domingo, octubre 19, 2014

Arrebatando los cielos (poesía en domingo)

Ver sentado el tiempo pasar
¡Qué apasionante experiencia!:
la vida, el mundo, la gente,
en la terraza de un bar,
mientras se escurre la tarde.


¡Río del Tiempo, sagrado
como las aguas del Nilo
que crucé ya tantas veces!
¡El más leal enemigo!

¡Elixir de Juventud
En busca del eterno Graal!
(léase del tiempo perdido)
¡Secreto de inmortalidad
zambullirse en ese río!

¡Fe en mi destino! (¡O meu Fado!)
Por eso no me impresionan
los jóvenes indignados,
sus risas ni sus desplantes,
que llenan hoy los caminos
por los que corrió mi vida
de paria, sí, de proscrito

¿Nueva ruptura fatal
entre padres y sus hijos,
como aquella hace tanto ya
o simple malentendido?

¡No nos robaran el futuro
ni el mío ni el de los míos
de eso pueden estar seguro!

Se lo dice este maldito,
un romántico, un vikingo.


¡Oh lucha contra el dios Tiempo!
Más ardua e ingrata y más dura
aún que la lucha de clases
(entre “jóvenes” y “viejos”)

Misterio del tiempo que pasa,
que se aleja galopando
¡Me robaron un futuro
por eso me apropié el pasado!

Y venceré al Tiempo yo sólo
A ese dios viejo (el del Reloj)
Con la ayuda del Dios Cronos
Tomando el cielo al asalto

Que el cielo no es otra cosa
que la Tierra puesta al revés,
asi lo vio Francisco Umbral
un profeta de desastres

¡Arrebatarles el cielo
es disputarles la calle!


¡Tan joven como vosotros
jóvenes malhumorados!
Me lo dice un sexto sentido
despertando en la mirada
reencendida de golpe
en busca de su Juventud
perdida, ausente y errante,
sin encontrarse a sí misma,
de la chica expatriada,
y que se reencontró por fin
al cabo de la jornada,
mirándome (divertida)
-“¿estamos aquí o en Flandes?”-
su mirada como mía,
sin saber si odiarme…o amarme

(¿O buscaba sólo a su padre?)


¿Que qué es lo que yo vi en ´ti?
No lo sé, te vi a tí sola
y detrás tuya a “mi” país
-¡qué verde que era mi valle-
o si prefieres, os confundí
a mi (lindo) país contigo
y a tí con lo que allí viví
y soñé allí de tan puro
y tan duro ¡Que yo era así!

En un tiempo casi mítico
lejos de tí y dentro de mí,
aquellos años sin tiempo
donde me salvé de morir
a la Poesía para siempre,
la que me hizo revivir
y poderte ofrecer estos versos
¡Flores del Año Mil!

No mujer, no me hagas caso
que sin tí y tu tez de marfil
mi cielo estaría vacío
y sólo querría huir de allí
Mi patria eres tú, princesa,
O allí donde quieras tú
O la mar a nado tú y yo
y juntos vivir (y morir)

Como el héroe de Odisea
que supo amar y mentir
-sus verdades tan “mentidas”-
sin negarse no obstante a sí,
siempre fiel a su poesía
hasta la hora del fin

Como yo te prometo serlo
¡A tí sólo, flor de alhelí!

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