El Opus Dei y su fundador fueron agentes (subalternos) del primer orden en la desfalangistización (léase desfascistización) del régimen español surgido de la victoria del Primero de Abril del 39, obedeciendo sumisos a las directivas y designios en lo referente a España -acción e influencia eclesiásticas (del Vaticano) interpuestas- de los países signatarios de los acuerdos de Yalta. Gestores y administradores de nuestra derrota en el 45 por cuenta de las potencias vencedoras, los políticos de la Obra. Piensen lo que piensen sus devotos de coloración azul (e ideología jose/mariana)Se va el caimán, se va el caimán. Requiem por la Gaceta (del grupo Intereconomía) En política como en todas las cosas estamos condenados a escurrirnos entre las forcas caudinas de nuestras filias y nuestras fobias, tratando de combatirlas -sobre todo estas últimas- y de dirigirlas y no dejarnos dominar o arrastrar por ellas.
Y el paso previo o el principio de la curación -o de la salvación- es el saber reconocerlas, las segundas más si cabe que las primeras. La Gaceta, Intereconomía, Julián Ariza, Opus Dei (u Obra de Dios) De oca a oca y tiro porque me toca. Porque el fantasma o fantasmas de las etiquetas que encubren y a la vez rodean ese mundo de la fatalidad por el que discurre la politica española y más aún su variante de la política religiosa llevan a menudo, de antiguo, la tarjeta de visita de la Obra.
Y desde que me asomé en el 2008 al panorama de la prensa digital (y en papel) española a traves del balcón de observacion privilegiado, de proximidad que me ofreció y me impuso a la vez mi colaboración diaria a partir de entonces en la blogosfera de Periodista Digital me topé de bruces con el fenómeno de sociedad que ofrecían el grupo Intereconomia y sus tentáculos de la prensa diaria y del audiovisual (y prensa escrita)
Y encontronazo más frontal lo era aún el mío cada vez que volvía a España en los medios que eran los mios (confiteor) de origen, o procedencia. Me asfixiaba un poco Intereconomía a través de sus programa televisivo del Gato al agua y otro afines cada vez que volvía a España todos estos años de visita, humildemente lo confieso.
Y la impresión (de agobio y de sofoco) alcanzó en mí niveles de paroxismo en el dos mil once con la campaña (primero) de beatificación del papa Juan Pablo II y la retransmisión de la ceremonia desde la plaza de San Pedro el primero de mayo de aquel año fatidico.
Escrivá de Balaguer con su segundo, Alvaro del Portillo, en 1949, en la ciudad austríaca de Insbruck bajo control aliado. El proselitismo del Opus Dei por cima de los Pirineos tuvo siempre -como lo tuvo su acción pastoral en la España de la posguerra- un signo políticamente correcto en extremo y explícitamente anti-nazi y anti-fascista. Su expansión y profileración internacionales tan fulgurantes y sin parangón alguno (orden de jesuítas aparte) -incluso a escala del planeta- hubieran sido impensables de otra formaLa unica cadena española que lo hizo y en términos de "agit prop" además, sustrayendo cuidadosamente y a sabiendas al público español un aspecto flagrante de la ceremonia aquella de turbo/beatificación que tenían perfecto derecho de conocer y lo fue la presencia abrumadora, dominante y casi en exclusiva, de un mar de banderas polacas flotando al viento en la esplanada de San Pedro durante la ceremonia: detalle revelador y a la vez escandaloso si bien se mira, que el publico de aquella cadena no estaba sin duda en medida de asimilar o digerir por más que los responsables de aquella perdieron entonces una gran ocasion de mostrar a un sector numeroso y dinamico de católicos españoles la realidad nuda y desnuda del trasfondo político -polaco/nacionalista- subyacente en el culto (iconográfico) a la figura del papa Wojtyla desde que el fenomeno aquél hizo eclosion en los inicios de su pontificado.
Hubo otro momento "marca Intereconomia" en esa observación diaria de la actualidad más candente que me impongo desde hace ya años y fue en septiembre del pasado año, el 23-S, cuando la muchedumbre de indignados -y energúmenos violentos y vociferantes, jóvenes y menos jóvenes- que rodeaban el edificio del Congreso estuvieron en un tris de superar y rebasar y desbordar el cordón o barrera de proteccion policial, una instantánea con la que la edicion digital de la Gaceta se destapó a fondo en su tarea de "agit prop", enseñado así claramente el plumero de por donde iba su apuesta la jornada de todos los riesgos y peligros aquella.
