miércoles, junio 25, 2014

¡MINARETES FUERA! OFERTA DEL EMIR DEL CATAR

Atentado contra Annuar-el-Sadat filmado en directo. 8 de octubre de 1981. Me pilló en Francia donde pude seguirlo justo después por la pequeña pantalla absorto y sin creer lo que veían mis ojos. El presidente egipcio signatario de los acuerdos de paz de Camp Davis con Israel caía asesinado -y con él toda la plana mayor (político y religiosa) del régimen- en nombre del Islam a manos de un comando de islamistas fanáticos que veían en él un perro/traidor vendido a los judios. La doctrina del magnicidio de los jesuitas españoles del siglo XVI -de Francisco Suárez y del padre Mariana- puesta en práctica tres siglos después. Cualquier parecido con la realidad pura coincidencia. No me creía lo que veían mis ojos, ya digo (...)
Cartas sobre la mesa. El emir del Catar acaba de hacer pública una oferta fabulosa de construcción de una mezquita en la Ciudad Condal, sobre las ruinas de la plaza de toros de la Monumental hoy cerrada por orden de al autoridad (que me diga de la Generalitat catalana), y no una mequita cualquiera sino lo que cobra todos los visos de ir a ser -con un minarete de trescientos metros (trescientos) de altura (...)-, la mezquita más grande y grandiosa de la Península y también del resto de Europa salvedad hecha (tal vez que no lo sé) de los Balcanes y demás regiones (minoritarias) de implantación musulmana en territorio europeo de resultas de la penetración otomana.

Dios es grande y Mahoma su profeta y para que se vea bien alto y claro, la pasión española (o "andalusí") del mundo musulmán -dura como el amor y como la muerte (en la imagen célebre del pasaje bíblico)- parece presta a echar toda la carne en el asador y todos los dólares o petro dólares que se necesiten. Y a servirse para ello de todos los pretextos y coartadas, la del separatismo o independentismo catalán entre ellas. El anuncio que aquí comentamos lo confirma, amen de un sinfín de otros indicios o señales como el fichaje (igualmente) astronómico por un equipo catarí de Xavi, el más catalanista -léase anti-español- de todas las jugadores del Barça (y de "la roja"), sin duda buscando hacerse perdona sus orígenes -sus apellidos me refiero- como ocurrió siempre tan a menudo entre emigrantes y descendientes de emigrantes (de otras regiones de España) en Cataluña.

¿Prestos a todas las bajezas y concesiones y compromisos los dirigentes de la Generalitat con tal de allanar (se) el camino hacia la secesión (y la independencia) como el Don Julián de la leyenda (y de la memoria)? Una noticia todo menos trivial desde luego y de la que no me resisto aquí a sacarle -en la medida de lo posible- toda su miga. El emir del Catar figuro entre los principales instigadores (y financieros o promotores) -amen de los grandes medios de la Prensa Global a escala del planeta- de las primaveras árabes y del desmantelamiento de regímenes de corte nasseriano (léase de nacionalismo árabe) que se seguirían, más aun tuvo una participación de lo más destacada junto a las tropas de la OTAN en la intervención aliada que echó abajo el régimen del coronel Gadafi en Libia de la forma que todos ya saben.

Y la pista catarí se muestra a fe mia hilo conductor inmejorable a la hora de dar con la clave de explicación bastante de esos acontecimientos tan traumáticos que habrán marcado el destino del mundo de una forma tan decisiva. ¿Un tiro por elevación las primaveras árabes -en la mente y en los designios al menos de algunos de sus impulsores, del Catar y de otras monarquías de petro dólares o reinos de mil y una noches? No creo en las meigas pero hay las.
El Profeta y el Faraón. Los movimientos islamistas en el Egipto de Sadat. En esta obra de referencia sobre el tema, que me lei y me relei en la cárcel portuguesa acabé de comprender -en visión y reflexión retrospectivas, bastantes años después (...)- lo que se obvia tan a menudo en los medios y en la politología en curso, a saber, que el islamismo es en su esencia un pos marxismo -mas disolvente y subversivo y corrosivo de lo que lo fue el marxismo histórico (...)- como lo es la democracia nueva/imagen (marca Obama) de después de la caída del Muro. Lo que da una clave histórica e ideológica de explicación bastante (aunque no exclusiva) de las primaveras árabes y de todo lo que se seguiría (...)
El recuerdo del Ándalus sigue presente en el imaginario colectivo del mundo musulmán y de sus principales dirigentes -de los de tendencia monárquico/feudal al menos- como si en vez de haber pasado ya más de quinientos años desde su (completa) desaparición no hubieran sido más que unos días o unos minutos o unos segundos tan siquiera y no hay más que tratar un poco de cerca a musulmanes del origen o de la nacionalidad que sean -por razón de Amistad desinteresada o de cohabitación forzosa- para caer rápido en la cuenta.

