Noche estival de junio precoz,
del Estanque del Retiro
secreto e inédito (¡íntimo!)
abriendo horizontes a un Sur
irredento y amigo/enemigo
¡Plácido, dulce y tranquilo!
En sus aguas en reposo,
en sus luces de penumbra,
en sus brillos y reflejos,
en parejas que se besan
en lo oscuro de los bancos,
y en las sombras que se cruzan
raudo en la brisa suave
(fantasmas de nuestra historia)
¡Estanque de nuestra infancia
que meció mis años niños!
De aquellos paseos en barca,
de aquella casa de fieras,
de aquella Estatua a caballo
que ahí sigue impasible
e insensible al tiempo que pasa
que todo lo disuelve y borra
sin dejar rastro (ni cerco)
Si acaso sólo unas sombras
del cielo de la Memoria
Y ella ahí sigue en cambio enhiesta
como la Puerta de Alcalá
¡Que ahí está, ahí está!
Testigos mudos y quietos,
que nos miran e interrogan
de esos ojos grandes, fijos
Del qué somos, dónde vamos,
qué nos reserva el destino
en esta encrucijada del mundo
en esta espera angustiosa
-¿en vísperas, en capilla?-,
en este período/especial
que se abre ahora de pronto
como un rayo en el cielo azul
surcado de negros presagios
que así lo sentimos algunos
Y mientras, la Estatua ahí sigue,
señalándonos la pista
o marcándonos el rumbo
Y en espera en el fondo ¿de qué?
¡Quietos todos que ya lo sé!
De la señal, del gran gesto,
que todo lo salve y redima
De ese Gran Perdón de Dios
(de nuestros tiempos modernos)
que nos acorde a mí y a los míos,
por fin, tantos años después,
el que todo lo puede salvar
o todo echarlo a perder
¿Rey de copas, rey de oros,
rey de espadas, rey de bastos,
rey del Tarot, del Retiro?
¡Un Rey/rey, de carne hueso!
¡Lo que hay, lo que pudo ser!
(no otra cera que la que arde
en la España de hoy, como ayer) (…)
Rey del Orden frente al Caos,
de lo Empírico y Posible.
Que se aprenda bien la lección
Del fracaso de los suyos
Un rey que sepa ganarse
de un bello gesto (beau geste)
nuestro grito de ¡Viva el Rey!
(Entre Memoria y Olvido)
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