miércoles, octubre 29, 2014

JAVIER LIMÓN Y EL HONOR DE LAS MUJERES DE CLASE OBRERA.../...

JAVIER LIMON Y EL HONOR DE LAS MUJERES DE CLASE OBRERA
Me retraso un poco en colgar mi entrada de hoy por culpa de la entrevista a Javier Limon en la maña de la Uno que me pone a prueba en, el plano de la introspección psicológica lo reconozco. Y confieso que también que me habrá resultado un poco penoso escucharle hasta el final pero lo conseguí –con el tiempo y una caña-, que el resultado es lo que cuenta. Tenía yo un amigo de infancia y adolescencia hoy periodista (super) célebre del que no diré aquí el nombre que tenía el don de la imitación aparte del de contar chistes, éste último por su padre sin duda que era un hombre de gran cordialidad y con un gran sentido del humor al que conocí bien por cierto. Y el punto fuerte de las imitaciones de mi amigo de adolescencia lo era el acento madrileño digamos de barrios y de clases bajas que él exageraba por supuesto lo que despertaba todavía mas la hilaridad en todos sus amigos y contertulios.
Hoy recuerdo todo aquello divertido y con agrado no sin un cierto sentimiento irresistible de vergüenza ajena en la medida que aquel tipo de humor que no dejaba de tener una connotación clasista –y lo digo sin intención peyorativa porque yo era el primero que me reía oyendo a mi amigo imitar lo que Umbral hubiera llamado lenguaje (y acento) “cheli” que se vería rodeado de tabúes, o en otros términos se convertiría en absolutamente intocable en democracia. Y es en la medida también lo reconozco, que no estoy seguro que mi amigo fuera capaz de repetir hoy ni en público ni en privado ese tipo de imitaciones cómicas con las que por propia definición por decirlo así el mismo se posicionaba ya de entrada desde fuera de aquellas clases urbanas –bajas, u obreras- que él imitaba y fatalmente, de una manera u otra, ridiculizaba. Y m e venia todo eso a le mente, y en particular las imitaciones de mi amigo oyendo en video a Javier Limón –natural de Alcorcón contra lo que yo me pensaba por culpa de ciertos medios que lo habrán presentado como gallego igual que su esposa- que explicaciones en un acento madrileño (lato sensu) –y sus exabruptos (soeces) también que todo hay que decir- tras los que me parecía estar oyendo las imitaciones de mi amigo, de hace ya tanto. Y con lo que en mi modesta opinión venía a ilustrarse y ponerse de nuevo de manifiesto de una forma elocuente en extremo algo de lo que se rodeó también de un tabú riguroso en estos ultimo cuarenta años. y es que la transición trajo consigo no solo libertades políticas sino también el ascenso de ciertas clases sociales en detrimento de otras algo de cajón se m e reconocerá en un sistema de democracia mas o menos liberal y por supuesto no de tipo democracia popular igualitaria como en los antiguos regímenes comunistas- donde las clases sociales por propia definición si se puede hablar así siguen existiendo y por lo tanto si unas suben lo es (fatalmente)a costa de otras que bajan (mucho p poco) y que de hecho bajaron aunque los propios interesados –y sus próximos y allegados- lo tuvieran crudo a veces a la hora de asumirlo o incluso de reconocérselo a sí mismos (…) Y es un fenómeno –que se podría describir de movilidad social un tanto artificial (y enrarecido) en la medida que fue inseparable de factores de orden político e ideológico e incluso de orden cultural e histórico como la emergencia de una memoria de vencidos de la guerra civil- y que se traduce en todos los ámbitos de la vida social en el acceso a los medios y a todas la vertientes o cuadrantes del espacio público- como a la propiedad en todas sus facetas y en particular a la propiedad inmobiliaria, un tema del que ya habré disertado en este blog en repetidas ocasiones. Y si Javier Limón soldador de profesión se ve ahora perorando en público ante las cámaras –a raíz de una situación dramática es cierto- permitiéndose exabruptos (soeces o malsonantes por lo menos) ante las cámaras y no una ni dos veces solo tan siquiera -por cuenta sin duda de la clase trabajadora (sic) que reivindica con suficiencia,  en su nombre y en el de su esposa-, y cerrando el pico y rebatiendo y desmochando a todo bicho viviente con la mayor soltura y desparpajo, los suyos –de más edad que él pueden decir sin duda alguna que nunca se vieron igual, o por lo menos que un soldador de profesión nunca antes se vio igual que él –o que ellos- ni siquiera en los tiempos de la II Republica (…) y estoy hablando de periodos más o menos civilizados y no por supuesto de la guerra civil en zona roja. Se le faltó al honor a su esposa? Esos son palabras mayores. Desde luego él no puso explicarlo de forma convincente ante las cámaras y no es lo que se desprende de tampoco lo ue ha traslucido en los medios de la palabra del consejero de la comunidad de Madrid. Al que el marido de la enfermera contagiada pretende llevar ahora a los tribunales, sin aceptar (obstinadamente) sus disculpas. Inexplicable e inadmisible desde luego. A menos que el honor de mujeres de la clase obrera tenga unos baremos y unas exigencias en la España de hoy que los demás no conocen ni tienen por qué (ni conocemos) y que no se satisface con gesto de pedir perdón tan siquiera. Lo que nos sonaría a algunos como a un honor de tipo mafioso, de leyes de silencio y de venganzas y ajustes de cuentas implacables. Al final lo arregló un poco o pretendió arreglarlo de una sonrisas beatificas. Mejor callado ya digo, y modosito y sonriente como al final de la entrevista y dejándose de judicializaciones feísimas que en eso –y no me caso con nade lo dije y lo repito- tenia razón la entrevistadora

