jueves, junio 12, 2014

¿EL FRENTE NACIONAL FRANCÉS CONTRA LOS BORBONES?

Alfonso de Borbón Dampierre, en uniforme del Ejército del Aire, con la que fue su esposa, nieta de Franco y madre de su hijo Alfonso, actual pretendiente francés al trono por la rama legitimista. Conoci personalmente a Don Alfonso en la primavera del 86 en el Chateau d'Alincourt -sesenta kilómetros al Norte de París-  domicilio de una familia de monárquicos legtimistas, cargos electos los dos -marido y mujer- del Frente Nacional por la región Picardía aquel entonces, que me dieron acogida los meses que deambulé al Norte de los Pirineos -antes de regresar a España por unos meses tan sólo- tras mi salida de la cárcel portuguesa. No podía yo adivinar cuando le conocí que su muerte estaba ya tan cerca. Los monárquicos legitimistas son una componente importante dentro del Frente Nacional francés. Lo eran cuando frecuenté esos medios y sin duda lo siguen siendo
El semanario francés "Minute" fundado durante la guerra de Argelia pasa desde su fundación por afín a potentes lobbies pro judíos  que defendían la causa de la Argelia francesa desde una óptica filo/sionista que era la de la influyente (y no poco privilegiada) comunidad judía de la antigua colonia francesa del Norte de
África. Se vieron pues de antiguo catalogados dentro de la extrema/derecha –en un casillero no obstante bien circunscrito de la misma- y gravitan a presente, más o menos de cerca, en la órbita del Frente nacional que a mirarlo despacio se asemeja a un magma de corrientes y vientos contrarios más que otra cosa, amenazando con implosión las horas que corren por culpa de la última disputa entre el fundador del partido, y su hija que ejerce actualmente el liderazgo del mismo.

¿Jean Marie Le Pen y su hija enfrentadas de verdad o sólo para galería por la última salida satírica de Jean Marie Le Pen en la línea de otro antigua suya, memorable, que le saldría cara, la del detalle (sic) de las cámaras de gas en la historia de la segunda guerra mundial? Y es por la frase que acaba de soltar en una alusión directa a declaraciones hostiles y beligerantes en contra del frente nacional del antiguo tenista y hoy cantante Yannick Noah y del cantante judío/francés Patrick Bruel y toda una hornada (sic) de artistas como ellos (sobreentendido judíos o filo/judíos) que ha hecho rasgarse las vestiduras a media Francia en la clase política como en los medios e incluso al interior del Frente nacional como lo ilustran a las críticas que la frase del fundador del partido habrá merecido de algunas figuras del mayor relieve en el partido como el compañero de Marine Le Pen, de una familia de antiguos pied-noirs y de notoria ascendencia judía, el jefe de propaganda del partido y también de uno los raros diputados con los que cuenta el Frente Nacional en la Asamblea nacional francesa.

La palabra "hornada" (en francés "fournée") usada ahora por Jean Marie le Pen es un botón de muestra del imperio (absoluto) de ciertos tabúes de lo políticamente correcto en el plano meramente lingüístico. No es un fenómeno propio o exclusivo del francés aunque por la universalidad propia a la lengua francesa se reviste sin duda de una intensidad de alta graduación. Y los capítulos de la historia francesa referidos a la ocupación alemana durante la segunda guerra mundial -al contrario de lo que ocurre con el idioma español- juegan un papel sin duda en el fenómeno de primer plano.
Louis Aliot compañero sentimental de Marine Le Pen desciende de una familia de pied-noirs de Argelia y confiesa sin el menor rebozo una ascendencia judía por la rama paterna (de la que alardea incluso) Su abuela materna -según propia confesión también- era responsable del Partido Comunista en el barrio europeo de Bab-el-Oued de Argel. Y con esos antecedentes familiares que el interesado no esconde, ya digo, tendría que pedirsele un poco mas de moderacion y de circunspeccion y de comedimiento en ciertos asuntos polémicos y en ciertas querrellas intestinas (al interior del partido)
Palabras –del diccionario- que en el castellano de hace décadas eran de libre circulación como la de “mongólico” referido al síndrome de Down se ven hoy cubiertas en cambio del tupido velo de los más rigurosos tabúes pero el fenómeno no llega a adquirir desde luego los límites de culpabilización y de criminalización (política) que alcanza hoy en Francia y en la lengua francesa.

En su último número, el referido semanario francés parece sumarse a la campaña de denigración de la que vienen siendo objeto la institución monárquica y el monarca ahora cesante en le prensa global a escala del planeta, en sus medios más influyentes de la prensa anglosajona, francesa o alemana (o italiana incluso) Bajo el título “Juan Carlos: ¿monarca o renegado?” publica en su último número un artículo de uno de sus colaboradores que pone al rey que acaba de abdicar en la cuerda floja sin atreverse a inclinar de un lado o de otro al balanza del juicio histórico. Entre un puesto en la Historia y lal condena al ostracismo y al silencio por Alta traición, como quien dice.

