atentados de Atocha, cuando entré por la puerta de la prisión de Forest -en Bruselas aquel once de marzo a la misma hora (siete y media de la mañana) a la que empezaron a estallar en Madrid las bombas- como lo tengo ya repetidamente contado -y explicado, en detalle- en este blog y en otros sitios. Esos son mis poderes, mis credenciales que me diga. Anti-terroristas y anti-separatistas.

Un combate que vinimos llevando algunos adelante -hasta la derrota y de la banda y su (parcial) desmantelamiento - siempre en nombre de la unidad de la lucha terrorista y de la integridad patria, y no de la democracia ni de la Constitución, ante la crasa incomprensión no obstante y la ausencia del menor gesto de solidaridad o apoyo de otros que figuraban en la misma trinchera que la nuestra (o lo parecían)

Como lo recordé en la polémica en que me vi envuelto en este blog hace unos días con el partido FE–La Falange y uno de sus dirigentes. Vincit omnia veritas (como dice mi amigo Antonio Parra)

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