¡Envoltorios de la verdad
(ancestral) los Grandes Mitos!
Reflejos de la luz solar,
ideas, destellos divinos
en el ascenso y caída
de los mitos (y anti-mitos)
En el brillo de su zénit
y en los soles negros (¡fríos!)
de sus eclipses y ocasos
¡Ven a nosotros Sol Invicto!
¡Los que nunca te negamos
los que siempre en tí creímos!
¡Salve Verdad Histórica!
¡De lo más hondo te lo decimos!
¡Ideas Eternas Solares,
Ciudad del Sol, mi destino,
Salve! (En Homenaje fiel,
entre la Memoria y el Mito)
Oficio de soñar (y vivir)
Lo que me salvó ¡Vida mía!
Del marasmo y la depresión.
Entre bonanza y sequía,
entre treguas y escaladas
ardor y melancolía,
entre rima y mélopea,
entre música y medida,
entre trovas de dulce amor,
y entre epopeyas “malditas”,
entre el amor y la guerra,
entre la Ley y la Natura,
entre el mester de juglares
y los dones de profecía,
entre arte mayor y menor
y entre plebe y clases cultas.
Entre el Conde Godofredo
-o entre la espada y la mitra-
y el obispo (franco) Ademar,
entre Francia y Grecia (antigua)
entre el mito y la doxa,
entre verdad o mentira,
entre París y Madrid,
y entre Tiro y Antioquía,
entre el Norte de Europa y el Sur
entre el Sol y la Penumbra
aquí o acullá el Pirineo
o en los Alpes (¡Bella Suiza!)
Entre germanos o eslavos.
Entre la Roma latina
y la Luz de Meteoro
de la Santa (y Griega) Sofía
¡Siempre de puente en el medio
entre tu vida y la mía!
Vieja canción, Idea Eterna,
mismo fin, sólo un destino
de irse y volver siempre sin fin
la una pegada a las otras
Grandes éxitos de vuelta,
innmortales como una Idea,
como la llama que alumbran
¡La que en mí alumbraste reina!
La que reencienden de nuevo
estas viejas melodías
de un vivir que lo fue a medias
¡Pero no por culpa mía!
Y ahora vuelven ¡Que si vuelven!
¡Los Fantasmas de la Música!
De las canciones aquellas
que olvidé ¡Siempre con prisas!
Me las sustrajo el destino
¡Traidor! Dueño de almas y vidas
Y ahora me las devuelve, ves,
todas en cambio, alma mía.
Las que no bailamos juntos
ni oí, tu mano en la mía,
que bailan de pronto ahora
en mi mente reencendida
de ideas solares, mi amor,
de Fe y de Amor, y Utopía
Grandes bellas y atléticas
cual féminas, cual valquirias,
vestales o diosas antiguas
¡Las viejas ideas “malditas”!
Que bailan ahora en tu honor
en esta mente “proscrita”
Y te prestan juramento,
Amor, de honor y pleitesía
Y me arropan dulces, tiernas,
maternales, y me arrullan
y me besan y acarician
¡Pensando en ti bruja mía!
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