jueves, octubre 16, 2014

LE PEN, ÉBOLA Y EXPLOSION DEMOGRAFICA.../...

LE PEN, ÉBOLA Y EXPLOSIÓN DEMOGRÁFICA

A vueltas con el problema obsesionante. Tengo delante mía –en mi ordenador quiero decir- dos tipos de testimonio sobre este tema en las antípodas unos de otros, que no resisto la tentación de comparar y de analizar en estas líneas. Se trata el primero de ellos de una entrevista en caliente –en Sierra Leona en las onzas más afectadas por la epidemia de tres misioneros españoles allí destacados, dos de ellos agustinos recoletos y otro javeriano, importantes ordenes misioneras, los únicos que allí quedan.
Uno de los dos agustinos ya atrajo la atención de los medios días pasados por sus declaraciones –con gran destaque propagandístico o publicitario (fotos acompañando)- en el diario ABC et otro más joven con godos los trazos de ser de ascendencia filipina que confirmaban los motivos (filipinos) que ostenta en la foto, en su camiseta. Uno de ellos, Garayoa, el de las declaraciones a ABC –de aspecto jovial en la foto (como también en las del ABC)- declara que Dios (sic) le debe una explicación, que él estudió en el seminario que la vida (con mayúsculas) era un valor supremo y que ahora en cambio ve pasar los trenes que se llevan los minerales del país, lo único que parece funcionar (dice) en un país paralizado por la epidemia. Se me muerern los niños (sic) antes de llegar a los cinco años, dice este niñero de Dios (fuera de toda sospecha) El otro agustino se pronuncia más o menos en consonancia. "Fiel a los pobres hasta la muerte “ Y a riesgo de parecer cínico por lo demás hay que reconocer que ese dios (bíblico) que invocan –grosso modo el que anuncia la teología de la liberación- les tiene dejados en la estancada a ellos, misioneros –una especie en vías de extinción (sic) como se reconoce en el mismo reportaje- y también a los pobres y desheredados (del planeta) en los que los tres misioneros tienen puestas a todas luces todas sus complacencias.
“A ellos les debo mi vocación” responde el ms joven de los tres (agustino recoleto) El otro testimonio –en sus antípodas mentales e ideológicas- ya digo, es el de Jean Marie Le Pen que hizo unas declaraciones que levantarían gran polvareda de escándalo el pasado mes de mayo y que ahora habrá vuelto a rubricar, y fue que dijo que “el Ébola iba a solucionar en tres meses la explosión demográfica (planetaria)” El marxismo, la izquierda en general -es cosa sabida- hicieron rigurosa abstracción de los problemas de demografía, y en el pensamiento único que prevalecería en el mundo occidental tras la segunda guerra mundial el maltusianismo y el darwinismo -dos movimientos intelectuales centrados en una reflexión de tipo demográfico- se verían estigmatizados, acusados de haber sido caldo de cultivo del nacionalsocialismo y movimientos afines. La amenaza demográfica existe no obstante, no es invento ninguno de Jean Marie le Pen o de otras mentes calenturientas más o menos fascistas o fascistizadas. No hay más que circular en transporte público a las horas punta –a la salida de los colegios (…)- por ciertos barrios del centro de Bruselas, capital de la UE, como el que el que esto escribe -¡ay dolor!- se ve obligado a hacer casi a diario, lo que a menudo me deja (un poco) el ánimo por los suelos para el resto de la jornada. A penas si un diez por ciento de los usuarios son autóctonos (de origen) o europeos tan siquiera. Y los viajeros alóctonos –musulmanes o africanos- jóvenes la inmensa mayoría, pletóricos de vida y de ganas de vivir, y con toda la vida –y el futuro- por delante de ellos (…) La aldea/global para los del 15-M era una encantación mágica panacea de todos los males: todos juntos en unión, hermanos todos de una sola patria el planeta tierra, bebiendo, fumando (todos sabemos el qué) y riéndose todos por el suelo, en corro por el día y acampados por la noche, en un hacinamiento y una promiscuidad en lo que algunos creen ver a todas luces la quintaesencia del evangelio –y sin duda que no se equivocan- , sin distinción de sexos, ni de edades, ni de razas, ni de naciones ni de pueblos, en las plazas globales –zocos más bien- de un mundo global, en sus áreas árabe/musulmanas –de Sana (en el Yemen) a Marrakech- de preferencia manifiesta.
Para otros en cambio entre los que me encuentro, semejante sueño no habrá dejado de ser desde que enseñó el plumero –o la pata (negra)- hace ahora cuatro años cuando estallaron las primaveras árabes, una terrible y cruel pesadilla, tan cruel (sic) como “el sueño de una España sin Reconquista”, tal y como lo fulminó el muy republicano Claudio Sánchez Albornoz en su obra tardía “De la Andalucía islámica a la de hoy” Ese Al Andalus que lleva en la mente –y en el pecho- el presidente USA Obama como lo destapo en su alocución a los Hermanos musulmanes –la inmensa mayoría de sus oyentes sin lugar a duda- hace ahora cinco años y medio, en el comienzo de su mandato, en el Cairo ante los mismos que pondrían a Egipto a sangre y fuego apenas tres años más tarde. En sus declaraciones de ahora Jean Marie le Pen evoca las peregrinaciones a La Meca –la que se próxima sobre todo- que podrían convertirse en formidable incubadora –con la fuerza de destrucción y de deflagración de un reactor nuclear- de la epidemia en curso a escala del planeta. ¿Exagera, da muestras de cinismo insoportable? La profecía en política –tarea ardua e ingrata a fe mía- tiene esos riesgos de malinterpretación. A menos que lleve el toque judeo/cristiano –léase políticamente correcto- que es el único de recibo o en la prensa global los días que corren. Culpable, el Occidente (blanco) Esa el mensaje más o menos implícito o subliminal –insidioso, injusto y calumnioso- que se deprende de las declaraciones de los tres misioneros españoles en Sierra Leona. Un África inocente, negra con el alma blanca, y una Europa blanca con el alma más negra que el betún (como se decía en España cuando yo era niño)
Los problemas, las lacras propias a ese continente, como si no existiesen en las declaraciones de los tres misioneros. Las guerras interminables e intestinas por ejemplo, de las que uno de los tres misioneros entrevistados –el más veterano de los tres- parece saber por haberse visto secuestrado en 1999. También el que esto escribe sabe algo de eso, porque dos años después sin duda –en agosto del 2001- en la resaca de las guerras que asolaron por aquel entonces aquel país y aquella región coincidí yo en los fresales del Limburgo belga –en trabajos de recolección- con una treintena de jóvenes africanos de países de África del Oeste precisamente los que más afectados se ven ahora por la crisis del Ébola, eran todos de la etnia peúl –muy numerosa y diseminada por toda esa zona de África- y el que los mandaba (más o menos) era un suboficial del ejército de Sierra Leona, y así si la mayor parte eran a lo mejor simples víctimas o desalojados de sus países por culpa de aquel conflicto, estaba claro para mí que aquel suboficial era un refugiado político. Eran musulmanes y en el barracón donde dormíamos–un granero más bien, en un segundo piso-, las dos semanas que trabajé allí junto con ellos, me despertaban cada tres o cuatro horas con la llamada a la oración. Tolerancias de un Islam negro o no –de tradición más tolerante- que el de los países de cultura árabe-, el caso es que ellos por lo menos no me obligaron a participar en la oración, pero no era óbice que me despertaban y me veía así obligado –sin moverme de mi catre eso por cierto- a vivir un poco a su ritmo, de día como de noche porque era yo el único extraño a su grupo como un yankee o en la corte del rey Arturo o como Tarzán en la selva para ser exactos.
Y en los fresales eran ellos por cierto con el visto bueno del patrón belga –y con su capataz de las labores (negro/azul de tan negro como era, de Mauritania) al frente y que por vía de consecuencia era también el mío-, , los que marcaban las reglas de juego (…) Una experiencia “africana” la mía un tanto distinta a la de los misioneros. No la cambio desde luego. Uno de los misioneros no obstante reconoce que desde que allí llegó no vio más que muerte y tristeza (sic) por todas partes. ¿La culpa de la colonización todavía? ¡Basta de complejos de culpa individuales o colectivos!