Y como si quisieran torcerle el brazo (un poco) medios periodísticos españoles incorrectos próximos al semanario francés -o que pasan por serlo- traen ahora a colación a Sixto de Borbón, que en un comentario escueto y sucinto en extremo sobre el artículo en cuestión trata al monarca cesante de usurpador (sic), además de perjuro y de renegado (sic) Punto.

Quién te ha visto y quién te ve, Don Sixto. En unas fechas ya lejanas del invierno del 81-82 unos meses apenas antes de mi gesto de Fátima en plena celebración de los juicios de Campamento contra los "golpistas" del 23-F, delante del autor de estas líneas -vistiendo de sotana entonces de la fraternidad de Monseñor Lefebvre-a quien  el pretendiente carlista, hermano de Carlos Hugo, recibió en su domicilio en Paris dando vistas a la explanada de los Inválidos, evocó la figura de Juan Carlos con circunspección y respeto, como alguien leal (sic) a sus amigos, entre los que a todas luces mi interlocutor parecía verse él mismo entonces. De ahí a denigrarle de la forma que ahora lo hace va un trecho, no me digan.

Francia, la república francesa su clase política -en todos (o casi todos) sus cuadrantes- arrastra un contencioso irresuelto e irresoluble con los Borbones desde la Revolución Francesa. Incluso el monárquico o neo/monárquico Maurras optaba por la "otra" rama la de los Orleáns -herederos en línea directa del "regicida" Felipe Égalité (que voto a favor la muerte del rey)- y en los años que frecuenté los medios de extrema derecha en Francia la rama "legitimista" encarnada en la persona de Don Alfonso de Anjou hijo de Alfonso de Borbón Dampierre (al que también alcancé a conocer en Francia, precisamente entonces) -y nieto de Franco- no representaban más que una exigua minoría dentro de la minoría (d’extrême-droite) que capitalizaba  el Frente Nacional ya entonces.

Confieso no obstante que infravaloré entonces la importancia y la influencia de la componente monárquica al interior de la extrema derecha francesa mayor y más influyente y determinante desde luego de lo que llegué a pensar entonces. Conoció en persona a Alfonso de Borbón, es cierto, como lo acabo de evocar. Fue en la vieja mansión (en francés chateau) de una familia –marido y mujer- de cargos electos del Frente Nacional de aquella región (al Norte de París) que me brindaron alojamiento -y refugio en la práctica- buena parte de las semanas que residí en Francia entre enero y junio del 86 tras mi salida de la cárcel portuguesa en noviembre del 85. Guardé de Don Alfonso un buen recuerdo, teñido de melancolía.
El cantante de expresión francesa Patrick Bruel (Ben Guigui de su verdadero nombre) no hizo nunca secreto alguno de sus raices judias. Tras el triunfo electoral del Frente Nacional el pasado 25 de mayo declaró abiertamente que se negaria en lo sucesivo a actuar en localidades gobernadas por el Frente Nacional. Y ahora, en respuesta a recientes declaraciones irónicas de Jean Marie Le Pen, ha hecho alusión sibilinamente a la matanza del Museo judio de Bruselas que fue presentada por algunos medios y en los ambientes sionistas como un "crimen anti-semita" desde el principio, hasta que se confirmó la tesis del atentado terrorista. Algunos hablaron de antiguo de "la industria de la victimización" que se trae entre manos este artista judío/francés. ¿Es su derecho acaso como judio (porque así parece presentarlo) tomar partido de una forma tan beligerante en la política francesa? Sin duda que está entre sus derecho/del/hombre, como el de tantos judios que tomaron partido descaradamente en "la guerra civil europea" (Nolte) entre comunismos y nazi fascismos que dio inicio en 1917 y desembocó en la Seguunda Guerra Mundial ¿Quién a hierro mata a hierro muere (como reza la bilbia)?
Le quedaba ya poco tiempo de vida, lo que parecía presagiar la nítida impresión de tristeza que fatalmente despedía. Dimos una vuelta por los jardines del “chateau” de nuestra anfitriona, de una familia de monárquicos legitimistas del mayor destaque, que me pidió que les hiciera compañía durante el paseo en mi calidad de español. Don Alfonso –miembro de Defensa Universitaria en sus tiempos de estudiante de la facultad de Derecho de la Complutense (unos años antes que yo)- era un hombre marcado por la tragedia, esa fue la impresión que me dio, como vendría a corroborarlo su muerte trágica, en un horrible accidente. Correcto y amable y que hablaba francés con un ligero acento español que hacía las delicias de sus súbditos y devotos franceses allí presentes como no dejaban de comentar (elogiosamente) entre ellos.

¿El Frente Nacional contra los Borbones? Eso parece augurar el conflicto intestino –de extrema gravedad así a primera vista- que acaba de estallar al interior del partido entre el fundador Jean Marie le Pen y su hija Marine, y sobre todo con el compañero sentimental de esta última que lleva entre no pocos militantes y partidarios del Frente el apodo harto significativo de “Míster Purgas” ("Monsieur La Purge") : debelador (en gran/inquisidor) de todo lo que huele a fascismo o a vencidos de la Segunda Guerra Mundial entre sus filas. ¿Ascendencia judía obliga? (¡a mí que me registren!)

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