jueves, abril 16, 2015

JEAN MARIE LE PEN HOSPITALIZADO ¿CONTRATAQUE Y GOLPE DE EFECTO?

¿Rendido al capricho de su hija Marine y de los que la rodean el viejo león (de las Galias), atado de pies y manos camino del retiro, de la tumba que me diga, como lo están presentando los medios? Lo ponen tan claro y tan por descartado y definitivo que a fe mía que entran las dudas (…) Porque de momento, el viejo lobo de mar sigue en el centro de la escena de los medios desde hace días (y lo que dure) Y porque todavía le quedan bazas en la bocamanga. Entre otras y no la última la de su hija mayor Carolina (en la foto) que rompió hace quince años con su padre tras la tentativa de toma de control del aparato del partido liderada por Bruno Mégret, y tras los pasos de su marido que era una de las figuras directoras de grupo disidente. Hoy en cambio se manifiesta públicamente a favor de su padre y en contra del número dos del partido (Philippot) e incluso en contra de posturas recientes de su hermana Marine como su apoyo a los griegos de Syriza. Caroline Le Pen, dicho sea entre paréntesis, fue candidata (en 1997) del Frente Nacional en Mantes-la-Jolie -ochenta kilómetros al norte de París- donde el autor de estas líneas había residido quince años antes (hasta el 11 de mayo del 82) y de donde salí en dirección del santuario de Fátima
Lo que para algunos se ha convertido en un culebrón interminable y para otros no deja de ser no obstante un psicodrama fuerte por demás y difícil de soportar, continúa y se diría que arrecia incluso en los medios franceses a medida que pasan las horas. Me disponía a dar comienzo a esta entrada cuando nos llega la noticia en la red de la hospitalización del presidente honorario del Frente Nacional, que habrá dado pasto a todo tipo de especulaciones en los medios pese a que sus próximos aseguren que se trataba de una cita ya prevista hace tiempo.

Sin duda, pero las lenguas se desatan y las imaginaciones se disparan de los efectos que pueda tener para la salud de una persona de lal edad de Jean Marie le Pen el verse puesto en la picota –a primera vista al menos- de la forma en que él se está viendo ahora, por sus sus más próximos y allegados. Amor del más lejano, lo que postuló Nietzsche en uno de sus aforismos –en el Ant-Cristo- en lo que parecía una blasfemia (anti-evangélica) a un pastor protestante holandés con el que entré en contacto (efímero) tras mi salida de la cárcel portuguesa y que acabaría destapando una verdadera obsesión por cuenta del filósofo germano al que (cosa curiosa) veía revolotear figuradamente en torno mío y de las ideas que dejé traslucir el tiempo que estuvimos en contacto, pese al hecho flagrante que yo no había leído texto alguno de Nietzsche hasta entonces.

Y eso -esa reflexión de lejanías- tal vez sea lo que se esté barruntando –a modo de exorcismo- el fundador del Frente Nacional en estos momentos a la vista del espectáculo (un tanto inaudito) de ingratitud y de impiedad –contraria a la piedad filial- del que está viéndose objeto de los suyos a los ojos del mundo entero. Y el centro de la escena lo habrán venido ocupando en las últimas horas tanto el viejo menhir -como le llama la prensa francesa en alusión a su ascendencia bregona- como también su nieta, causante tal vez de la estocada que más le habrá dolido de todas.

¿Quién es la nieta del fundador del Frente Nacional, Marion Maréchal-Le Pen? La pregunta que habrán puesto a hacerse los medios en Francia desde hace uno días y con ellos la opinión pública francesa. Y al coro de las preguntas y respuestas viene a sumarse ahora la sentencia reciente de un tribunal de París que acaba de condenar al semanario L’Express al pago de diez mil euros -y tres mil más en concepto de costas del proceso- por haber revelado la identidad del padre biológico de la nueva estrella del Frente Nacional en pleno ascenso. ¿Cuándo las barbas del vecino veas pelar pon las tuyas a remojar? Parece que ya estoy oyendo algunos, como tirándome a la cara mi libro “El padre falangista de Francisco Umbral”, habida cuenta que uno de los considerandos de la sentenciade ahora  parece poner efectivamente el dedo en la llaga estatuyendo que nadie tiene derecho a desvelar la identidad del padre biológico de nadie, a menos –es lo que desde luego cabe deducir del fallo del tribunal- que pueda establecerse un nexo de casualidad entre el lazo de filiación desvelado y el origen y la naturaleza (sic) de los compromisos en política de la interesada, lo que al tribunal no le parece probado en el caso que nos ocupa.
Marine Le Pen busca mi muerte tal vez pero  conmigo que no cuente (JMLP dixit) Y en la ruptura de la hija con el fundador del partido que venimos (atónitos) presenciando, Marine le Pen se ve guiada a todas luces por lo que muchos concuerdan que cobra en ella todos los visos de una obsesión, a saber la des-diabolización (neologismo fabricado a partir del francés “dédabolisation”) Perdónales porque no saben lo que dicen ni de lo que hablan. ¿Sabe acaso Marine Le Pen lo que es eso, ha compartido (integralmente) alguna vez la suerte del apestado, del paria (internacional) por motivos ideológicos (o asimilables), políticos o religiosos? Su padre sin duda, de ella cabe dudarlo en cambio. Y algunos podríamos hablarle largo y tendido de ello
Con lo que no parecen tomar en cuenta o prestar suficiente relevancia a datos de notoriedad pública sobre la trayectoria de la nieta de Jean Marie Le Pen que estuvo en contacto regularmente con su presunto padre biológico desde que hace trece años (en mayo del 2003 durante las campaña presidencial cuando aquél se puso en contacto con Jean Marie Le Pen entre la primera y la segunda vuelta –a la que concurrirá el líder del Frente Nacional frente a Jacques Chirac-, y cuando dio inicio a la relación entre padre e hija, como lo cuenta el propio interesado en un libro de memorias –“Au service secret de la République” (“Al servicio secreto de la Republica”)- publicado a título póstumo tras su muerte en septiembre del año pasado.