No sólo eso. España no existe para una mente musulmana, tan siple como eso. En su lugar lo que vive y pervive de nuestros días ensus mentes es el Andalus y eso es sin duda lo que explica el lapso tan estruendoso y tan escandalosos del presidente Obama -que pasa por cripto musulmán en amplios sectores de opinión publica de los Estados Unidos e incluso a escala del planeta- que se refirió a España por "el Ándalus" en un sonado discurso los primeros tiempos de su presidencia (coincidentes con la era Zapatero) Hay otro factor no obstante de explicación o elemento de análisis de ese fenómeno de las primaveras árabes que forma como el telón de fondo temático y ambiental de la noticia (dan ruidosa) a la que me referí al comienzo y que me propuse comentar en estas líneas.

Algo en relación estrecha con la natura íntima de la democracia) de la democracia moderna tal como se vería implantada y consolidada en el siglo XX y en particular tras el final de la segunda Guerra mundial en el 45. Y algo además de lo que tuve ocasión de percatarme cabalmente al cabo del viaje iniciático o itinerario mental a través del integrismo o fundamentalismo musulmán que lleva a acabo -a través de mis lecturas (siempre a distancia, que quede claro) en los años sobre todo de mi estancia en las cárceles portuguesas y en el período que inmediatamente se siguió marcados particularmente por la irrupción y el auge en la esfera internacional de la revolución islámica del Irán y a seguir de la primera Guerra del Golfo que acabaría frenando en cierto modo a aquella, o se prefiere marcándole sus límites tanto políticos como geográficos.
El infierno esta lleno de buenas inteciones reza un dicho piadoso de la más rancia tradicion catolica. Y en el infierno en la tierra que nos auguran y prometen tantos conversos islámicos que en el mundo han sido estos ultimas décadas, arrastra una gran responsabilidad la utopia ingenua de insignes arabistas como el presbítero Miguel Asín Palacios (¡valgame un santo de palo!), que consagraría su vida a un rehabilitación del Islam (español, andalusí) con un celo y una dedicación que hubieran merecido mucha mejor causa. Me lei en la cárcel portuguesa su obra voluminosa "el Islam cristianizado" sobre el santón sufi del Andalus, Inb Arabí, que se me acabó cayendo (deo gratias) de las manos. Los sufíes, léase los misticos del islam venian a ser la vaselina encargada de hacer digerir el hierro candente de la guerra santa que predicaban los canonistas coránicos medievales en olor de santidad hoy entre los integristas islámicos
El fundamentalismo islámico es (en su esencia misma) pos marxista como lo es la fiebre democrática que inspira a Barack Obama y la Casa Blanca que les empuja a llevar y a implantar la democracia hasta las cuatro esquinas del planeta, como lo pretendió el presidente demócrata (como el actual mandatario USA) tras la primera Guerra Mundial y tal y como se vería plasmado en la conferencia de Versalles. Y ahí es donde coinciden o se encuentran o se reencuentran el islam integrista (en versión suní, nota bene) y la democracia occidental antifascista y republicana. Y eso es lo que explica tanto la conexión musulmana a o islámica -marca catarí (y en menor medida también saudí)- de la movida española de los indignados y de su sesgo republicano y anti-monárquico inequívoco e indiscutible, por paradójico que parezca.

"Primos" del rey Juan Carlos todos esos reyes y jeques islámicos a la hora de hacer negocios y de viajar a España de vacaciones –y en particular a Andalucía, a la Costa del Sol-, pero dispuestos en cualquier momento -y en nombre por supuesto del islam y de su memoria histórica más vieja y más viva que la de los elefantes de Aníbal- a moverle el piso o hacerle la cama, como se mostraban dispuestos en los momentos más álgidos de la movida indignada hacia finales del año (aciago) del 2011. Un factor de geopolítica y de historia de las religiones a la vez que brillaría (curiosamente) por su ausencia en la mayor parte de los análisis que se merecería el 15-M en España y fuera de ella hasta la fecha.

Y en esa estrategia “española” -de penetración o de invasión más o menos silenciosa o disimulada- jugaba y juega un papel de primer orden Cataluña sin duda alguna por el proceso secesionígena allí en curso -por aquello del divide y vencerás- y también sin duda por la fuerte concentración de inmigración musulmana proporcionalmente mucho mayor allí que en resto de las regiones españoles de inmigración de confesión musulmana ensu territorio. Las tensiones separatistas juegan en los planes y designios de reconquista de la Península del mundo musulmán -al pan y al vino vino- un papel y protagonismo análogo al que jugaron las disensiones intestinas de la monarquía visigoda en el momento de la invasión árabe de la península.

El Maidán de Kiev no fue propiamente hablando una manifestación de primavera árabe (o europea), en la medida no obstante que fortalecía los planes geoestratégicas a escala mundial de la Casa Blanca y de su santa/alianza con el islam suní no dejaba de ser un salpicadura o un coletazo de aquellas. Como podría acabar siéndolo un escenario de secesión en Cataluña como el que algunos viene sin duda pacientemente cocinando y preparando con el señuelo de la ayuda o del maná que podría llegarles llegado el caso de los petro dólares del Golfo Pérsico, con su correspondiente contrapartida por supuesto (…) A buen entendedor pocas palabras sobran

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