Manuel Fraga Iribarne jurando su cargo de ministro en uno de los gobiernos de Franco, en uniforme del Movimiento (camisa azul y corbata negra) El escándalo Matesa le echó del gobierno pero le acabó reconciliando (por la vía del escarmiento) con sus enemigos políticos de la Obra, y a partir de la transición rivalizaron uno y otros en posturas políticamente correctas y democráticasIndignación subversiva y callejera (marca primavera/arabe) y agitacion anti-abortista (de signo y sello clerical): un binomio fantasma que habrá sabido encarnar como nadie esa publicacion hoy desaparecida y que no habrá dejado también (¡ay dolor!) de poblar des fantasmas mi mente de observador (y analista) de la actualidad más candente durante una larga temporada.
¿Por qué no me invitaron nunca a sus tertulias? La pregunta del millón, se me reconocerá. ¿No tenía nada acaso que decir o qué decirles? ¿No supe acaso demostrar fehacientemente lo contrario por mi presencia -durante casi cinco años- en Periodista Digital, por mi colaboración sin falta, día a día, en su blogosfera? ¿Era políticamente menos incorrecto yo que algunos de sus invitados habituales o de ocasión que no parecían tener otra credencial o tarjeta de visita?
Está claro que me sentí víctima de un veto de origen eclesiástico, politico, periodístico o del tipo que fuera. Y por eso aunque solo sea, no se pretenderá de mí que derrame ni una lágrima por la desaparición de ese diario (en papel) que era un poco el faro emblemático del grupo Intereconomía.
Y también sin duda por lo sintomatico y revelador de la noticia. Y es de la pérdida de peso e influencia de la Obra en la política española. ¿El principio del fin de su declive definitivo? La noticia -parafraseando a Nietzsche- más increíble y extraordinaria (si se confirmase) de nuestra época
A TODO CERDO, JUANITO, LE LLEGA SU SAN MARTIN. MUY BUENO EL ARTÍOCULO. PIENSO EN RODRIGO ROYO AL QUE FUSILARON SIMBOLICAMENTE LOS DEL OPUS. SANTA MAFIA
ResponderEliminar"SP" fue el periódico que yo lei en mis años de universidad. Representaba a mis ojos la "otra modernidad" y es cierto que la encarnaba a su manera. Por dar sólo un detalle, "SP" era, desde el punto de vista tipografico, el periodico de tecnologia más avanzada entonces de toda la prensa española. Y ese es un homenaje póstumo que le debo a su director y fundador, Rodrigo Royo, aunque no estuviese con él siempre de acuerdo. Además, le conocí en persona, de verle los domingos a la salida de la iglesia de Santa Rita en Gaztambide, en el barrio donde los dos vivíamos. Él fue a no dudar una de las últimas víctimas de ese conflicto -que fue real- entre la Falange (del Régimen) y el Opus Dei. ¡Feliz Año y un cordial saludo, amigo (y lector) ánonimo!
ResponderEliminarIGUALMENTE feliz año, muy cierto lo que comentas. A Rodrigo le deben todo muchos que escriben en el País e incluso abrió las páginas del Arriba para que publicase sus greguerías y comiese a Ramón G. de la Serna. Gaztambide hermoso barrio, ahora ya no vale la pena ir a misa, mejor rezarla en casa, un abrazo
ResponderEliminarNo sabía que habia trabajado en Arriba aunque debí figurármelo. Debió coincidir con Umbral que también pasó por allí (aunque después no le gustase recorarlo), pero ahora que caigo, nunca le leí la menor alusión a Rodrigo Royo. Extraño y curioso (...)
ResponderEliminarpues si le cita en la noche que llegué al café Gijón. Rodrigo Royo era un falangista puro de la Blau, un gran artista pues tocaba muy bien el violín y un hombre muy humano, fue corresponsal en Washington. FELIZ AÑO, juan F. Krohn. Me has gustado mucho tu articulo sobre Ángel, muchas gracias por tu buen hacer
ResponderEliminarPues sí, se me ha pasado, gracias por el dato. Lo buscaré sin falta en cuanto que tenga ese libro en mis manos ¡A tí también Feliz Año!
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