En el libro se desvela la verdadera trayectoria y personalidad del pretendido padre biológico de Marion, la de un agente de los servicios secretos franceses –que trabajó además para la CIA y el Mossad- bajo la tapadera de su profesión de periodista y corresponsal de guerra, que fue preso y hecho rehén en 1988 en el Líbano –por el Hezbollah iraní- hasta su liberación tras once meses de detención, y que acabaría de embajador de Francia en Eritrea –nombrado a dedo por el anterior presidente Sarkozy, una carrera diplomática a la que puso fin un tumor cerebral que se le declaró en el 2011 y que le llevaría tres años después a la tumba.

Y para completar el perfil político e ideológico del personaje cabe decir que era originario de la localidad de Roubaix, junto a Lille y la frontera franco-belga, de padre gaullista y de madre comunista. El tribunal que habrá castigado ahora la divulgación de la identidad del padre biológico de la nieta de Jean Marie Le Pen tampoco habrá tenido en cuenta otro dato de notoriedad pública de la demandante, y es que antes de ingresar en el Frente Nacional militó en las juventudes del partido UMP (derecha gaullista) bajo la presidencia Sarkozy.

Con todo ese bagaje de datos se diría que se explica no poco el distanciamiento de la nieta en relación con su abuelo en lo que tiene todos los visos de querer ser la estocada decisiva o la puntilla al fundador del Frente nacional que los medios presentan casi unánimemente en la hora de su declive y eclipse definitivos.

Así todo se explica, sí, como la identidad del presunto padre (falangista) de Francisco Umbral explicaba toda las lagunas e incoherencias o incongruencias aparentes de la vida y de la obra del autor de la leyenda del César Visionario. Y la personalidad del padre biológico (de notoriedad pública) de Marion Maréchal-Le Pen explica a mi juicio no poco del distanciamiento de la nieta en relación con las declaraciones del abuelo por las que vendrían el escándalo y la controversia, en particular por sus declaraciones laudatorias hacia el mariscal Pétain y otros extremos de la entrevista que concedió al semanario (de “extrema derecha”) Rivarol en particular cuando defendía el derecho a atacar (sic) a la democracia. ¡Cómo no iba distanciarse de su abuelo –dirá espontáneamente más de uno- con un padre como el suyo!

La actualidad sobre la crisis del Frente Nacional se ve acompañada de una información aparecida en la edición acaba de salir del semanario satírico le Canard Enchainé tan transgresor e irreverente como Charlie Hebdo pero un poco menos a la izquierda, conforme a la cual el número dos del Frente Nacional Florian Philippot, en reunión del comité directivo de aquél, habría conminado a la presidenta del partido a proceder a la expulsión de su propio padre so pena de darse de baja él mismo del partido.

Lo que viene a ilustrar no solo el peso del lobby homosexual en la política francesa –que abordé en reciente entrada- sino también a confirmar (se diria) las acusaciones de Jean Marie le Pen, que el Frente Nacional estaría siendo blanco de un complot de fuera, lo que vendría a confirmar la trayectoria de Philippot, un enarca –del ENA (organismo encargado de la formacion de los altos funcionarios del Estado en Francia), una casta de verdad o (enarquía) y no como las de Pablo Iglesias- como lo era Bruno Mégret protagonista de la otra gran crisis que sufrió el Frente Nacional hace una quincena de años.

¿Descanse en paz (requiescat) Jean Marie Le Pen? No tan rápido. Por el momento sigue ocupando el centro de la escena en los medios de lengua francesa, y le quedan aún bazas en la bocamanga como la de su amigo (fiel) Bruno Gollnisch –candidato perdedor frente a Marine le Pen, por la dirección del partido-, y otras también todo menos triviales de las que nadie habla.

Como la de su hija mayor Carolina que viene desde hace meses tomando partido por su padre en la polémica que le habrá opuesto in crescendo a las actuales instancias dirigentes del partido, en contra del número dos de la actual dirección (Philippot) y criticando incluso posturas o decisiones de su propia hermana, como sus elogios a los griegos de Syriza (izquierda radical) tras su triunfo en las recientes elecciones griegas

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