¿PRIMER PRESIDENTE BLANCO DEL ÁFRICA NEGRA? NO TAN BLANCO
Primer presidente blanco –en Zambia- del África negra, anuncian desde ayer los medios de la prensa global a bombo y platillo. ¿Blanco y en botella? No tan claro y no tan blanco (como lo parece) El nuevo presidente, hasta ahora vicepresidente del país, designado a seguir a la muerte del anterior presidente (de raza negra) es acorde con lo que rezan los despachos un histórico del movimiento de liberación (indígena) en aquel país de la época del dominio colonial inglés en Rodesia que se dividió al producirse la independencia entre el Zimbabue –Rodesia del Sur- y Zambia la antigua Rodesia del Norte, donde el traspaso de poder se hizo directamente mientras que en la zona Sur –donde la presencia europea era mucho mas importante que en la zona Norte- conocería todavía un intermezzo con la experiencia efímera de Jan Smith que pretendió salvaguardar la hegemonía blanca de los tiempos de la colonia. La minoría blanca o lo que da de ella es hoy en lo que lo fue la antigua Rodesia una especie en vías de extinción si no ya completamente extinta y blanco predilecto de la vindicta y de los caprichos del presidente (incombustible) de Zimbabue, Mugabe, un antiguo maoísta que la tiene esclavizada y convertida en chip expiatorio desde hace décadas. En ese contexto el nombramiento de un presidente blanco de Zambia cual conejito mágico directamente salido de chistera de prestidigitador suena a chiste, no me digan. Y a gato encerrado al mismo tiempo. ¿Blanco el nuevo presidente de ese país del África negra o (un poco) cuarterón –aunque (casi) no se note- como se decía en los tiempos del imperio español de América? Las fotos que circulan en la red así parecen atestiguarlo a un observador de vista certera y mirada penetrante en esos temas raciales –tan melindrosos (y tan viscosos)- rodeados de espesos tabúes. El factor racial brilla por su ausencia en el mundo de hoy en cualquier tipo de análisis en temas de actualidad o del pasado más o menos reciente o remoto.
Estuve leyéndome hace unos días una reseña de la última novela de Juan Manuel de Prada con el telón de fondo histórico del sitio de Baler en Filipinas y retuvo mi atención los comentarios que le merecía la figura de Rizal líder del movimiento de independencia –condenado a muerte y ejecutado por el poder español en la isla- y objeto de culto iconográfico y de martirologio desde el 98, entre filipinos y un poco también entre españoles (…) De Prada pone de relieve en su novela algo que se guardó siempre cubierto de tupido y discreto velo y era el rencor que animaba al líder independentista, que el escritor mencionado atribuye a que no se sentía valorado como debía. ¿Solo por eso? Difícil de mantenerlo. Los testimonios gráficos siguen ahí a mano que parecen sugerir lo contrario. Y es que me viene a la mente una foto que vi en un ocasión de Rizal muy joven en familia, padre y heramno y hermanos y ofrecía todo el aspecto arquetípico del mestizaje español (bien logrado) en aquellas islas o de una de sus variantes habida cuenta del mosaico de grupos étnicos que las habitan. “Violencia del mestizaje” le acabo de leer a un lingüista francés –en una obra que ya aquí mencioné “La Prueba del extranjero, comparándolo con el fenómeno de la traducción, que les parecía sufrir violencia tanto el uno como el otro. No estoy de acuerdo o no del todo. En el caso del mestizaje español en América en el Extremo Oriente la violencia vino sobre todo del complejo de culpa que consiguió inocular la evangelización de la órdenes religiosas. Había que mestizarse para redimir la culpa original de la Conquista, como así la denunció -y la maldijo- el padre Las Casas, hoy en vías de canonización en Roma tras las huellas del papa Wojtyla (…) Y aquello dio lo que daría, ya me tengo aquí largo explicado sobre el tema. ¿Un cuarterón resentido el nuevo presidente de la antigua Rodesia de Norte de la que fueron expulsados o sometidos a esclavitud los pocos blancos que aún quedaban? Ello explicaría desde luego ese odio profundo que sintió hacia los blancos europeos como el interesado siempre lo proclamaría y que figuro hasta hoy por así decir en su tarjeta de visita

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