lunes, enero 19, 2015

PODEMOS DICE AHORA QUE GRECIA NO ES ESPAÑA ¡TATE TATE!

En la foto, el fundador y líder de Amanecer Dorado, Michaloliakos, actualmente preso que acaba de declarar desde la cárcel que serán ellos la tercera fuerza en las elecciones del domingo. Algo que ya lo fueron contra todos los pronósticos de los medios y de las encuestas en las elecciones europeas (y municipales) del pasado mes de mayo. Lo que les daría un papel decisivo de árbitro al día siguiente de las elecciones. Y con lo que la candidatura de la izquierda radical no deja de verse en la cuerda floja. Como lo ilustra prudentes distanciamiento que les acaban de caer ahora encima de sus aliados españoles de Amancer Dorado,..de Poedemos  que me diga (¿en qué estaría yo pensando?)
Podemos se desmarca de Syriza a una semana de lecciones. Tate, tate. “Grecia no es España” dicen ahora –a toda prisa- parafraseando a Mariano Rajoy. O tal vez que se hayan leído mi blog, no sé, no sé. Y por qué ese súbito distanciamiento que sorprende a propios y extraños, a tres días del mitin de Atenas de la izquierda radical sistema el próximo jueves en el que conforma a lo que se viene anunciando deberá intervenir Pablo Iglesias al lado de Tsipras, el líder de Syriza. Todas las hipótesis se admiten.

¿Les pintan bastos en las encuestas acaso, por detrás de las apariencias? Desde hace varios días los medios españoles –más en particular a medida que se ven situados más a la izquierda, por supuesto- vienen martilleando a la opinión con encuestas que dan todas unánimes la victoria a la izquierda radical griega que bordearía (según ellas) la mayoría absoluta. La distancia entre los dos grandes contendientes –si se sabe leer un poco entre líneas- no deja de menguar no obstante o de fundirse como a la luz del sol a medida que se acerca el día de los comicios.

La verdad es que Grecia no es España, ni tampoco un país de la UE como otro cualquiera sino que entres su particularidades figura una escasa credibilidad –o en todo caso menor que en otros países de la UE- de los medios y de las encuestas, lo que sumado al factor indecisos hace mucho menos previsible el resultado de lo que nos viene vendiendo ciertos medios que se diría que tienen ya clara –en la política española- su apuesta por Podemos (y sus amigos) Todo puede ocurrir (todavía) en las elecciones del próximo domingo. Personalmente sigo apostando –más que nunca- tanto por una victoria de los conservadores como por una derrota de la izquierda anti-sistema, que es lo que vendría a traducir el que no consiguiese mayoría absoluta.
Cartel de Syriza y de su líder en la campaña en curso. Ahora resulta –de lo que acaban de declarar sus portavoces- que los de Podemos no lo tienen muy claro en las elecciones griegas del próximo domingo, distanciándose prudentemente de su aliado de la izquierda radical anti-sistema como acaban de hacer en las últimas horas. El líder de Syriza –antiguo apparatchik del partido comunista griego- que no tiene empacho ninguno en saludar puño en alto en público, tampoco parece tenerlo muy claro entre sus aliados oficiales (u oficiosos) de Podemos y sus hermanos de sangre–y de una memoria común de guerra civil (griega o española)- de Izquierda Unida
Dicen que el candidato de Syriza está volcándose en la recta final, los últimos días, en la búsqueda del voto indeciso. No parece no obstante que vaya a conseguir su objetivo a base de levantar el puño en las fotos que de él nos están llegando las horas que corren. ¿Un distanciamiento reciproco acaso en la medid que Syriza también parece distanciarse (un poco) de Podemos y en la medida que afirman querer seguir manteniendo lazos con los españoles de Izquierda unida, sus hermanos de sangre –nunca mejor empleada la expresión- desde la noche de los tiempos, léase desde la guerra civil española del 36 y la guerra civil griega (del 45 al 48), con tantos paralelismos entre la una y a otra?

Personalmente sigo pensando que la gran incógnita de las elecciones griegas del domingo próximo lo siguen siendo los de Amanecer Dorado, tanto por lo que se refiere a su propio resultado (absolutamente imprevisible) –como se comprobó en las pasadas elecciones europeos de mayo del año pasado en los que consiguieron resultados mucho mejores cifras de votos que las que les pronosticaban todos los medios- como por la actitud que en una hipotética posición de árbitros acabarán adoptando, inclinándose en favor de uno o el otro de la dos principales fuerzas en liza. Como sea, el líder conservador, Sámaras, está marcando puntos, se quiera reconocer o no se reconozca. Invitando a su homólogo español, que acabo (nollens vollens) mojándose en el tema y brindándole su apoyo incondicional y el de su partido- lo mismo que en los temas y argumentos que viene esgrimiendo en la campaña, en materia de seguridad ciudadana o de inmigración, o acusando a la izquierda radical –el dedo en la llaga- de querer sacrificar (sic) a las clases medias.