OBISPO DE ALCALÁ Y ESPAÑA DOS MIL
El obispo de Alcalá de nuevo en la picota. El consistorio de Alcalá de Henares aprobó una moción solicitando su destitución del cargo que ostenta en aquella diócesis, con los votos en contra del PP y del concejal de España 2000 que esgrimió un argumento “incorrecto” –el de las comparaciones (“odiosas) con el Imán de la misma localidad del Henares, que predicaba la lapidación de mujeres- que el PP acabo haciendo suyo. Y el obispo incriminado vuelve a subirse ahora a la parra en una declaración que desde el punto de vista conciliar -hay que reconocérselo- no tienen desperdicio, invocando el derecho (progre) a la libertad religiosa –¿y el respeto al fuero interno acaso no es un derecho tan sacrosanto también? -, la constitución (igual de progre) Gaudium Spes que Monseñor Lefebvre calificaba de modernista (sic), y al (santo) papa polaco también, que no falte. “Crimen abominable, dice su ilustrísima, citando a la Gadiuum et Spes. Lo mismo que el nuevo jefe de gobierno belga se ha visto a obligado a decir de la colaboración en Bélgica durante la segunda guerra mundial. Un procedimiento –y un pathos- criminalizador, propio se diría, de estos tiempos pos/modernos. Una ilustración cegadora como sea, este comunicado del obispo de Alcala tan lapidario y tan beligerante, de algo que siempre se rodeo del mas espeso de los tabues por cuenta de esa postura ultradogmática y rigorista y maximalista de condena del aborto y es lo que tuvo de no-ve-dad (conciliar) -teológica, doctrinal- del concilio y de los papas del concilio. Del crimen abominable de las violaciones generalizadas de menores en la iglesia (universal) el santo/obispo anti-abortista no dice en cambio ni pio. No las reconoce siquiera –no-ha-bló-nun-ca (del tema)- a pesar de que el actual pontífice ha acabado admitiéndolo (de bocas para afuera) ¿Los de España 2000 son también o se han vuelto del bando del arzobispo anti-abortista? Les creí más libres y más ecuánimes, a tenor de una declaración –juiciosa- que leí de ellos no hace mucho en el tema evocando el supuesto del aborto por violación, con el que se mostraban de acuerdo. ¿Los mil brazos y tentáculos (invisibles) de la santa/madre les han hecho acaso ceder? A fe mía que me defraudarían

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