Y sobre todo habrá tenido el gran acierto (a mi juicio) de negarse a debatir con el líder de Syriza al que acusa –más que fundadamente- de practicar el hooliganismo en política. Espadas en alto, pues. Y en cualquier modo, el súbito interés que las elecciones griegas habrán despertado en la opinión pública española, como lo ilustra intervenciones españoles tan emblemáticas de uno y otro signo, viene a ser como la prueba por el nueve de algo que se vio sistemáticamente negado en la historiografía de siglo XX española y extranjera y en particular en la génesis y en las causas de la guerra civil española y de todo lo que se seguiría. Y es del aspecto global de la historia europea contemporánea o en otros términos de la clave europea de nuestra historia española contemporánea.

En su obra “Los orígenes de la guerra civil”, Pio Moa mantiene y defiende y justifica su aserto que la guerra civil del 36 comenzó ya en la revolución de Asturias del 34 y en la ruptura que consumó entonces el partido socialista con el orden establecido (republicano) El motivo o detonante de esa ruptura no dejo menos de serlo (nota bene) un acontecimiento de política internacional, a saber la represión llevada a cabo en Austria por el gobierno conservador (o “autoritario”) del canciller Dollfus contra la izquierda socialista. Lo que vendría a ilustrar esa realidad que describió el profesor Nolte en una de sus obras ms divulgadas, de título de “La guerra civil europea” La guerra civil española tuvo no poco de europea lo mismo que la guerra civil europea –léase la confrontación fundamental entre fascismos y comunismo (y liados y comparsas respectivos)- contaría entre sus principales capítulos la guerra civil española.

Y mutatis mutandis, la guerra civil griega, fue como un rebrotar en el otro extremo del Mediterráneo de la guerra civil española, de por el papel primordial que jugo el comunismo soviético en una y otra, aunque solo fuera (…) Con lo que vengo a decir que nunca me deje impresionar por la izquierda radical –que esa e la traducción literal al español del nombre de Syriza- desde que irrumpieron en el firmamento de la política griega (y europea) Y como los de Podemos y asimilados en España, a los de Syriza se les llena la boca criticando a los recorte, lo que sin duda encierre un doble defecto de óptica entre españoles, de lo ue esas críticas traducen y sobre todo de lo que esconden y camuflan (…)

Cae ante mis ojos mientras ultimo este articulo un informe emanante de los medios del libre mercado, apolíticos pues por definición por más que lal expresión –de libre/mercado- se gane de inmediato censuras y execraciones del lado de la izquierda, y es sobre el estado del sector púbico en Grecia de (mucho) antes de la intervención de la troika (como algunos dicen)

Una vez más, España no es Grecia. Y cualesquiera que fueran los excesos del sector público en el franquismo y entre sus principales herederos o legatarios en ese campo a saber los socialistas del PSOE –con Felipe González primero y más tarde con Zapatero- se quedan pálidos en comparación con lo que nuestros ojos absortos descubren ahora que era el sector público en los tiempos benditos –más interminables que la era felipista en España- de la Grecia del PASOK, algo en lo que (dicho sea entre paréntesis) toda la izquierda –comunistas incluidos- andaba metida hasta la ceja.

Una deuda pública y un déficit (astronómico) –y cuidadosamente disimulado por los gobiernos sucesivos-, una casta de funcionarios del estado, -de los más altos hasta los más modestos- al lado de la cual la casta versión Podemos parecerían monaguillos, unas empresas publicas ineficientes y ruinosas y como consecuencia, la bancarrota del Estado y el dispararse de la deuda pública. Lo que Podemos y sus secuaces (con perdón) querrían poder denunciar en España, pero a fe mía que hasta ahí no llegamos. Moraleja, los de Syriza –y cada vez más a medida que la fecha del domingo se acerca- andan en la cuerda floja, digan lo que digan los medios.

Por la distancia cada vez más corta en los sondeos –de hasta ocho puntos hace solo unos días- y también por el gran interrogante que hace planear sobre las lección es del domingo Amanecer Dorado. En unas declaraciones de lo más recientes desde la cárcel su líder, Michaloliakos, acaba de declarar que serán ellos (sic) la tercera fuerza, y no hay razón para no creerle –o para prestar atención al menos a sus vaticinios- cuando ese fue el caso en las elecciones europeas del mes de mayo del pasado año.

Amanecer Dorado de árbitros, esa es mi apuesta, en el marco de mi apuesta en general –que ya dejé bien sentado en una entrada anterior sobre el tema- en contra de la izquierda radical de Syriza y su cortejo (fúnebre) de indignados y perro flautas, en Grecia como en España

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